La pirámide invertida perdida de Caracas
Maqueta del Museo de Arte Moderno de Caracas. Fuente: Archivo de Inocente Palacios.
La pirámide invertida perdida de Caracas
En el año 1949 el arquitecto italiano Antonio Lombardi promovió la construcción de la urbanización Colinas de Bello Monte en el terreno de lo que fue una hacienda propiedad de la Fundación Casanova, en el Área Metropolitana de Caracas, ciudad capital de Venezuela. Esta urbanización forma parte de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Baruta, una de las tres que conforman el Municipio Baruta de la referida metrópoli.
Se trata de una urbanización residencial y comercial en la que predomina el estilo arquitectónico art déco, que emplea figuras geométricas delineadas con precisión, bordes afilados y detalles estilizados, combinándolo con el estilo brutalista, el cual consiste en expresar los materiales en bruto empleando el concreto crudo como elemento esencial y exhibir la estructura, generalmente agresiva y de características geométricas repetitivas. En el año 2005 la urbanización Colinas de Bello Monte fue declarada Bien de Interés Cultural de la Nación en Venezuela. Como su nombre lo indica, la superficie es ondulada, incluyendo pequeños valles o explanadas, ubicadas entre algunas colinas de altura moderada sobre el promedio del terreno. Algunas de estas colinas permiten obtener una excelente vista de parte de la ciudad, actuando como miradores.
Urbanización Colinas de Bello Monte, vista desde el mirador. Fotografía de Vicente Quintero. 2017.
Fotografía satelital de la Urb. Colinas de Bello Monte en Baruta, Caracas. Fuente: Google Maps. Fotografía de Fabián Robledo U. 2021.
En el diseño original de la urbanización, Lombardi incorporó dos grandes proyectos culturales: el primero de ellos sería la Concha Acústica de Colinas de Bello Monte, una estructura de tipo anfiteatro y con forma de bocina rectangular escalonada, también llamada Concha Acústica José Ángel Lamas. Es un proyecto del arquitecto argentino Julio César Volante (n. 1920), inaugurado en 1954 por el entonces presidente, Cnel. Marcos Pérez Jiménez (MPJ, 1914-2001), que hasta nuestros días sirve como sitio privilegiado para realizar conciertos, exposiciones, festivales, obras de teatro y otros eventos al aire libre, siendo también la sede de la Orquesta Sinfónica Municipal de Baruta.
Concha Acústica de Bello Monte. Fotografía de Guillermo Ramos Flamerich. 2006.
Cnel. Marcos Pérez Jiménez, recibiendo en 1954 la Legión de Mérito, la más alta condecoración que otorga EE.UU. a un extranjero, entregada por el embajador de ese país. Fuente: Venciclopedia. Fotografía de autor desconocido.
Para el segundo proyecto cultural de la urbanización, Lombardi destinaría una parcela de más de 20000 metros cuadrados, ubicada en las cercanías de la calle Caroní, a los fines de construir allí el nuevo Museo de Arte Moderno de Caracas (MAMC) sobre una colina, el cual sería desarrollado por el Gobierno nacional presidido por MPJ, quien nombró como responsable al arquitecto colombo-venezolano Gustavo Ferrero Tamayo (1923-2015), entonces Director de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Cabe reconocer que las obras de infraestructura realizadas por el MOP (creado en 1874) bajo el Gobierno militar (1948-1958) fueron ejemplos de monumentalidad y eficiente empleo de tiempo y recursos, y han sido pilares fundamentales para el desarrollo de Venezuela, y a más de 60 años de su construcción continúan prestando un inapreciable servicio, difícilmente repetible, por la enorme planificación y cantidad de recursos que serían requeridos.
