A 20 años del 1er. Concierto Interestelar de theremín, el legado del Mensaje de la Edad Adolescente


Sonogramas de porciones de 40 segundos de tres melodías del Primer Concierto de Theremín para Extraterrestres. De izquierda a derecha: Cuarto Movimiento de la 9na. Sinfonía de Beethoven, “El cisne” de Saint-Saëns, y “Summertime” de Gershwin. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: ALZ. 2001.

A 20 años del 1er. Concierto Interestelar de theremín, el legado del Mensaje de la Edad Adolescente, TAM


Ansiedad existencial y antecedentes radioastronómicos

En el afán humano existencial de tratar de conseguir información que contribuya a progresar en la tarea de ubicar el lugar del Hombre en el Universo, este ha soñado con la posibilidad de contactar a otros seres inteligentes localizados fuera de la Tierra, en el ámbito de otras estrellas, rogando por que se trate preferiblemente de seres sensibles y pacíficos. La revolución tecnológica en electrónica y microondas posterior a la Segunda Guerra Mundial permitió conseguir un esquema de comunicación interestelar viable que lograra superar, al menos parcialmente, la tiranía que suponen las extraordinarias distancias existentes entre nuestro entorno y las estrellas,  pues aun considerando solamente a las más cercanas, el trecho que nos separa de todas ellas es de varios años luz (AL), entendiendo al AL como la distancia que recorre la luz en un año en el vacío (equivalente a unos 9 billones de kilómetros, viajando a la impresionante velocidad de casi 300000 km/s, la cual es físicamente la velocidad más elevada posible de acuerdo a la Teoría de la Relatividad).

El elemento tecnológico que propicia estas factibilidades es la invención del radiotelescopio radar, cuyas funciones incluyen la recepción de las débiles señales de microondas provenientes del espacio,  pudiendo también emplearse como transmisor de potentes emisiones de microondas en la forma de ondas electromagnéticas, orientándolas hacia el sector deseado de la esfera celeste gracias a la directividad que proporciona el gran plato parabólico de su antena, cuya forma nos es hoy familiar y que suele montarse en una suspensión mecánica móvil en rotación. La ganancia de la antena, que es función creciente de su directividad y en consecuencia del diámetro del plato parabólico, es una figura de mérito muy importante en el contexto del propósito comunicativo mencionado.

La primera emisión de radio enviada intencionalmente al exterior utilizando un radiotelescopio fue realizada por los soviéticos en noviembre de 1962, y es conocida como el Mensaje Morse. Consistió en un brevísimo mensaje transmitido en código morse desde el Radar Planetario de Eupatoria (Ucrania, hoy ocupada de facto por Rusia) o EPR, mediante su arreglo de antenas parabólicas ADU-1000, y dirigido hacia el planeta Venus del Sistema Solar, y más allá.


Radiotelescopio ADU-1000 en Eupatoria, Ucrania,  en  2009, evidenciando deterioro. Fue empleado para transmitir el Mensaje Morse soviético de 1962. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía: Rumlin.

El mensaje se limitó a comunicar solo 3 palabras rusas en código morse, las cuales, exponiendo el paradigma ideológico soviético fueron las siguientes: 

  • “Мир” (romanizado Mir), que se traduce como “Paz”.
  • “Ленин” (romanizado Lenin).
  • “СССР”, siglas en ruso de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). 

Actualmente ese mensaje continúa mucho más allá de Venus y va de camino hacia la estrella HD 131336 en la constelación de Libra, portando un fútil contenido que dudosamente puede representar a toda la Humanidad y que muy probablemente sería absolutamente incomprensible para cualquier entidad inteligente que desconociese la naturaleza del código empleado, pero a su vez llevaría consigo una valiosa información: la dirección desde la cual fue emitido. Es decir, una aproximación a nuestra posición en el espacio.

Es posible que esta temprana emisión de propaganda sea la causa detrás de la ausencia categórica de respuestas a nuestros intentos de contacto radial con seres inteligentes, en caso de que lo fueran en tal grado que hubieran comprendido el idioma, la ideología, el legado del personaje histórico señalado Lenin, la naturaleza real de la entidad emisora (la URSS) y su actitud hacia la libertad. Con esto tal vez se resolvería la llamada Paradoja de Fermi, que plantea una interrogante crucial: si en base a las probabilidades hay presuntamente múltiples civilizaciones extraterrestres, como afirman los investigadores del proyecto SETI (entidad internacional dedicada a la Búsqueda de Vida Extraterrestre), ¿por qué estas no han sido detectadas aún, a pesar de la incesante y ávida búsqueda? ¡Tal vez solo se están protegiendo de una interacción interestelar con el comunismo, un contacto difícilmente beneficioso!

En los años siguientes se produjeron iniciativas adicionales de transmisión por medio de otros radiotelescopios, siendo la más relevante desde el punto de vista mediático el llamado Mensaje de Arecibo, transmitido el 16 de noviembre de 1974 desde el colosal Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico (el más grande del mundo para ese momento, inaugurado en 1963). El reflector de la antena de este observatorio tiene forma de casquete esférico (y no parabólica), de 305 m de diámetro, y está embutido entre las montañas, con un foco cuya localización puede moverse mediante servomecanismos, a los fines de poder apuntar adecuadamente a la antena hacia el lugar seleccionado del espacio y compensar también la rotación terrestre. El mensaje consistió en una compacta información digital de 1679 bits sobre la Tierra, incluyendo su ubicación precisa en el Sistema Solar y el estado del progreso científico y tecnológico de la Humanidad, todo codificado en una imagen bidimensional pixelada. La concepción y el diseño del mensaje estuvieron a cargo de los astrofísicos estadounidenses Carl Sagan (1934-1996) y Frank Drake (n. 1930), siendo este último exdirector del Observatorio de Arecibo y un influyente científico del programa SETI, quien además es el autor de la célebre y divertida ecuación de Drake, que estima el número de civilizaciones extraterrestres potencialmente contactables por radioastronomía en la galaxia, basándose para ello en la tasa de formación estelar, en un conjunto de probabilidades relativamente bien conocidas de aspectos astrofísicos y geológicos, y otro conjunto que no lo es tanto, asociado a aspectos biológicos, tecnológicos y culturales.

La emisión fue orientada hacia el cúmulo globular M13, en la constelación de Hércules, compuesto por unas 400000 estrellas. Se transmitió a la frecuencia de 2380 MHz (en el rango de las microondas), con una potencia de 450 kW y efectuando cambios de frecuencia de 10 Hz para transmitir los “1” o “0” del mensaje digital. Alcanzará su destino en unos 25000 años, a los que habría que sumar al menos una cantidad similar para un hipotético mensaje de respuesta, asumiendo que la eventual civilización receptora lo decodifique de forma expedita. Se trata pues de un proyecto simbólico con resultados solo posibles a muy largo plazo, de muy poca utilidad práctica, salvo la de haber entregado al espacio una cápsula del tiempo con una pequeña cantidad de conocimiento humano, cuya esperanza de vida se estima en algunos cientos de miles de años, antes de que el nivel de la señal caiga por debajo del ruido de fondo estelar y se haga indetectable.


Radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico. Fuente: NASA. Fotografía de autor desconocido. El radiotelescopio, inaugurado en 1963, colapsó estructuralmente en diciembre de 2020.

Imagen 2D reconstruida a partir del Mensaje de Arecibo, transmitido por los EE.UU. desde el observatorio epónimo. Se observan ciertos elementos astronómicos, físicos, químicos y biológicos. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Arne Nordmann. 2007.

