Los Próceres no son solo Héroes de la Independencia

Avenida Los Próceres, ubicada en el Paseo Los Próceres de Caracas. Fuente: IAM Venezuela.

Los Próceres no son solo Héroes de la Independencia

En Venezuela, se rinde homenaje a los personajes militares (y civiles) denominados Próceres de la Independencia, quienes contribuyeron a la importante gesta emancipadora que desembocó en la creación de una nueva nación independiente del Reino de España, Imperio Universal que a lo largo de más de 300 años de colonización edificadora formó a la civilizada y pujante sociedad criolla hasta que esta adquiriera la irrefrenable voluntad y madurez para perseguir su propio destino. Así, la una vez humilde Pequeña Venecia ubicada al norte de Sudamérica logró, bajo el liderazgo de sus próceres, constituirse en nación libre y soberana, y desligarse políticamente de la Madre Patria, que le otorgó Dios, Luz y Nombre.

Monolitos del Paseo Los Próceres, en 2007. Fuente: Wikimedia Commons.

Posiblemente, el más canónico de los listados de los Próceres de la Independencia de Venezuela es el que corresponde a los nombres de la galería de estatuas en bronce que protagonizan el Monumento Histórico Nacional Paseo Los Próceres de la ciudad de Caracas, inaugurado en 1956 por el Presidente Marcos Pérez Jiménez.

Paseo Los Próceres, en Caracas, en 2021. Fuente Wikimedia Commons.

El diseño del complejo monumento estuvo a cargo del arquitecto Luis Malaussena (1900–1963), quien cursó estudios en la École Spéciale d'Architecture de París. Fue proyectado imitando la estética de la avenida de los Campos Elíseos de la capital francesa, la cual termina en el famoso Arco del Triunfo, en cuyo Pilar Norte se grabó hace dos siglos en la piedra el nombre Miranda, en reconocimiento a la labor que el prócer Francisco de Miranda realizó en las guerras revolucionarias francesas. Miranda es el único americano que recibió este honor.

Grabado del nombre Miranda en el Arco del Triunfo de París, en homenaje al Precursor de la Independencia de Venezuela, el Generalísimo Francisco de Miranda. Fuente Wikimedia Commons.

Los 12 héroes de la Independencia representados en el Paseo Los Próceres de Caracas son: Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, Santiago Mariño, Francisco de Miranda, José Antonio Páez, Manuel Piar, José Félix Ribas, Luis Brión, Juan Bautista Arismendi y José Francisco Bermúdez. No hay personas del sexo femenino en la lista indicada.

Algunos célebres Próceres de la Independencia de Venezuela. Fuente: Estuche Digital.

Según el diccionario de la RAE, la palabra prócer proviene del latín procer, pudiendo emplearse como adjetivo con el significado de eminente, elevado o alto, y como sustantivo correspondiente a una persona de alta calidad o dignidad, en ambos casos siendo aplicable a los dos géneros. En esta definición de la RAE no se observa que el término deba aplicarse particularmente a héroes militares. Sin embargo, en Venezuela la palabra prócer es por costumbre de uso prácticamente exclusivo para referirse a los héroes de la Guerra de la Independencia.

En relación con el origen del término, durante la Monarquía que precedió a la República Romana los procĕres fueron un grupo o clase social diferenciado, como puede verificarse en el censo del rey Servio Tulio (s. VI a. C.) en el que consta la existencia de este grupo cuyo nombre significaba "pretendientes", aludiendo a su condición de aspirantes preferenciales a los principales puestos de gestión y preeminencia social.

Grabado del siglo XVI que representa a Servio Tulio, el sexto rey de Roma, realizado por el artista flamenco Frans Huys. Fuente: Wikimedia Commons.

Es entonces admisible señalar que desde el punto de vista del lenguaje el catálogo de próceres de la Nación es mucho más amplio que la lista de los insignes héroes libertarios mencionados.

De esta manera, personas notables que han dejado huella en el desarrollo del país en diferentes áreas pueden también ser calificados como próceres, por ejemplo: el polímata Andrés Bello, el escritor Arturo Uslar Pietri, los médicos Arnoldo Gabaldón, Humberto Fernández Morán y Jacinto Convit, el maestro José Antonio Abreu, los cantautores Alfredo Sadel y Simón Díaz o el nadador medallista olímpico Javier Vidal, solo por citar algunos.

Todos ellos y muchos más son susceptibles de ser denominados como próceres de Venezuela, a pesar de que ello no coincida con la definición que en el imaginario colectivo nacional se le atribuye a ese calificativo, que como hemos indicado parece limitarse a la de un héroe que combatió contra el Imperio Español.

En el ámbito de la pintura estarían entonces los próceres Arturo Michelena, Martín Tovar y Tovar, Antonio Herrera Toro y Cristóbal Rojas. Estos artistas poseen en común la característica de ser a su vez pintores de próceres, cuyas ejecuciones de obras maestras tan bien logradas justifican su elevación a esa condición. Se trata entonces de "próceres pintores de próceres", una recursión legítima desde el punto de vista del buen idioma español, y que retrospectivamente se puede imaginar como la presencia de próceres a ambos lados del lienzo o fresco.