A mediados de la década de 1950 se decidió adjudicar el proyecto del nuevo MAMC al renombrado arquitecto brasileño Oscar Niemeyer (1907-2012), quien era célebre por sus obras de alcance mundial y estilo modernista, y que luego en los años 60 adquiriría mayor fama por su diseño de los edificios modernistas de la ciudad planificada de Brasilia, la nueva capital de Brasil. Para asistir a Niemeyer en el proyecto del MAMC se constituiría en Venezuela un grupo de 5 arquitectos y un ingeniero, además de un equipo de 4 arquitectos asesores adscritos al MOP. Los proyectos de Niemeyer solían incluir el uso del concreto reforzado como coadyuvante de la representación artística, lo que incrementaba la compatibilidad con la doctrina arquitectónica de la urbanización Colinas de Bello Monte.
Oscar Niemeyer en 1968. Mondadori Publishers.
El influyente arquitecto, quien fue miembro del Partido Comunista Brasileño, diseñó la sede del Partido Comunista Francés y pasó cierto tiempo exiliado en Cuba y en la Unión Soviética. Por estas razones, sorprende que haya aceptado un proyecto comisionado por el Gobierno militar de Venezuela (de clara orientación anticomunista), lo que da para discutir sobre la contradicción evidenciada entre su ideología y su voluntad de participar en un proyecto emblemático más del líder venezolano MPJ, que le otorgaría fama, prestigio y adecuados honorarios profesionales. Es un hecho también que Niemeyer estuvo presente en la la presentación oficial del colosal y ambicioso proyecto de arquitectura conocido como El Helicoide, un modernísimo centro comercial de más de 100000 metros cuadrados, diseñado a partir de 1955 por los arquitectos Pedro Neuberger (n. 1923), Dirk Bornhorst (1927-2019) y Jorge Romero Gutiérrez (n. 1924) y construido a partir de 1956 por iniciativa privada alrededor de la Roca Tarpeya de Caracas, ubicada entre las parroquias San Pedro y San Agustín.
El proyecto de El Helicoide fue elogiado ampliamente por Niemeyer en esa presentación oficial que mostraba planos y maquetas, realizada en noviembre de 1955, a la cual asistió en compañía del General MPJ. Aunque las obras de El Helicoide empezaron a efectuarse con gran empuje en 1957, las mismas fueron interrumpidas por la caída del Gobierno militar en 1958. A continuación pasaron décadas de cambios de la propiedad y de las empresas contratistas, produciéndose reinicios e interrupciones de obras parciales que implicaron que la estructura fuera semiabandonada hasta que a duras penas se terminase mucho tiempo después, pero con una misión muy distinta de la original: el moderno complejo diseñado como un centro comercial fue transformado para funcionar como una penitenciaría y como edificio sede de una entidad de inteligencia nacional. Posiblemente el derroche de innovación arquitectónica e ingenieril aplicado al diseño del recinto sería apreciado en diferente grado por los visitantes.
Lamentablemente nunca se ejecutó el proyecto de urbanismo que estaba previsto originalmente para El Helicoide, concebido por el arquitecto, naturalista y artista plástico brasileño Roberto Burle Marx (1909-1994), debido al estado en que quedó el edificio.
El Helicoide, proyecto de centro comercial e ícono incompleto de Caracas. Hoy es la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y un centro penitenciario. Fotografía de Jesús Rincón. 2010.
Roberto Burle Marx, en 1981. Fuente: Flickr. Fotografía de Aroid.
Burle Marx, quien empleaba los estilos avant-garde y modernista, utilizaba también en sus obras plantas con valor escultórico. Luego ejecutaría en Venezuela cuatro importantes obras de paisajismo, tres de ellas en Caracas: los jardines del Hipódromo La Rinconada en 1959, el Parque del Este en 1961 (oficialmente llamado Parque Generalísimo Francisco de Miranda) y la urbanización La Lagunita Country Club en 1964; y una obra en Maracaibo, la del Jardín Botánico de esa ciudad.
Hipódromo La Rinconada, en Caracas. Fotografía de Franklin121189. 2009.
El Helicoide estaría coronado por una cúpula geodésica diseñada por el arquitecto americano Richard Buckminster Fuller (1895-1983), inventor de este tipo de estructura.