Como una muestra del sentido del humor y presencia de ánimo entre los entusiastas de la temática ovni, puede citarse la presunta “respuesta” recibida con motivo del Mensaje de Arecibo, la cual se conoce como Mensaje de Chilbolton. Esta “respuesta” fue un dibujo surgido el 21/8/2001 en un trigal cercano al Radiotelescopio de Chilbolton, en Hampshire (Reino Unido), que se manifestó como dos más de los llamados círculos en los cultivos de la científicamente desprestigiada agroufología (si bien en esta oportunidad se trataba de cuadriláteros, hay que aclarar), para cuya realización las complejas radiotransmisiones fueron reemplazadas por el hábil uso de la podadora y el machete. Uno de ellos era un rectángulo con el mismo código binario del Mensaje de Arecibo, pero llevando distinta información, mientras que el otro era un cuadrado con una imagen pixelada de un supuesro extraterrestre gris canónico.


Mensaje de Chilbolton, “impreso”  en 2001 en un trigal cerca del radiotelescopio de la misma localidad, con la presunta respuesta al Mensaje de Arecibo de 1974. Fuente: Astropalacios.com. Fotografía de Lucy Pringle.

En los años siguientes se produjeron otros mensajes comunicativos dirigidos desde la Tierra hacia las estrellas, siempre haciendo uso de radiotelescopios con antenas parabólicas y portadoras de comunicaciones de microondas.  No es objetivo de este artículo describir cada uno de esos otros mensajes, con la excepción de uno que por su peculiar contenido debe ser analizado: el TAM de 2001.


El Mensaje de la Edad Adolescente, TAM, de 2001

En los meses de agosto y septiembre de 2021 se cumplen 20 años de la transmisión de un mensaje interestelar denominado Teen Age Message (TAM) o Mensaje de la Edad Adolescente, realizada en 2001 por iniciativa rusa desde Ucrania. En lengua original rusa es Детское послание (Detskoye Poslaniye).

El proyecto de la transmisión TAM consistió en una serie de mensajes de microondas en el lapso referido, dirigidos hacia seis estrellas “cercanas” a nuestro Sistema Solar y parecidas físicamente al Sol. Para esta tarea se recurrió al radiotelescopio ucraniano de Eupatoria, el mismo complejo de transmisión del ya mencionado Mensaje Morse soviético, pero esta vez se empleó una nueva antena, de mejor desempeño, en vez del arreglo original.

Dado que uno de los objetivos del mensaje era la participación de los jóvenes rusos en el mismo, un grupo de adolescentes de cuatro ciudades rusas (Moscú, Kaluga, Vorónezh y Zheleznogorsk) fue involucrado en el proyecto, seleccionando a través de Internet las estrellas hacia las cuales se dirigiría el mensaje, así como también el contenido y la información del mismo.

La estructura del mensaje fue diseñada por Aleksandr L. Záitsev (n. 1945), ingeniero de radio y astrónomo ruso, entonces dedicado a la radioastronomía, a la telemetría por radar y a la búsqueda (también por radar) de objetos en órbita cercana a la terrestre (o NEO). Záitsev se desempeñaba como Científico Jefe del Instituto de Ingeniería de Radio y Electrónica de la Academia Rusa de las Ciencias, siendo también Coordinador Regional para Rusia de la ya referida Liga SETI. Záitsev también encabezó el Centro del Espacio Profundo, ubicado en la mencionada ciudad de Eupatoria, a través del cual dirigió las transmisiones interestelares, y acuñó además el acrónimo METI, que en inglés se refiere a las actividades de Envío de Mensajes a Inteligencia Extraterrestre.


Aleksandr L. Záitsev, especialista en radares de asteroides, síntesis y transmisión de mensajes de radio interestelares. Fotografía de Rumlin. 2009.

Bajo su liderazgo, el grupo de jóvenes mencionado organizó y difundió el denominado “Mensaje de la Era Adolescente” o TAM, dirigido a la inteligencia extraterrestre, siendo el elemento más novedoso el hecho de que en esta oportunidad una parte significativa del mensaje se destinaría a una transmisión musical, presentada en forma de un concierto.

La propuesta de Záitsev para un mensaje musical interestelar fue enviada primero al ya señalado Observatorio de Arecibo en julio de 2000, y fue rechazada debido a la preocupación por el peligro que emerge al anunciar la presencia de la Humanidad a civilizaciones desconocidas potencialmente más avanzadas. Se trata de un cambio radical en la política comunicacional interestelar de los EE.UU., gestores de ese observatorio, puesto que ellos mismos fueron quienes irradiaron anteriormente el Mensaje de Arecibo, que igualmente actuaría como factor delator de la civilización terrestre.

El TAM fue transmitido por el radiotelescopio P-2500 de la serie RT-70, que se ubica en el Centro para las Comunicaciones de Espacio Profundo, construido entre 1973 y 1978 y localizado en Eupatoria (Crimea, Ucrania). Eupatoria es una ciudad que se encuentra en el territorio actualmente disputado entre Ucrania y Rusia, estando de facto ocupada militarmente por esta última en la actualidad, sin que la comunidad internacional reconozca esa anexión.

Este radiotelescopio P-2500 posee una antena parabólica con montaje Gregoriano-Cassegrain, con un plato reflector de 70 m de diámetro y un rango de frecuencias de operación en la banda de las microondas comprendido entre 5 y 300 GHz, correspondiente a longitudes de onda desde las centimétricas hasta las milimétricas, utilizando amplificadores klystron y TWT, conjuntamente con receptores criogénicos para operar con relaciones señal/ruido muy bajas, típicas de las débiles señales recibidas de origen astrofísico. Debido a estas características técnicas, el radiotelescopio tiene la facultad de generar un potente haz electromagnético, así como también de detectar y analizar señales muy débiles provenientes del espacio más allá del Sistema Solar. Esto lo habilitaba como uno de los pocos radiotelescopios que tenían a principios del siglo XXI la capacidad para enviar mensajes interestelares dirigidos a hipotéticas civilizaciones extraterrestres. Asimismo, se emplea como telescopio radar para el monitoreo de asteroides y de basura espacial, y figura entre los radiotelescopios más grandes del mundo. 


Radiotelescopio P-2500 de la serie RT-70 en Eupatoria, mediante el cual se transmitió el mensaje TAM en 2001. Fotografía de S. Korotkiy.


Arreglo focal del reflector del radiotelescopio RT-70 de Eupatoria, mostrando el grupo receptor y el cuarto de transmisión. Fotografía de Volodymyr Vlasenko. 2012.

Záitsev diseñó el mensaje de radio interestelar TAM de modo que poseyera tres partes diferenciadas, transmitidas en secuencia:

La primera parte, llamada “Sección de Sondeo” (sounding) fue una señal modulada con sonido coherente y sintonización lentamente progresiva de longitud de onda Doppler, para imitar una transmisión desde el centro del Sol. Esta señal se transmitió para ayudar a las eventuales civilizaciones extraterrestres a detectar el TAM, considerando el efecto perturbador causado durante la propagación debido al medio interestelar.

La segunda parte, llamada “Sección Analógica”, fue transmitida como información analógica y consistió en un concierto de 7 piezas musicales por parte de 3 intérpretes profesionales, utilizando el instrumento musical electrónico conocido como theremín. El theremín produce una señal de audio pseudosenoidal particularmente fácil de detectar dentro de ciertos límites, extrayéndose del ruido de fondo. La señal de audio analógica del theremín modulaba en amplitud a una portadora de microondas con frecuencia de 5010 MHz mediante el esquema de modulación analógico lineal conocido como banda lateral única (SSB). Esta frecuencia portadora se corresponde con una longitud de onda de 6 cm, conveniente para una emisión interestelar. La parte musical del mensaje de radio fue preparada por Yegor Kiselev y Vladimir Filippov. 