Vuelvan caras, obra de Arturo Michelena (1890), donde se representa un momento de la Batalla de Las Queseras del Medio, cuando el prócer José Antonio Páez ordena a sus jinetes dar media vuelta para atacar a la caballería española que los estaba persiguiendo, el 2 de abril de 1819. Fuente: Wikimedia Commons.

Batalla de Carabobo, obra de Martín Tovar y Tovar (1887). Fuente Wikimedia Commons.

La Muerte de Girardot en Bárbula, obra de Cristóbal Rojas (1883). La misma capta el momento en que es fatalmente herido el prócer neogranadino Atanasio Girardot, en la Batalla de Bárbula, el 30 de septiembre de 1813. Fuente Wikimedia Commons.

En cuanto al pintor Arturo Michelena, su conocida obra Miranda en La Carraca, una de las más emblemáticas de Venezuela, es un ejemplo de lo que se acaba de describir. Allí el prócer pintor plasma al derrotado prócer Precursor en su melancólica meditación en cautiverio, poco antes de su muerte y de la triste pérdida de sus restos en una fosa común. Cabe destacar que el hombre que posó como modelo para la elaboración de ese cuadro no fue otro más que el escritor venezolano Eduardo Blanco, entre cuyas obras está la epopeya romántica titulada Venezuela Heroica, la cual narra las batallas más importantes de la Independencia de Venezuela y donde sus próceres son justamente los protagonistas. Nuevamente una interrelación entre próceres, militares y literarios.

Miranda en La Carraca, obra de Arturo Michelena (1896). Fuente Wikimedia Commons.

Sobre la autoridad de Eduardo Blanco para escribir este libro puede recordarse que fue edecán del General José Antonio Páez durante la Guerra Federal, y tuvo además parientes y descendientes destacados, cuyas importantes actuaciones en pro del país llegan incluso hasta la actualidad política más reciente. Así, sobre el cuadro Miranda en La Carraca se puede decir que un prócer (prodigio en prosa) encarnó a un insigne prócer proscrito, para que otro prócer lo pintara con gran destreza, formando una tríada inseparable de próceres.

Es posible que esta anomalía en el uso de la palabra prócer en Venezuela, que hasta ahora denomina como tales solo a quienes fueron los héroes libertarios de la Nación, se produjera debido a que el título de Libertador fue tempranamente conferido a Simón Bolívar por la Municipalidad de Caracas en 1813. Entonces, para prevenir la repetición de tan importante título en varios sujetos (con el riesgo de devaluación que ello implicaría para con el Padre de la Patria) se procedió tal vez a reservar para los héroes en conjunto la palabra "próceres", en vez de la palabra "libertadores", quizás más adecuada pero inoportuna, evitando la incómoda redundancia del uso de aquel título de Libertador "más glorioso y satisfactorio que el cetro de todos los imperios de la Tierra", como lo describió el mismo Bolívar.

Otros países han tenido actitudes más inclusivas respecto al término objeto de este artículo. En España, entre 1834 y 1836 la Cámara Alta de las Cortes recibió el nombre de Estamento de Próceres del Reino, predecesora del actual Senado. Estos próceres lo eran por derecho propio o por nombramiento real entre la nobleza, el alto clero, la alta administración pública y los mayores contribuyentes fiscales del Reino, según lo establecido en el Estatuto Real de 1834. En definitiva, la dignidad de prócer no era algo que se pudiera tomar a la ligera, pues existía un procedimiento legal  (o procerdimiento, si se permite el portmanteau satírico) que regulaba su concesión y pérdida.

Uno de los más conocidos Próceres del Reino fue el Mariscal Pablo Morillo, Conde de Cartagena y Marqués de La Puerta, líder militar de la campaña de reconquista española del continente americano en el contexto de las guerras de independencia. Morillo sentía un gran respeto por los próceres patriotas a quienes se enfrentó, llegando a decirle al rey Fernando VII: "Dadme un Páez, Majestad, y mil lanceros del Apure, y pondré a Europa a vuestros pies"; no obstante, dicho respeto no se extendía a lo cultural, puesto que concretamente nunca ocultó su profunda aversión hacia el más sobresaliente alimento criollo, joya de la gastronomía venezolana, del cual dijo con desprecio lo siguiente: "Todo lo puedo pasar en esta tierra, menos esas pésimas tortas de maíz que llaman arepas, que solo se han hecho para estómagos de negros y avestruces". Un comentario inadmisible y racista que desluce en cierta medida su figura.

Monumento al abrazo de Bolívar y Morillo, ubicado en Santa Ana de Trujillo, Venezuela. El mismo celebra el encuentro de dos legítimos próceres, uno patriota y el otro realista, ocurrido en fecha 25 y 26 de noviembre de 1820, con motivo del Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, con el cual quedaba derogada oficialmente la Guerra a Muerte proclamada por Simón Bolívar en el decreto del 15 de junio de 1813. Fuente: Wikimedia Commons.