Richard Buckminster Fuller, circa 1972. Fotografía de Dan Lindsay.
Años después, un enorme diseño de cúpula geodésica volvería a emplearse en Venezuela en el proyecto del Poliedro de Caracas del arquitecto venezolano Walter James Alcock (n. 1932), un recinto para eventos y espectáculos situado al sur de la ciudad en la zona de La Rinconada, inaugurado en 1974 por el presidente Rafael Caldera (1916-2009). Su domo geodésico, de 135 m de diámetro y 38 m de altura, sería desarrollado por el ingeniero y arquitecto americano Thomas C. Howard y fabricado por la empresa Synergetics Inc. El recinto sería durante décadas una referencia internacional en relación con la ejecución de eventos especiales, conciertos y exposiciones.
Poliedro de Caracas. Fotografía: Carlos E. Perez S. 2007.
Volviendo al arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, cabe destacar que le fue negada la visa para acceder a los Estados Unidos, razón que le impidió realizar proyectos en ese país. Su obra creativa arquitectónica ha sido comparada con la que realizan los escultores, y en ocasiones ha sido calificado como un "escultor de monumentos", por lo complejo y atrevido de sus diseños.
Para Niemeyer, la característica principal de una obra de arte era la sorpresa, el asombro, el espectáculo arquitectural; siendo promotor del concreto en toda su plenitud. Muchas de sus estructuras están cubiertas de curvas, incorporando sensualidad a la arquitectura moderna.
Con relación al proyecto de Niemeyer del referido Museo de Arte Moderno de Caracas, estaba previsto que este se ubicara en lo alto de una colina abrupta en la señalada urbanización Colinas de Bello Monte, con una posición adecuada para ser contemplado desde una buena parte de la ciudad y a la vez actuar como mirador de la misma. El proyecto de Niemeyer representaba más de 9000 metros cuadrados de construcción. La edificación tendría una forma novedosa, la de una pirámide invertida truncada de sección cuadrada, desprovista de ventanas en sus superficies laterales y dotada de vidrieras en el plano superior del techo para permitir la entrada de luz natural. La pendiente de cada arista de la pirámide era de 30 grados (equivalente a 58%). Llama la atención que el arquitecto haya seleccionado esta forma recta y angulada, considerando su preferencia por el uso de líneas curvas en la mayoría de sus otros trabajos.
El edificio tendría 5 pisos, que incluirían una mezzanina, una terraza y un mirador, así como también un sótano, en el cual se ubicaría un auditorio. Es importante indicar que en el nivel mezzanina la planta tendría una forma irregular abstracta, soportada por tirantes, que en ocasiones ha sido asociada con la de un cuerpo ameboide. El nombre no es muy acertado, debido a los extremos cuspidales de la misma, que no se observan en una ameba, de forma redondeada. El acceso de las personas a la edificación se realizaría por medio de una larga rampa colgante curvilínea de moderna concepción. La motivación para la construcción de una edificación de esta naturaleza es clara: se trataría de uno de los primeros museos de arte moderno (o contemporáneo en esa época, mediados de los años 50) construidos en América Latina y tal condición brindaba una oportunidad de liderazgo que no debía dejarse escapar, teniendo en cuenta la intención de desarrollo integral de la nación promovida por el Gobierno militar en todos los ámbitos, incluyendo el cultural y artístico.
Modelo arquitectónico del Museo de Arte Moderno de Caracas, diseñado por Oscar Niemeyer. Fuente: PAPADAKI S., 1956. Oscar Niemeyer: Works in Progress. Reinhold.
Maqueta digital del Museo de Arte Moderno de Caracas. Fuente: Angel de Andrade, YouTube, 2013.
Maqueta del Museo de Arte Moderno de Caracas. Fuente: Exposición Oscar Niemeyer: Clásicos e Inéditos. Curaduría de Lauro Cavalcanti, expografía de Pedro Mendes da Rocha . Fotografía Matheus Camacho. YouTube, 2014.
Alzado del Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer. Revista Módulo. Vol. 1. No. 4. 1956.