La tercera y última parte del mensaje, llamada “Sección Digital” se dedicó a transmitir datos digitales binarios con contenido de texto e imágenes, de forma similar al Mensaje de Arecibo. Estos incluían el logotipo del TAM, diversos dibujos artísticos y saludos escritos en ruso e inglés. El contenido de esta sección y el programa de conciertos fueron elaborados por adolescentes de diferentes partes de Rusia, como se mencionó.


Instrumento interestelar electromagnético: El theremín

El instrumento seleccionado para este primer concierto interestelar fue el theremín. Se trata de un instrumento electrófono de altura determinada, controlado sin que el intérprete tenga contacto físico con el mismo. Se puede decir que se toca sin tocarlo, ya que es sensible a la proximidad de las extremidades superiores humanas, siendo el único instrumento que posee esa peculiar condición, produciendo melodías agudas e inquietantes. Este artefacto se basa en las tempranas investigaciones soviéticas en relación con los detectores de proximidad humana.

El nombre del instrumento (originalmente “termenvox”) se debe a su inventor, el ruso/soviético Léon Theremin (1896-1993), quien lo patentó en 1928.


Theremín moderno de modelo Etherwave, fabricado por Moog Music Inc. La antena de lazo de la izquierda controla el volumen, y la antena monopolo vertical de la derecha controla la altura del tono producido, cuando el intérprete aproxima sus manos, sin que ocurra contacto mecánico. Fotografía de Bernd Hutschenreuter, 2005. 

Antes de proseguir con la descripción del funcionamiento de este poco conocido instrumento electrónico conviene sensibilizarse audiovisualmente con respecto al efecto que produce el mismo cuando lo manipula un artista profesional como Léon Theremin, su propio inventor, como se muestra en el siguiente video:

Léon Theremin tocando su instrumento homónimo original, a tubos de vacío. Fuente: YouTube. Canal: Slonikyouth. Autor desconocido.

Otro ejemplo se suministra a continuación, siendo esta vez la canción Over the Rainbow con música de Harold Arlen (1905-1986) y letra de Yip Harburg (1896-1981), interpretada por el thereminista canadiense Peter Pringle (n. 1945):


Peter Pringle, interpretando Over the Rainbow con un theremín RCA de 1929 y acompañamiento de piano. Fuente: YouTube. Canal: Peter Pringle.

Los dos videos anteriores permiten observar el hábil empleo de las dos manos para controlar el tono y el volumen del sonido, destacándose los precisos movimientos de los dedos y los ocasionales desplazamientos rápidos y periódicos que producen el efecto de vibrato (mano derecha) y trémolo (mano izquierda).

Volviendo a la historia del inventor del theremín, Léon Theremin siguió el destino de muchos técnicos perseguidos por el régimen soviético, siendo obligado a realizar trabajos forzados en una sharashka (no confundirla con la parónima charrasca venezolana; inofensivo y alegre instrumento de percusión, acompañante de gaitas, aguinaldos y merengues). Sharashka (plural sharashki) es el nombre informal dado en Rusia a los laboratorios soviéticos secretos pertenecientes al programa de campos de concentración gulag, acrónimo que en ruso significa Dirección General de Campos y Colonias de Trabajo Correccional. Allí Theremin construyó algunos artefactos electrónicos empleados como herramientas de espionaje. La palabra sharashka proviene de la expresión rusa sharashkina kontora (literalmente “oficina de la sharashka”) que a su vez viene del término sharaga usado en el argot criminal ruso para referirse a una banda de ladrones o matones, aludiendo a su desorganización, brabuconería e inherente malignidad. Si esta era la denominación de dichos laboratorios, ya podemos anticipar las condiciones de vida en esos campos de trabajo intelectual forzado.

En las sharashki también estuvieron confinados ingenieros notables como el diseñador y constructor aeronáutico Andréi N. Túpolev (1888-1972) y Serguéi P. Koroliov (1907-1966), ingeniero de cohetes y fundador del programa espacial soviético. A ellos se suma el galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 1970, Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008) escritor e historiador, cautivo como preso político en uno de esos siniestros lugares, autor de Archipiélago Gulag, libro redactado entre 1958 y 1968 y publicado en 1973 luego de que el manuscrito pudiera salir clandestinamente de la Unión Soviética y donde precisamente el autor denuncia el sistema de represión política y la "reeducación" forzada aplicada por la extinta URSS en los gulags.

Nada de esto es de extrañar para quienes conocen el régimen de terror soviético y las múltiples persecuciones y purgas debidas a la paranoia sanguinaria del dictador Iósif Stalin​ (1878-1953), ocupante del tristemente célebre segundo lugar histórico en magnitud de genocidio ordenado por una sola persona, solamente superado por el también dictador comunista y asesino de masas chino conocido originalmente por la civilización occidental como Mao Tse-tung (1893-1976) según el método Wade-Giles de romanización  del mandarín. Responsables de al menos 55 y 75 millones de muertes respectivamente, ambos superan con creces las muertes de judíos, polacos y rusos atribuidas al dictador alemán Adolf Hitler (1889-1945).

Llama la atención que los ingenieros mencionados, que una vez estuvieron ocultos en estos campos de concentración con la muerte merodeándoles alrededor, luego fueron exaltados por su país debido a sus auténticos logros técnicos en el ámbito aeroespacial, llegando incluso a elaborarse estampillas en su honor. Los soviéticos, en la más genuina tradición comunista, podían efectuar cualquier cambio en el presente o en el pasado sin dar ningún tipo de excusa ni permitir objeciones, en perfecta concordancia con lo que escribiera el periodista George Orwell (1903-1950) en su brutal novela distópica 1984, publicada en 1950, en la que el protagonista Winston se dedicaba a reescribir la historia según las directrices autoritarias que le eran asignadas, de manera que "El Partido" omnipresente, infalible y todopoderoso nunca se equivocara, aun cuando lo prometido no fuera cumplido.

Para entender el funcionamiento del theremín hay que tener en cuenta que las ondas sonoras percibidas por el oído humano poseen un rango de frecuencias comprendido aproximadamente entre unos 20 Hz (1 Hz o Hertz es un ciclo por segundo) y unos 20000 Hz en una persona joven y sana. Estas son el resultado de vibraciones o fluctuaciones de presión en el aire (ondas longitudinales).  En el theremín, que es un instrumento musical electrónico,  se incluye un sistema de bobinas y de válvulas electrónicas (dispositivos termoiónicos de amplificación, reemplazados hoy por los ubicuos transistores) que permiten crear una corriente eléctrica oscilante de alta frecuencia en el circuito del instrumento, la cual se acopla a un sistema de dos antenas, generando un campo electromagnético en las cercanías del artefacto. La primera antena es un monopolo vertical, y la proximidad de la mano a ella permitirá controlar la frecuencia fundamental del audio producido. La segunda antena es una antena de lazo, situada en el plano horizontal, en donde la posición de la mano esta vez controla la intensidad o volumen de la señal de audio.