En Argentina, la Casa Rosada aloja un recinto que se conoce como Salón de los Próceres Argentinos, habiéndose anteriormente llamado Salón de las Mujeres del Bicentenario hasta 2024, cuando ocurrió el cambio de nombre por orden del Presidente Javier Milei. En este salón de la casa de gobierno se observan estatuas de prominentes personajes argentinos que dedicaron sus vidas a servir a esa nación en diferentes épocas y ámbitos de actuación, tanto militares como civiles, entendiendo que en la construcción de un país el mérito no pertenece únicamente a quienes sentaron sus bases, sino a todas aquellas figuras que con su labor incansable lo hicieron avanzar, forjando la grandeza nacional.

Retrato oficial del Presidente de Argentina Carlos Saúl Menem (1930–2021), uno de los personajes homenajeados en el Salón de los Próceres Argentinos, ubicado en la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo. Fuente: Wikimedia Commons.

Es oportuno comentar sobre algunos próceres de especial relevancia para el estado Carabobo, entre los cuales estarían Monseñor Salvador Montes de Oca, quien fuera Arzobispo de Valencia; el escritor Vicente Gerbasi, nativo del pueblo de Canoabo; el locutor Renny Ottolina, el periodista José Rafael Pocaterra, el artista plástico Braulio Salazar, el músico académico Aldemaro Romero, y otros tan dignos que fueron honrados adjudicándose sus nombres a municipios del estado: Carlos Arvelo, Juan José Mora y Diego Ibarra. 

En el caso del municipio Naguanagua de Carabobo, uno de los principales próceres sería Hermógenes López, quien fue el único carabobeño que ha sido Presidente de Venezuela (1887–1888). Por otra parte, en el municipio Puerto Cabello estaría Juan José Flores, quien no solo fue Prócer de la Independencia de Venezuela, sino también el primer Presidente de la República del Ecuador, con dos mandatos (1830–1834 y 1839–1845).

Litografía de Hermógenes López, Presidente de Venezuela nacido en Naguanagua, estado Carabobo, de autor desconocido y fechada en 1888. Fuente: Wikimedia Commons.

En cuanto a las universidades nacionales es imprescindible calificar como prócer al Dr. Edgar Sanabria, quien fue Presidente de la Junta de Gobierno de la República de Venezuela (1958–1959), y que en esos tiempos difíciles de transición sancionó la Ley de Universidades (1958), en la que se consagraba el estatuto de la autonomía universitaria y la inviolabilidad de su recintos por los organismos de seguridad del Estado.

El Dr. Edgar Sanabria, expresidente de la Junta de Gobierno de Venezuela y promotor de la autonomía universitaria, fotografiado en la proclamación de Rafael Caldera como Presidente de Venezuela, en diciembre de 1968. Fuente: Wikimedia Commons.

Finalmente, no se puede dejar de mencionar algún prócer de la Universidad de Carabobo (UC), la principal casa de estudios del estado homónimo. Son muchos los nombres válidos, siendo uno de ellos el del exrector Prof. Ricardo Maldonado, dentro de cuyos logros estuvo la creación de la plataforma telemática de la UC que permitió llevar a la Institución a la era digital actual, hoy indispensable, y cuyo éxito en sus dos gestiones en la UC al ser elegido por votación ha llevado a que en tiempos relativamente recientes una pertinente iniciativa propusiera cambiar el nombre que por defecto tiene el Campus de Bárbula (campus principal de la UC, en Naguanagua) por el nombre del referido exrector, como homenaje en su honor.

Luego de su evaluación, la Autoridad Universitaria respectiva prefirió continuar con el nombre original impersonal, alusivo a la antigua y casi mítica "Hacienda de Bárbula", conocida solo por ser el lugar donde murió el prócer neogranadino Atanasio Girardot, y también por ubicarse en ella un hospital psiquiátrico que atendía a personas con enfermedades mentales y trastornos de conducta, construido como modelo de eficiencia en tiempos de Marcos Pérez Jiménez, pero que con las décadas se deterioró y se convirtió en objeto de reportajes y programas que cuestionaban sus condiciones de habitabilidad, dotación y tratamiento a los pacientes, al menos en el pasado.

Puede entonces concluirse que Venezuela es rica en próceres. La gloria eterna de los Próceres de la Independencia está garantizada y debe ser repetidamente exaltada con genuino sentimiento patriótico, pero otros próceres, más recientes y hasta contemporáneos también deben ser recordados por su productiva vida, obra y legado para el país, pudiendo estar seguros de que los espíritus de los primeros no se pondrán celosos al ver los frutos del esfuerzo y la dedicación de sus compatriotas en la Tierra de Gracia que ellos con fuerza y valor liberaron.


Sebastián Robledo Espasandín.

Fabián Robledo Upegui.

Agosto, 2024.


Comentarios

  1. Excelente material mil gracias por documentarnos y apoyo sus posiciones en cuanto a los próceres sin ser titulados pero merecedores de dicho reconocimiento.

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