Nivel Mezzanina del Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer. Revista Módulo. Vol. 1. No. 4. 1956. Nótese la planta con forma de ameba.
Desafortunadamente, este revolucionario y atrevido proyecto arquitectónico del MAMC nunca se llevaría a cabo, no pudiendo ir más allá de esta etapa de maquetas y planos, debido a la falta del liderazgo adecuado que permitiera superar las dificultades que se presentaron en muy diferentes ámbitos.
Se han contemplado diversas causas para la suspensión del proyecto, entre las cuales se encuentran la complejidad técnica de la construcción dadas las características sísmicas y geológicas de la zona, y la opinión negativa sobre el proyecto con la que se pronunció el influyente crítico argentino de arte Jorge Romero Brest (1905-1989), quien ejerció el cargo de Director del Museo Nacional de Bellas Artes, de Argentina, entre 1955 y 1963, habiendo sido nombrado por el gobierno de la Revolución Libertadora instalado luego de la caída del presidente de ese país, Juan Domingo Perón (1895-1974). En relación con el proyecto del MAMC, Romero Brest criticó el diseño señalando que no permitiría posibles ampliaciones en el futuro, sosteniendo además que sus depósitos eran pequeños y que las paredes inclinadas de la pirámide invertida perjudicarían la realización de las exposiciones.
Jorge Romero Brest. Fuente: Revista Gente y la actualidad. Año 3. Número 116. Octubre de 1969. Buenos Aires.
Sin embargo, la más significativa de las razones por las cuales el proyecto no se ejecutó fue el derrocamiento en Venezuela del Gobierno militar de Pérez Jiménez en el año 1958. La nueva Junta de Gobierno presidida por el populista y socialista Vicealmirante Wolfgang Larrazábal (1911-2003), quien apoyara a la Revolución Cubana mediante el envío encubierto de armamento, decidió suspender durante su mandato, que duró casi todo 1958, la gran mayoría de las obras y proyectos en curso o por iniciar planificadas durante el Gobierno militar. Su sucesor, el Dr. Edgar Sanabria, quién dirigió el destino el país durante los primeros meses del año 1959, ratificó esa perjudicial política, truncando el ideal caraqueño de poseer un emblemático museo de arte moderno de renombre internacional. Cabe destacar que durante su gobierno Sanabria sancionó la Ley de Universidades, que estableció la autonomía universitaria en Venezuela, autonomía que en los actuales momentos se ha visto severamente afectada luego de décadas de restricciones sucesivas aplicadas a su alcance.
Esta política mencionada de suspensión de las obras en 1958 y 1959 incrementó significativamente el desempleo, lo que aunado a una migración desmedida hacia la capital propició el inicio de su deterioro social, acompañado del de su urbanismo. Al crecer explosivamente la población, se inició la ocupación de las montañas o cerros que rodean la ciudad, estableciéndose vastos barrios con los precarios ranchos, término que en Venezuela denota unas viviendas improvisadas, generalmente mal construidas o que no cumplen con los requisitos básicos de habitabilidad; esta situación empeoró con las décadas y continúa hasta nuestros días, sin solución efectiva.
Valmte. Wolfgang Larrazábal, circa 1950. Fotografía de autor desconocido.
Dr. Edgar Sanabria, en 1968. Fuente: Oficina Central de Información de Venezuela. Fotografía de autor desconocido.
Los escasos planos y maquetas disponibles para conocer sobre este interesante proyecto del MAMC de Oscar Niemeyer no permiten evaluar adecuadamente el desafío desde el punto de vista de la ingeniería, ya que prácticamente no hay información accesible más allá de la concepción arquitectónica, por lo que al parecer no existe una memoria descriptiva que abarque lo relativo a la ingeniería de la obra en cuanto a estructura, instalaciones mecánicas, ventilación y aire acondicionado, instalaciones sanitarias, canalizaciones, electricidad, luminotecnia y empleo de luz natural, acústica (ambiental y arquitectónica), sonido, comunicaciones y seguridad, entre otros aspectos, aunque se puede inferir que se habría recurrido a la ingeniería más avanzada de la época. Si esos documentos técnicos se hubiesen conservado y se hicieran públicos, sería una gran contribución a la arqueotectura de Venezuela, para el análisis del caso en la universidad nacional.