Se tiene entonces que la presencia física del intérprete ante este campo electromagnético lo perturba, y la proximidad de sus manos a las antenas modifica la capacitancia del circuito eléctrico, lo cual se ha tenido en cuenta en el diseño para que la variación de ese parámetro controle, mediante técnicas de mezclado o heterodinaje de dos señales, la frecuencia y la intensidad de un oscilador de audio interno, cuya señal se amplificará y se enviará a un altavoz acoplado que emitirá ondas sonoras al aire, de amplitud y frecuencia “moduladas” por la posición relativa de las manos del intérprete con respecto a las dos antenas indicadas. A partir de una distancia umbral máxima de las manos con respecto a las antenas, se tiene por diseño que la frecuencia del sonido producido no se encontrará dentro del rango audible. La señal de audio provocada tiende a ser cuasisenoidal, lo cual implica que tiene relativamente poca distorsión y se aproxima a la de un tono puro, suavemente modulado por los movimientos del intérprete. El sistema es tan sensible que un movimiento leve de los dedos y hasta de los nudillos implica un cambio significativo en la altura y el volumen del tono de audio producido por el instrumento. Técnicamente puede considerarse al theremín como un dispositivo modulador de amplitud y de frecuencia, de audiofrecuencia. Por supuesto, una fuente de alimentación eléctrica se requiere para aportar la energía exigida por el sistema.

La naturaleza electrónica del instrumento lo hace producir un sonido peculiar, armónico y sintético, que debido a que es muy diferente a los sonidos de otros instrumentos tradicionales fue considerado oportuno para las bandas sonoras de ciertas películas y series de TV de los géneros de terror y de ciencia ficción. El sonido del instrumento es prácticamente una marca registrada en el cine de la cultura ovni y de extraterrestres, pudiendo citarse su empleo en películas emblemáticas y hoy de culto, tales como las estrenadas en 1951 El enigma de otro mundo, dirigida por el americano Christian Nyby (1913-1993) y El día que la Tierra se detuvodirigida por Robert Wise (1914-2005).

Cartel de El enigma de otro mundo. RKO Radio PicturesFuenteHeritage Auctions.

Cartel de El día que la Tierra se detuvo. Twentieth Century-Fox Film Corp. FuenteHeritage Auctions.

El theremín también se utilizó como instrumento exótico en la película bíblica de 1956 Los 10 Mandamientos, dirigida por Cecil B. DeMille (1881-1959), y con música compuesta y dirigida por Elmer Bernstein (1922-2004). Asimismo, ha llegado a usarse hasta en películas recientes de no ficción relacionadas con la astronáutica, como First Man, de 2018 y biográfica del héroe americano Neil Armstrong (1930-2012), dirigida por Damien Chazelle (n. 1985) y con música de Justin Hurwitz (n. 1985). Este indicó que recurrió al theremín a los fines de obtener un sonido electrónico que no fuera áspero, y que a su vez se fundiera junto con la orquesta.  

Cartel de Los 10 Mandamientos. Fuente: Heritage Auctions. Autor: Paramount Pictures Corporation.


Cartel de First Man. Universal Pictures. Fuente: IMP Awards.

Dado que el mensaje del TAM representa a toda la especie humana, hubiera sido pertinente en este 1er. Concierto Interestelar la selección de un instrumento más universal que el theremín, tal como el piano o el violín. Si lo que se deseaba era exaltar a Rusia entonces un instrumento tradicional ruso hubiera sido la elección acertada, pero se hace difícil comprender la razón por la cual se seleccionó el theremín, un instrumento tan ajeno a la cultura rusa y a cualquier otra nación de la Humanidad. En este sentido, en lugar de seleccionar un instrumento musical tradicional ruso, como pudiera ser la balalaika (láud triangular de 3 cuerdas metálicas), la zhaleika (un predecesor del clarinete), el gusli (un antiguo instrumento de cuerda ruso, derivado de la lira) o la domra  (laúd circular de cuerdas metálicas), se escogió al theremín, de tipo electrónico, que no forma parte de la cultura originaria rusa sino más bien de la aculturación experimentada con motivo de la implementación del régimen soviético, haciendo uso de la tecnología electrónica.


Balalaika de la segunda mitad del siglo XX. Museo de Ciencia y Tecnología de Belgrado. Una posible opción más representativa de la cultura rusa que el theremín, para el 1er. Concierto Interestelar. Autor: Miloš Jurišić. 2020.

Esto es aún más difícil de comprender considerando que en el año 2001 el comunismo había ya caído en ese país hacía justamente 10 años, y que la Rusia democrática incipiente no se encontraba particularmente orgullosa del mismo, pues pueden recordarse las imágenes de las estatuas del líder comunista Vladimir I. Ulianov (1870-1924), derribadas y destruidas en público a partir de 1989 en todas las repúblicas que conformaban la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia. El alias de Ulianov, Lenin, apenas 39 años antes era precisamente el nombre voceado en código hacia las estrellas, con obligado orgullo soviético, en la segunda palabra “Ленин” del primigenio Mensaje Morse, mencionado al inicio del artículo. 

En este sentido, si los extraterrestres pudieran descifrar ese mensaje entenderían que Lenin es un personaje muy querido en la Tierra, pero si se enteraran de cómo los propios rusos trataron luego a sus efigies haciéndolas pedazos con sistemática determinación en el mejor de los casos, tal vez creerían con razón que nuestra especie no es muy seria con relación a lo que decide transmitir al espacio con fines comunicativos. Así pues, nuestro prestigio está ya irremediablemente comprometido en su viaje a las estrellas, con una pequeña pero afortunadamente ininteligible muestra del caduco evangelio soviético. Dado que errar es humano y rectificar también lo es, sería conveniente enviar la primera fe de errata espacial que corrija las emisiones del Mensaje Morse, reemplazando el nombre de Lenin por el de un representante realmente digno de los valores de la Humanidad. A este respecto se propone a Jesucristo, al menos como maestro de la moral, y si es muy polémico entonces Alejandro Magno debería ser la opción, debido a su condición de ser el mayor conquistador y civilizador de todos los tiempos.

La implementación del TAM

El TAM comprendió la transmisión de un conjunto de mensajes interestelares analógicos y digitales emitidos por el radiotelescopio de Eupatoria, siendo estos dirigidos mediante su antena parabólica hacia 6 estrellas “cercanas” de nuestra galaxia, cuyas características son similares a las del Sol. Una enana amarilla de tipo espectral G2V, es decir, una estrella de clase G en su secuencia principal, con una temperatura superficial media de unos 5800 K que produce una máxima emisión de luz amarilla en la longitud de onda de 500 nm, la cual resulta ser la longitud de onda de máxima sensibilidad para el ojo humano, en clara correspondencia con la adaptación evolutiva de la especie al ambiente.

Para Záitsev era importante incluir la expresión artística humana en los mensajes interestelares a los fines de que pudiera ser apreciada por eventuales civilizaciones extraterrestres. Con esto en mente decidió que se transmitiría música en forma analógica, a diferencia de los tres mensajes interestelares anteriores enviados internacionalmente, que empleaban la transmisión discreta asociada a la modulación digital. De este modo, la información transmitida pasaba a ser “unidimensional” por tratarse de música, que evoluciona en altura y volumen al transcurrir la dimensión del tiempo, y que para Záitsev sería más “expresiva” que el propio lenguaje humano. La selección del theremín para ello inevitablemente puede vincularse a un claro guiño hacia la cultura de la ciencia ficción y el orgullo ruso-soviético.

Fueron invitados tres intérpretes virtuosos de theremín, pertenecientes al Centro de Theremín de Moscú. Ellos fueron:

En primer lugar Lydia Y. Kavina (n. 1967), de nacionalidad rusa y educada en el Conservatorio de Moscú. Pariente y alumna del propio Léon Theremin, enseña theremín en la ciudad británica de Oxford.


La thereminista Lydia Kavina en un concierto en solitario, realizado en Ekaterimburgo en 2005. Fuente: Wikipedia. Autor. Lydia Kavina.

En el siguiente video se puede observar a Kavina en una ejecución:


Video de Lydia Kavina interpretando "Vocalise" de S. Rajmáninov. Grabada en el Festival Farinelli de 2008 en Riga, Letonia. Fuente: YouTube. Canal: Lydia Kavina. Esta pieza musical, interpretada por la misma Kavina, forma parte del concierto del TAM.

En segundo lugar se invitó a Yana Aksenova y en tercero a Anton Kerchenko, siendo ambos también afamados thereministas.

El thereminista Anton Kerchenko y su joven pupila Vania, en 2001. Autor: Rumlin.

Los 3 intérpretes señalados ejecutaron 9 piezas musicales seleccionadas por el grupo referido de estudiantes rusos, con una duración total aproximada de poco más de 15 minutos. Lydia Kavina  envió su ejecución grabada, mientras que Yana Aksenova y Anton Kerchenko la hicieron en vivo.

El programa de piezas musicales, elaborado por los adolescentes rusos, incluyó obras del veneciano Antonio Vivaldi (1678-1741), del alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827), del francés Camille Saint-Saëns (1835-1921), del ruso Serguéi Rajmáninov (1873-1943), del americano George Gershwin (1898-1937), y de los rusos Alexander Dolsky (n. 1938) y Vladimir Lantsberg (n. 1948-2005). Igualmente se incorporaron dos melodías populares tradicionales rusas, una de ellas de la compositora Elizaveta Shashina (1805-1903) y la otra escrita por el compositor Iván P. Lariónov (1830-1889). Las melodías seleccionadas para el programa del concierto interestelar fueron las siguientes:

  • 1er. Movimiento (Allegro) del Concerto No. 1 en Mi mayor “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi, publicada en 1725.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía en Re menor de L. van Beethoven, terminada en 1824, que corresponde a la musicalización de la “Oda a la Alegría” del poeta alemán Friedrich von Schiller (1759-1805).
  • Música del poema de Mijaíl Lérmontov (1814-1841) titulado “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • Melodía de la canción popular rusa “Kalinka-Malinka”, escrita por I. P. Lariónov en 1860, si bien existía anteriormente.
  • 13er. Movimiento “El cisne” de la suite “El carnaval de los animales” compuesta en 1886 por C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov, última pieza de su serie titulada “14 canciones”. Se trata de una canción publicada en 1915 sin palabras, cantada utilizando una única vocal elegida por el cantante.
  • “Summertime”, de G. Gershwin, concebida como aria para la ópera “Porgy y Bess” de 1935.
  • “Estrella en la palma de la mano”, de A. Dolsky, de 1980.
  • “En vano nadie creyó en los milagros”, de V. Lantsberg, basada en la novela “Velas Escarlatas” del escritor ruso Alexander Grin (1880-1932).

También se hace destacar que ninguna de las obras de autor que fueron transmitidas han sido diseñadas para su ejecución con el theremín, lo cual necesariamente desvirtúa la intención expresiva del compositor, eliminando casi todo componente armónico (dado que la ejecución corresponde a una sola frecuencia modulada) y degenerando hacia un estilo puramente monofónico, de melodía solitaria y única. 

En la muestra de selecciones musicales del TAM la nación rusa está sobrerrepresentada, y podría ser considerado como un error el haber omitido a algunos de los más grandes exponentes universales de la música, como el austriaco Wolfgang A. Mozart (1756-1791) y el alemán Johann S. Bach (1685-1750), entre otros. El criterio de selección del programa musical del TAM pudo intentar maximizar la calidad y la diversidad de las selecciones, pero esto no ocurrió así. Cabe destacar además que el compositor ruso Rajmáninov, de la muestra, fue perseguido por el régimen soviético por razones exclusivamente políticas, sus propiedades fueron expropiadas y su música, censurada. ¿Quién hubiera pensado que más de sesenta años después se transmitiría orgullosamente su obra al espacio en la misma Rusia, usando el instrumento musical que fuese alguna vez parte de las ingeniosas creaciones de la Revolución que lo hostigó?

En cuanto a la diversidad temporal de las piezas, estas incluyen períodos y géneros como el Romanticismo, el Barroco y el jazz, siendo criticable que no haya una pieza específica asociada al período clásico. Tampoco se incluyó música pre-barroca, de carácter sacro y polifónico.

Dado que ninguna de las 9 piezas del programa musical fue diseñada para theremín, su ejecución (a pesar del virtuosismo de sus intérpretes, que no está en discusión) podría ser considerada como un “cover” limitado por las prestaciones del instrumento, y en donde una gran cantidad de elementos fundamentales de la armonía y el ritmo se ha perdido. De esta manera, una civilización extraterrestre podría percibir como extremadamente simple a la genial música humana, y en el peor de los casos calificar al grandioso Beethoven como tan solo “un músico más”.

Por citar un ejemplo del problema planteado, si se hubiera seleccionado la fanfarria inicial Amanecer del poema sinfónico Así habló Zaratustra del compositor alemán Richard Strauss (1864-1949), el theremín sería óptimo para interpretar el Nature motif de 3 notas con el que comienza esa imponente melodía (usada también en el intro de la película 2001: Una odisea del espacio de 1968, dirigida por Stanley Kubrick (1928-1999) y con guion compartido con uno de los tres grandes escritores de la ciencia ficción dura: Sir Arthur C. Clarke (1917-2008)), pero luego sería completamente inadecuado para reproducir con fidelidad los enérgicos elementos de percusión afinada que siguen al prólogo referido. La melodía así obtenida con el theremín sería percibida de forma muy distinta a la original, al carecer de aquellos golpes de percusión que intensifican dramáticamente su efecto estético. El thereminista en este caso estará obligado, o bien a omitir los golpes, o bien a tratar de imitarlos marginalmente con un timbre muy diferente al deseado. Se concluye entonces que esa melodía es definitivamente inapropiada para un theremín bajo las disposiciones establecidas. Esto podría haber ocurrido en alguna de las melodías del concierto interestelar, posiblemente en un grado más reducido si se hubiese tomado en consideración al elegir las piezas.

Amanecer, de Así habló Zaratustra, intro de la película 2001: Una odisea del espaciode la Metro-Goldwyn-Mayer. Concierto Voces para la Paz (Músicos Solidarios) en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, realizado el 12/06/2011. Fuente: YouTube. Canal: Voces para la Paz. Puede imaginarse el desafío para reproducir las partes de la percusión del tema musical con el theremín.

En otro orden de ideas pero en un contexto parecido, en África Occidental existen pueblos cuyo lenguaje incluye palabras y frases con entonación melódica, es decir,  en estas lenguas una misma palabra puede significar varias cosas diferentes de acuerdo con el tono o altura con que se pronuncie dicha palabra. La música de estas etnias utiliza además tambores “parlantes” que, hábilmente tocados, imitan las inflexiones del lenguaje y emiten mensajes que pueden ser entendidos por los miembros de la comunidad incluso a largas distancias, en un fenómeno conocido como telegrafía de tambor. Seguidamente se suministra una muestra en video de esta peculiar expresión comunicativa:

Nana Kyeremateng Bafour toca los tambores emitiendo mensajes con información compleja que se difunden entre pueblos de la selva, en Accra, Ghana. Se trata de un ejemplo de la telegrafía de tambor. Fragmento del Episodio 2 de Noise: A Human History, producido por Rockethouse para BBC Radio 4. Fuente: YouTube. Canal: BBC Radio 4.  2013.