También es de interés la aerodinámica del recinto, ya que al estar colocado en lo alto de una colina y debido a su forma piramidal invertida, el viento bien podría generar vórtices en las corrientes de aire, que tal vez hubieran producido muy particulares sonidos, provocando ciertos esfuerzos y solicitudes para evaluar, y por qué no, creando hasta un microclima singular en torno a la cima y la fila de la montaña.
Sería además relevante conocer las ideas de Niemeyer con respecto a la distribución interna de las obras en una exposición realizada en el interior y los alrededores, considerando la peculiar forma ameboidal de la planta y los balances requeridos de simetría y óptica que ella implicaría. Similarmente, conocer el alcance de su proyecto de paisajismo (de haberlo) representa especial interés.
Solo se puede especular sobre la gran cantidad de exposiciones de altísima calidad internacional que se hubiesen llevado a cabo en ese museo, particularmente desde finales de la década de 1950 y a lo largo de toda la década de 1960. En este período los artistas comenzaron a servirse de materiales industriales en sus obras y desarrollaron un tipo figurativo de la imagen, en la forma del pop art, el cual a su vez constituía una antítesis del expresionismo abstracto de la década de 1950. Emerge el arte de las masas, y los artistas muestran imágenes y productos de comunicación masiva en sus obras. En los años 60 la clase media aumentó explosivamente, y muchos de los temas artísticos guardaban relación con la revolución sexual y el movimiento hippie. Se trataba de la Era de la Rebeldía, de 1955 a 1969. Era el fin del arte moderno y el inicio del arte contemporáneo.
Fue durante este período cuando emergieron y se consolidaron influyentes exponentes del arte moderno tardío y que tal vez habrían realizado exposiciones en el MAMC si se hubiese completado, entre los que podemos mencionar a Jackson Pollock (1912-1956) con el expresionismo abstracto y la Guerra Fría incursionando en la pintura; a Robert Rauschenberg (1925-2008), para quien el contenido de la obra pasa a segundo plano, revelándose como fundamental la idea de la misma; a Andy Warhol (1929-1987) con sus sopas Campbell en lata, paquetes de jabón y celebridades del cine o el rock como Marilyn y Elvis, consumismo y cultura popular pretendiendo involucrarse en el arte; a Mark Rothko (1903-1970), quien perseguía estimular la mediación y la contemplación espiritual en quien posara sus ojos sobre sus obras; a Roy Lichtenstein (1923-1997), célebre por sus imágenes granuladas de tipo cómic, con colores saturados y brillantes; y a Jasper Johns (n. 1930), famoso por sus representaciones vexilológicas (aplicable a las banderas) y cuyo estilo neodadaísta utiliza símbolos en configuraciones muy diferentes a las de sus contextos originales, facilitando la emergencia de nuevas consideraciones semánticas para los mismos.
Postes Azules, también llamada Número 11, de Jackson Pollock. 1952. Pintura esmaltada y aluminio con vidrio sobre lienzo. Galería Nacional de Australia, Canberra. Fuente: NGA.
"Combinado" sin título, de Robert Rauschenberg. 1963. Óleo, serigrafía, metal y plástico sobre lienzo. Museo Solomon R. Guggenheim. Fuente: Theo's Little Bot.
Rojo, de Mark Rothko. 1968. Óleo sobre papel montado en un lienzo. Solomon R. Guggenheim Foundation. Fuente: WikiArt.
Chica ahogándose, de Roy Lichtenstein, 1963. Óleo y pintura sintética sobre lienzo. Museo de Arte Moderno. Nueva York. Fuente: Lichtenstein Foundation.
Tres banderas, de Jasper Johns, 1958. Encáustica sobre lienzo. Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York. Fotografía: Jasper Johns.
Volviendo al diseñador del MAMC en el proyecto venezolano, el arquitecto Oscar Niemeyer expresó en sus memorias que, como ya se comentó, en general prefería las líneas curvas y sinuosas para el diseño de sus estructuras, en lugar de las líneas rectas y los ángulos rectos. Es por ello que la selección de la pirámide invertida de sección cuadrada para el MAMC, dominada por aristas y vértices, permanece como una incógnita desconcertante, más aún teniendo en cuenta que Niemeyer diseñó durante la década de 1990 el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (Río de Janeiro, Brasil), su último proyecto arquitectónico, con una forma que recuerda a la situación y concepto del fallido MAMC, pero ahora implementada completamente en base a líneas curvas.
Este último proyecto de Niemeyer consistía en una edificación con cristales perimetrales y apoyo vertical, formando un cono truncado invertido encuadrado en el paisaje al borde de un acantilado; una configuración general similar a la del MAMC y cuyo diseño recuerda a una flor. La edificación posee una planta interna octogonal regular (en contraste con la planta irregular ameboide del MAMC) y una rampa curva de acceso para visitar el museo, en forma similar a la que estaba prevista para el MAMC. Adentro del edificio de Niterói la arquitectura es variada, lo cual atrae al visitante curioso.
Vista aérea del Museo de Arte Contemporáneo de Niterói. Fotografía de Diego Varavelli. 2017.
Aunque el MAMC no se construyera, esto no quiere decir que la iniciativa arquitectónica innovadora de la pirámide invertida truncada no tuviera otros ejemplos de aplicación en Venezuela durante las décadas siguientes, pudiendo señalar algunas estructuras que en mayor o menor grado se aproximan a ese diseño.
En este sentido, la primera de ellas es el monumental mirador del Sitio Histórico del Campo de Carabobo. Esta edificación se ubica en lo alto de una pequeña colina dentro del monumento histórico destinado a recordar la Batalla de Carabobo, ocurrida en 1821 (justamente hace 200 años) en la sabana del mismo nombre, actualmente en el estado Carabobo, y que fuera decisiva para sellar la independencia de Venezuela del Reino de España. El mirador, de diseño brutalista, permite contemplar grandes espacios a su alrededor, dada su altura privilegiada sobre la zona. Fue inaugurado por el presidente Rafael Caldera en 1971, año en el que se conmemoró el sesquicentenario aniversario de la Batalla de Carabobo, por lo que el edificio tiene exactamente 50 años de antigüedad. Lamentablemente, no ha sido posible identificar quién fue su arquitecto diseñador.
El mirador tiene la forma de una pirámide invertida truncada de base cuadrada, con un techo opaco de concreto y fachadas de concreto en obra viva y vidrio. La pendiente de cada arista de la pirámide es de 55 grados (aproximadamente 143%), significativamente menos agresiva que la pendiente del museo de Niemeyer. Desde su inauguración, el mirador se emplea para ilustrar en visitas guiadas la historia de la Batalla de Carabobo, valiéndose de un sistema audiovisual y un diorama de modelismo estático muy detallado, mientras que la grabación un locutor marcial describe la épica historia de la batalla a los visitantes, por medio del sistema de sonido de refuerzo, y quienes recorren el interior del mirador observando el paisaje a través de los cristales inclinados. El sitio es punto obligatorio de visita turística, si bien durante décadas ha estado alternativamente abierto y cerrado al público.
Mirador del Campo de Carabobo, Venezuela. Fuente: Flickr. Fotografía de Liliana Amundaraín.
Vista satelital del Mirador del Campo de Carabobo. Fuente: Google Maps. Julio 2021. Fotografía de Fabián Robledo U.
Mirador del Campo de Carabobo. Fuente: Instagram. Fotografía de autor desconocido.
Mirador del Campo de Carabobo en restauración. 2021. Fuente: Sitio web de Radio Miraflores. Fotografía de autor desconocido.