Otro ejemplo, pero en sentido opuesto, lo constituye el uso de elementos melódicos para el envío de información entre personas a distancias moderadas (de varios kilómetros), al aire libre y en lugares montañosos, por medio de la utilización de las llamadas lenguas silbadas. Una de las más conocidas es el silbo gomero, Patrimonio Cultural Inmaterial de la isla española de La Gomera, a través del cual se transmite información compleja entre personas mediante potentes mensajes silbados, emitidos oralmente con ayuda de los labios y los dedos, aplicando una técnica normalmente aprendida desde la niñez. Los silbidos contienen información cotidiana en forma completamente independiente de una posible interpretación musical de su sonido, que podría ser percibido como una aproximación musical cuando la persona que lo escuchase no supiera cómo decodificarlo, pues un receptor foráneo solo oirá un melódico gorjeo musical al que tal vez atribuirá un valor artístico, abstracto e inexistente, pero no el carácter comunicativo intencionado. A continuación se suministra un video del empleo del silbo gomero por parte de unos jóvenes y hábiles estudiantes, en una conversación cotidiana efectuada por medio de silbidos:

Intercambio de información mediante el silbo gomero, con traducción simultánea de los mensajes. Video elaborado por los alumnos del CEIP Maximiliano Gil Melián, asociado a un proyecto de enseñanza del silbo gomero. Lomo Colorado, Santa Cruz de Tenerife, España.

En consecuencia, si incluso dentro de la propia especie humana la línea que separa a la música del lenguaje es tan delgada, como sugieren los hechos anteriormente expuestos, no sería de extrañar que los hipotéticos receptores del mensaje interestelar musical del TAM lo interpretasen (o tratasen de hacerlo) más allá de lo estético, buscando una carga semántica inexistente asociada a las frecuencias. Por lo tanto, una civilización extraterrestre podría creer al recibir los sonidos del theremín que se les está es “hablando” por medio de esa melodía, en vez de considerarla simplemente como una manifestación artística expresiva, complicando significativamente la embrionaria iniciativa de comunicación. ¿Cómo lograr que la civilización extraterrestre entienda que se trata es de arte en forma de música, si es que esta llega a manejar la noción de ese concepto tan abstracto e inherentemente humano? Los preámbulos o elementos de cabecera de los mensajes a transmitir deben entonces tomar en cuenta este punto, que sería parte de la “calibración conceptual comunicativo-artística” del mismo.


Estrellas destinatarias y programa de transmisión del concierto TAM

Las transmisiones fueron destinadas a un grupo de seis estrellas relativamente cercanas, todas ellas con características muy parecidas a las del Sol, incluyendo temperatura, luminosidad y metalicidad (contenido de metales o elementos pesados). Estas estrellas se ubican en las constelaciones del Delfín, la Osa Mayor, Gemini, Virgo, Hidra y Dragón, y sus distancias a la Tierra están comprendidas entre los 45,9 AL y los 68 AL, siendo el promedio 56,6 AL. Recordemos que 1 AL es un año-luz o bien la distancia que recorre la luz en un año, equivalente a unos 9 billones de km. Vale decir que la estrella más próxima a la Tierra luego del Sol es Próxima Centauri, ubicada en el sistema Alfa Centauri de la constelación del Centauro, a unos 4,2 AL de distancia.

Las 6 transmisiones de microondas del TAM portadoras de su mensaje se describen a continuación, indicándose la estrella objetivo, sus características físicas y astronómicas, la fecha de emisión y la fecha prevista para la llegada del mensaje a cada estrella. Se especifica también si se han descubierto o no exoplanetas en torno a ellas. Para la edad de la estrella, 1 MA es un millón de años terrestres. Después de los datos de la estrella, para cada transmisión se suministra su programa musical respectivo, precisando el orden secuencial de difusión de las obras musicales y la duración del concierto. Nótese que no todos los programas musicales fueron iguales.

Transmisión N° 1:

Estrella objetivo:

  • Estrella: HD 197076.
  • Constelación: Delfín. 
  • Magnitud aparente: 6,44.
  • Distancia: 68 AL.
  • Clase espectral: G5V.
  • Masas solares: 1,01.
  • Temperatura superficial: 5837 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): n.d.
  • Metalicidad: 83 %.
  • Edad: 4000 MA.
  • Exoplanetas: Ninguno.
  • Fecha emisión: 29/08/2001.
  • Fecha de llegada: Febrero de 2070.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra "Las cuatro estaciones" de A. Vivaldi.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.
  • “Summertime”, de G. Gershwin.
  • “Kalinka-Malinka”, de I. P. Lariónov.

La duración del concierto fue de 17 minutos y 17 segundos.

Transmisión N° 2:

Estrella objetivo:

  • Estrella: 47 Ursae Majoris, HD 95128.
  • Constelación: Osa Mayor.
  • Magnitud aparente: 5,03.
  • Distancia: 45,9 AL.
  • Clase espectral: G1V.
  • Masas solares: 1,03.
  • Temperatura superficial: 5855 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): 1,54.
  • Metalicidad: 110 %.
  • Edad: 6030 MA.
  • Exoplanetas: 3.
  • Fecha emisión: 03/09/2001.
  • Fecha de llegada: Julio  de 2047.
  • Observaciones:  Se envió un segundo mensaje, llamado Cosmic Call 2, el 6 de julio de 2003. Fue también estrella objetivo del proyecto Terrestrial Planet Finder (TPF), destinado a la búsqueda de exoplanetas terrestres con vida, el cual fue cancelado.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.
  • “Summertime”, de G. Gershwin.
  • “Kalinka-Malinka”, de I. P. Lariónov.
  • “Estrella en la palma de la mano”, de A. Dolsky.
  • “En vano nadie creyó en los milagros”, de V. Lantsberg.

La duración del concierto fue de 15 minutos y 16 segundos.

Transmisión N° 3:

Estrella objetivo:

  • Estrella: 37 Geminorum, HD 50692.
  • Constelación: Gemini.
  • Magnitud aparente: 5,74.
  • Distancia: 56,3 AL.
  • Clase espectral: G0V.
  • Masas solares: 1,1.
  • Temperatura superficial: 5890 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): 1,25.
  • Metalicidad: 79 %.
  • Edad:  4485 MA.
  • Exoplanetas: Ninguno.
  • Fecha emisión: 03/09/2001.
  • Fecha de llegada: Julio de 2057.
  • Observaciones: Era un objetivo de los proyectos Darwin y Terrestrial Planet Finder (TPF), para la búsqueda de exoplanetas terrestres con vida. Ambos proyectos fueron cancelados.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.
  • “Estrella en la palma de la mano”, de A. Dolsky.
  • “En vano nadie creyó en los milagros”, de V. Lantsberg.

La duración del concierto fue de 16 minutos y 40 segundos.

Transmisión N° 4:

Estrella objetivo:

  • Estrella: HD 126053.
  • Constelación: Virgo.
  • Magnitud aparente: 6,30.
  • Distancia: 57 AL.
  • Clase espectral: G1.5V.
  • Masas solares: 0,84.
  • Temperatura superficial: 5693 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): 0,90.
  • Metalicidad:  n.d.
  • Edad:  5700-11700 MA.
  • Exoplanetas: Ninguno.
  • Fecha emisión: 03/09/2001.
  • Fecha de llegada: Enero de 2059.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi.
  • “Velas escarlatas”, de V. Lantsberg.
  • “Estrella en la palma de la mano”, de A. Dolsky.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.

La duración del concierto fue de 14 minutos y 32 segundos.

Transmisión N° 5:

Estrella objetivo:
  • Estrella: Gliese 327, HD 76151.
  • Constelación: Hidra.
  • Magnitud aparente: 6,00.
  • Distancia: 54,96 AL.
  • Clase espectral: G2V.
  • Masas solares: 0,92.
  • Temperatura superficial: 5675 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): 0,99.
  • Metalicidad:  91,2 %.
  • Edad:  6300 MA.
  • Exoplanetas: Ninguno.
  • Fecha emisión: 04/09/2001.
  • Fecha de llegada: Mayo de 2057.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.
  • “Estrella en la palma de la mano”, de A. Dolsky.
  • “En vano nadie creyó en los milagros”, de V. Lantsberg.