El segundo ejemplo de pirámide invertida truncada de planta cuadrada, pero esta vez escalonada, se observa en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT), un centro comercial y profesional que incluye un hotel, con varias edificaciones, siendo una de ellas la señalada en forma de pirámide invertida, de 7 pisos de altura. La edificación se ubica en la urbanización Chuao, en el Municipio Chacao de Caracas. Fue inaugurado en 1976, y su creador fue el arquitecto venezolano Diego Carbonell Parra, pionero de la aplicación de la pirámide invertida truncada a esa gran escala. El CCCT fue el centro comercial más grande de Venezuela hasta el año 1998. El edificio tiene un agujero central que permite el ingreso de luz natural, y el esquema escalonado de la pirámide aporta sombra.
Pirámide invertida del CCCT. Caracas. Fuente: La Guía de Caracas. Fotografía de autor desconocido.
Vista satelital de la torre principal o pirámide invertida del CCCT de Caracas. Fuente: Google Maps. Julio 2021. Fotografía: Fabián Robledo U.
Una tercera estructura a mencionar no es exactamente una pirámide invertida, pero tiene afinidad. Se ubica en la ciudad de Valencia, en el estado Carabobo de Venezuela, específicamente en la urbanización Agua Blanca. Se trata del Centro Comercial Paseo Garibaldi, el cual posee un diseño de cono invertido truncado y vidrios polarizados de color ámbar, con 4 pisos de altura y terminando en una cúpula superior. El mismo fue construido aproximadamente en la década de 2000, si bien no ha sido posible conocer quién fue el arquitecto diseñador.
Centro Comercial Paseo Garibaldi, en Valencia. Fotografía: Adrián Robledo U. 2021.
Vista satelital del Centro Comercial Paseo Garibaldi, en Valencia. Fuente: Mapcarta. Fotografía: Fabián Robledo U. 2021.
Para finalizar, se debe comentar que si bien el Museo de Arte Moderno de Caracas de Niemeyer nunca se materializó, casi dos décadas después de su cancelación sí prosperaría la ejecución de una nueva iniciativa nacional para un espacio dedicado a un fin cultural similar. Se trata del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACC), el cual se ubica en el Complejo Urbanístico Parque Central, de Caracas.
En este punto es importante destacar que usualmente los críticos sitúan al arte moderno entre la penúltima década del siglo XIX hasta la de 1960, mientras que el arte contemporáneo es el que surge luego de la década de 1960, durando hasta la actualidad, entendiendo que lo "moderno" es aquello que implica una ruptura con lo ocurrido en el pasado y que lo "contemporáneo" es lo que ocurre ahora mismo.
Este nuevo MACC presenta una arquitectura brutalista, siendo una edificación de 5 niveles diseñada por el arquitecto venezolano de origen letón Nikolajs Sidorkovs (n. 1944). Fue fundado en 1973 durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera, siendo su Directora fundadora la periodista y promotora de arte moldavo-venezolana Sofía Ímber (1924-2017), quien dirigiese el museo de forma muy fructífera desde su fundación, realizando más de 600 exposiciones hasta el año 2001 cuando fue destituida de su cargo por el presidente Hugo Chávez (1954-2013).
Durante la gestión de Sofía Ímber se exhibió una colección permanente de unas cuatro mil obras, una de las mayores colecciones de América Latina, entre las que se destacan obras de artistas extranjeros como Pablo Picasso (1881-1973), Claude Monet (1840-1926), Henri Matisse (1869-1954), Vasili Kandinski (1866-1944), Fernand Léger (1881-1955), Rufino Tamayo (1899-1991), Salvador Dalí (1904-1989), Piet Mondrian (1872-1944), el ya mencionado Andy Warhol y Francis Bacon (1909-1992); y artistas venezolanos como Jesús Soto (1923-2005), Carlos Cruz-Diez (1923-2019), Armando Reverón (1889-1954) y Pedro León Zapata (1929-2015).