La duración del concierto fue de 16 minutos y 30 segundos.

Transmisión N° 6:

Estrella objetivo:
  • Estrella: HD 193664.
  • Constelación: Dragón.
  • Magnitud apatente: 5,91.
  • Distancia: 57,3 AL.
  • Clase espectral: G3V.
  • Masas solares: 0,95.
  • Temperatura superficial:  5813 K.
  • Luminosidad (con respecto al Sol): 1,18.
  • Metalicidad: 76 %.
  • Edad: 4700 MA.
  • Exoplanetas: Ninguno.
  • Fecha emisión: 04/09/2001.
  • Fecha de llegada: Enero de 2059.
Programa musical:
  • “Salgo solo al camino”, de  E. Shashina.
  • 4to. Movimiento de la 9na. Sinfonía de L. van Beethoven.
  • 1er. Movimiento de “La Primavera”, perteneciente a la obra “Las cuatro estaciones” de A. Vivaldi.
  • “El cisne” de C. Saint-Saëns.
  • “Vocalise”, de S. Rajmáninov.
  • “Summertime”, de G. Gershwin.
  • “Kalinka-Malinka”, de I. P. Lariónov.

La duración del concierto fue de 17 minutos y 15 segundos.

Si alguno de estos mensajes fuese recibido por una civilización extraterrestre, a partir del momento de la recepción habría que añadir el tiempo que esta necesitaría para su eventual decodificación (heurística), y si este es correctamente interpretado y la entidad alienígena decide transmitir una respuesta empleando la radioastronomía, habrá que añadir en promedio otros 56,6 años para el tiempo de propagación del exomensaje de vuelta a la Tierra a través del espacio, de manera que la Humanidad no podrá tener una posible contestación sino a partir del año 2114 aproximadamente. Sería muy digno recibir los aplausos estelares (o su equivalente cultural alienígena) por la ejecución del concierto, para beneplácito de los herederos de los 3 intérpretes de theremín, lo que obliga a que con suficiente anticipación se deberían tomar las medidas adecuadas en la Tierra para la detección de esta posible y anhelada respuesta inducida extraterrestre, a los fines de evaluar con avidez su contenido de información y apreciar las maravillas o desgracias a las que tal contacto dio lugar, esperando que no se trate de un mensaje de propaganda estelar o de cobro de algún impuesto galáctico en el que la Humanidad estuviera en condición de morosa sin saberlo, frente a lo cual los extraterrestres pudieran tratar de aplicar la premisa legal universal de que el desconocimiento de la ley no excusa su incumplimiento (ley galáctica, por supuesto).


Propuesta de un "cuadremín" y de un "theremín multidimensional": una opción de investigación

Es interesante señalar que el theremín ha experimentado relativamente poca evolución desde que comenzó a utilizarse a gran escala en la década de 1920, puesto que si bien su electrónica migró desde los tubos al vacío de los equipos RCA hasta los dispositivos de estado sólido miniaturizados de alta fidelidad y con añadidos de electrónica digital como son los equipos Moog actuales, su configuración es básicamente la misma, empleando solo las dos antenas ya referidas. Sin embargo, pudiera proponerse en este estudio un camino evolutivo para toda una serie de nuevos instrumentos basados en el principio de interacción de otros miembros humanos con los campos electromagnéticos, ya que podría considerarse que en principio no hay una limitación que obligue a usar solo las dos manos para la interacción hombre–instrumento.

Así, es concebible un cuad-theremín o cuadremín que tuviera otras dos antenas para emitir campos electromagnéticos adicionales susceptibles de ser perturbados por el intérprete, modulando ahora señales extra de audio mediante las piernas, y que el nuevo instrumento se controlara con las dos manos y con los dos pies. Diversos instrumentos tradicionales actualmente lo hacen, entre los que podemos citar en percusión a la canónica batería, cuyos pedales accionan percutores que golpean bombos y platillos horizontales hi hat o charles; o bien en música electrónica el órgano Hammond con altavoz Leslie que requiere pedales para los bajos y también para controles de volumen y otros efectos sonoros. El nuevo par de antenas en el cuadremín aquí propuesto estaría destinado a crear el campo electromagnético extra perturbable por los pies del artista, y estaría en condiciones de generar frecuencias adicionales de audio, aumentando significativamente las capacidades armónicas del instrumento. 

Dada la gran sensibilidad del theremín, no es descabellado pensar que antenas adicionales (supernumerarias) podrían ser sensibles al movimiento de la cabeza del artista para dar flexibilidad adicional de emisión de notas o efectos. Adicionalmente, podrían incorporarse arreglos de antenas de polarización ortogonal a la tradicional, de modo de poder aprovechar la discriminación de polarización cruzada que este arreglo ofrece, a los fines de disponer de un campo electromagnético más rico, susceptible de ser perturbado ahora de muy diversas maneras. Un theremín multidimensional de este tipo crearía una amplia categoría de nuevos sonidos que enriquecerían a la música electrónica, una vez adquirida la pericia de los intérpretes para articular los nuevos y complejos movimientos de manos, muñecas, nudillos, piernas, pantorrillas, tobillos y cabeza (al menos), emergiendo novedosas posibilidades artísticas basadas en la extraordinarias y adaptables inteligencias cinestésica y musical del ser humano, de acuerdo a la teoría de inteligencias múltiples de Howard E. Gardner (n. 1943), y donde la genialidad individual es capaz de afrontar los más grandes desafíos en relación con la interacción del intérprete con el ambiente (los campos) y el instrumento (las antenas), ejecutando los complejos, veloces y sutiles movimientos que serían requeridos para "tocar" selecciones musicales con este nuevo instrumento aquí propuesto. Un ejemplo en este sentido lo constituyen los hombres orquesta, tan célebres en programas de variedades y como artistas ambulantes, que sorprenden por su habilidad psicomotora y coordinación cuerpo-mente.

El diseño de prototipos de estos nuevos instrumentos sugeridos cuadremín y theremín multidimensional se iniciaría por parte del luthier-ingeniero con la simulación computacional de los campos electromagnéticos, de las señales moduladas, los batidos o mezclas (heterodinaje) y los transductores electromecánicos y acústicos, empleando programas de simulación numérica  interdisciplinaria (mecánica y eléctrica). Se trata de un campo de investigación potencialmente pertinente para la Universidad Nacional en las escuelas de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Telecomunicaciones, en las áreas de estudio correspondientes a teoría electromagnética, antenas, señales y sistemas, electrónica, teoría de control, procesamiento digital de señales, circuitos de comunicaciones y acústica, entre otras, en colaboración con las entidades académicas de Educación Superior en Música, aprovechando una oportunidad de crecimiento mediante los Trabajos de Grado y de Posgrado que correspondan a estos estudios tecnológicos y musicales, híbridos entre los dominios científico y artístico.

Y así tal vez en un futuro se pueda realizar un 2do. Concierto Interestelar de Música Electrónica, dirigido al Firmamento, en el que se corrijan los errores y omisiones comentados sobre  la definitivamente interesante, innovadora y sistemática transmisión que constituyó el concierto del TAM de 2001 liderado por Záitsev, con el apoyo de la juventud rusa hace justamente 20 años, realizado con la ilusión de una amigable respuesta que tal vez ocurrirá a partir del siglo XXII, finalizando el angustiante silencio existencial de inteligencia extraterrestre que se observa hasta los actuales momentos.


Conclusión: ¿Convienen los mensajes interestelares?