En reconocimiento a la obra de la directora fundadora, el presidente Carlos Andrés Pérez (1922-2010) ordenó en 1990 que se le añadiera al MACC el nombre de Sofía Ímber, denominación oficial que tuvo hasta 2006 cuando, debido a las críticas de Ímber hacia las declaraciones antisemitas del presidente Hugo Chávez ante los medios de comunicación, este decidiera en retaliación quitar su nombre del mismo. Desde ese momento se le conoce como Museo de Arte Contemporáneo Armando Reverón. Esta decisión fue protestada por influyentes personajes del arte a nivel internacional incluyendo al célebre artista colombiano Fernando Botero (n. 1932), pintor y escultor de estilo figurativo e inventor de su variante boterista, quien manifestó su indignación y asombro ante el cambio de nombre del museo.
Fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Fotografía de Bob J. Galindo, 2010.
Sofía Ímber. Fundadora del MACC, del cual fue Directora durante 28 años. Fotografía de Guillermo Ramos Flamerich, 2008.
Entrada al MACC cuando aún llevaba el nombre de Sofía Ímber. Fotografía de Gabriel Vallera, 2014.
Se observa entonces que la arquitectura y el arte, además de jugar un papel muy importante en la sociedad, son susceptibles de ser manipulados por los intereses políticos, anteponiéndose siempre los problemas políticos a los problemas técnicos, financieros u otros. Venezuela perdió la oportunidad a mediados de los años cincuenta del siglo pasado de disponer de un polo de desarrollo artístico internacional en el fallido Museo de Arte Moderno de Caracas, de Oscar Niemeyer, con su peculiar forma desafiante, moderna y agresiva de pirámide invertida truncada, pero que aun luego de su cancelación sirvió de inspiración para otros proyectos que replicaron parte de ese diseño, entre los cuales los más notables son el mencionado mirador del Campo de Carabobo y el CCCT, que hoy son estructuras arquitectónicas emblemáticas de la nación, dignas de incorporarse al catálogo de obras protegidas del país.
Finalmente, en la década de 1970 el floreciente Museo de Arte Contemporáneo de Caracas llenó el espacio que dejaría el abortado Museo de Arte Moderno de Caracas, viendo la luz como un museo de calidad internacional durante varias décadas, con productividad patrimonial y educativa comprobada, al menos hasta la reestructuración comentada. El futuro dirá si la misma ha sido para bien o para mal, cuando puedan compararse el patrimonio, número de obras y número de exposiciones realizadas por la administración actual del museo con la gestión que del mismo realizó su Directora fundadora durante 28 años ininterrumpidos, Sofía Ímber, pudiendo terminar con el optimismo que implica la ambición de que el arte debe trascender a la política, y con la estimulante frase del pintor inglés Francis Hoyland (n. 1930):
“El arte es un medio de comunicación por el que una mente llega hasta otra, salvando un gran foso en el espacio y en el tiempo, así como a través de la muerte".
Fabián Robledo Upegui.
Julio 2021.
Muy bien la recopilación d datos al respecto. Me quedaron rondando en la cabeza los conceptos d estilo brutalista y d pirámide invertida. Lo bruto del arte es la esencia humana. El resultado neto puede llegar a ser fascinante o repulsivo. Los ornamentos como la parafernalia para la expresión artística y sus múltiples manifestaciones en el arte contemporáneo. Ahí va. Para los gustos se hicieron los colores, dice un adagio popular. Y pasando a la pirámide invertida, hace eco en mi una humanizacion universal q entierra la cúspide, esconde la cabeza y florece una humanidad unida, verdadera. Adelante Caracas!
ResponderEliminarBrillante panorámica sobre la arquitectura de la Capital y del país. Una excelente investigación que nos ubica perfectamente en tiempo, espacio y personajes para el mejor conocimiento de nuestras realidades, proyectos, expectativas y logros. Bien concebido y ambientado, el artículo motiva a la investigación y a la reflexión sobre las oportunidades aprovechadas y perdidas. Felicitaciones.
ResponderEliminar