Ya en este punto es pertinente preguntarse si es conveniente o no para la Humanidad enviar este tipo de mensajes, que indican en forma precisa la ubicación de la Tierra en el espacio, así como también informan directa o indirectamente sobre el nivel tecnológico que su civilización ha alcanzado, y las principales características físicas, químicas y biológicas de la especie humana.

En caso de que exista inteligencia extraterrestre no se conoce si la misma sería amigable u hostil a la Humanidad, por lo que entonces estas iniciativas de enviar mensajes pueden ser vistas como errores crasos desde el punto de vista de la seguridad y defensa, efectuados por muy pocos y comprometiendo potencialmente a muchos.

Podemos imaginar un símil, en el que hipotéticamente una tribu de los pueblos primitivos de América en el año 1400 tira al mar una balsa cerrada de totora o palma como ofrenda al panteón de sus dioses, donde incluyeran figuritas de sus ídolos y cosmogonía, algunas plantas medicinales y venenos, y muestras de sus mejores armas, como cerbatanas, flechas y lanzas con puntas de piedra, obsidiana, hueso o cuerno, así como oro en forma de orfebrería. Supongamos que esta balsa logra superar los peligros inciertos del océano y, ayudada por alguna corriente, llega a uno de los puertos del Reino de España. Los españoles, intrigados por el hallazgo, inmediatamente tendrían información acerca de las capacidades tecnológicas e intelectuales de quienes enviaron tal mensaje (ya que no hay signos del uso de escritura en la balsa), pudiendo inferir que estas son muy inferiores a las españolas, y que hay recursos por explotar del otro lado del océano, estimulando el ir a su búsqueda (sobre todo, del oro), con las naturales bravura y ansias de descubrimiento y conquista españolas (exhibidas al menos durante algunas centurias a partir de esa época). El Descubrimiento de América por quienes le entregaron Dios, Luz y Nombre se hubiera anticipado, lo cual probablemente no habría sido considerado como algo bueno por una parte de los pueblos conquistados (mientras que las tribus que se convertirían en aliadas de los conquistadores por conveniencia pensarían de otra manera), antes de ser completamente asimilados a la Civilización Occidental (basada en los pilares fundamentales de la moral hebrea, la filosofía griega, el derecho romano y la caridad cristiana) y en donde como herencia las naciones de hoy creadas en el Nuevo Continente se basan íntegramente en los valores del Viejo, muy distintos a los de los pueblos primitivos de esos territorios, en ciertos casos execrables y de nula humanidad, como aquellos que practicaron el canibalismo sistemático y masivo como fue el caso del Imperio Azteca, cuyo efecto tiende a ser mitigado gradualmente por la antropología y etnología modernas de tendencia revisionista, bajo la excusa de que se trataba de asuntos rituales, inexcusables desde cualquier punto de vista realmente humano.

Esto es justamente lo que se está haciendo al enviar estos mensajes de radio tan precisos al espacio. Se tratan de simples mensajes terrestres que gritan a voces "AQUÍ HAY RECURSOS", y si las entidades inteligentes extraterrestres han evolucionado también en forma darwiniana, lo que implica conocer a sangre y fuego a costa de la mutilación o la vida lo que es el concepto de competencia, no es difícil imaginar que en primera instancia estarán ávidas de apoderarse y controlar esos recursos anunciados.

Es posible que la civilización extraterrestré desarrollase también el altruismo, tal como hicieron los humanos, y si llegase a ser ese el caso, si los alienígenas viesen también al Universo con curiosidad y altruismo en virtud de su inteligencia, ventaja evolutiva y chispa divina, posiblemente gracias a la altura que les brindaría el poseer un alma inmortal, un espíritu libre y haber tal vez sido iluminados por la redención en Jesucristo tal como especulaba el astrónomo y teólogo italiano Giordano Bruno (1548-1600) al comentar sobre la pluralidad de los mundos y si sus habitantes conocerían o no al Redentor, pudiera entonces haber alguna esperanza para la Humanidad de que el contacto fuera recibido con una cordialidad e interés elevado entre pares por parte de la civilización extraterrestre. Hasta que eso no se confirme, toda la Humanidad y sus valores se ponen en riesgo al intentar estos contactos exógenos, que pueden implicar una conquista y dominación a la raza humana luego de una guerra más o menos cruenta, en caso de que la Humanidad se encuentre en una condición de desventaja tecnológica y militar.

De esta manera, si la necesidad de comunicarse con la inteligencia extraterrestre aun así es irrefrenable, dada la persistente curiosidad del Homo sapiens, entonces sería conveniente que en los mensajes transmitidos se incluya también, además de la información científica y cultural, aquella que permita revelar al menos parte de la capacidad militar y destructiva de nuestra civilización, de manera que el mensaje "AQUÍ HAY RECURSOS" que se transmite implícitamente fuera reempladado por el de "AQUÍ HAY RECURSOS Y SABEMOS CÓMO DEFENDERLOS", actuando bajo el lema de prevenir es curar.

El problema es que a nivel astrofísico la capacidad humana de destrucción es actualmente muy limitada, aun cuando se dispone de las armas nucleares. En el siglo XX el astrofísico ruso Nikolái S. Kardashov (1932-2019) diseñó una escala para el grado de evolución tecnológica de las civilizaciones extraterrestes, en la que el Tipo I se corresponde con aquellas capaces de controlar todos los recursos energéticos de un planeta (incluyendo tectónica y meteorología, inalcanzables hasta ahora para la Humanidad), el Tipo II corresponde a aquellas que pueden hacerlo con la energía de toda una estrella, por ejemplo empleando megaestructuras de ingeniería estelar tales como los propulsores estelares, Clase A, del ingeniero aeronáutico Leonid M. Shkadov (1927-2003), destinados a mover estrellas por medio de estructuras tipo vela solar, o las esferas de Dyson, Clase B, concebidas por el físico británico Freeman J. Dyson (1923-2020), que son colectores de radiación estelar como una poderosa fuente de energía.

Concepto del propulsor de Shkadov, motor estelar de la Clase A de una civilización Tipo II, destinado a generar impulso para el movimiento de una estrella. Fuente: web Un viaje por el Cosmos. Autor: Estela Fernández.

Concepto de la esfera de Dyson, motor estelar de la Clase B de una civilización Tipo II, capaz recolectar la energía irradiada por una estrella en este caso el Sol. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Lucien leGrey, 2008.

A estas estructuras se pueden añadir los discos de Alderson, complejos habitables en torno a una estrella, propuestos por Dan Alderson (1941-1989), quien trabajó en el JPL y escribió el software de las sondas planetarias y ahora interestelares Voyager I y Voyager II, embajadoras presenciales de la Humanidad, en camino hacia las estrellas, equipadas con placas y discos de oro con gran cantidad de información escrita y digital sobre la ubicación, ciencia y cultura humanas. Otra cápsula del tiempo reveladora de recursos regalada a posibles interlocutores de intenciones desconocidas.

Concepto de un disco de Alderson, estructura construida alrededor de una estrella central. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Cryonic07, 2008.

Finalmente, el Tipo III de la clasificación de las civilizaciones extraterrestres de Kardashov se aplica a aquellas capaces de hacer uso de la energía de toda una galaxia, que emplearían motores y recursos similares a las de la Tipo II, pero en forma masiva a muchas estrellas de una misma galaxia, así como también recursos de ingeniería por concebir para la "domesticación" de agujeros negros supermasivos, agujeros blancos (si los hubiere), cuásares y explosiones de rayos gamma, entre otros objetos del universo activo violento.

En la década de 1970 el ya mencionado astrofísico americano Carl Sagan estimó que a la Humanidad le correspondía un valor de 0,70 en la escala de Kardashov, y en 2013 el físico americano de origen japonés Michio Kaku (n. 1947) estimó un valor de 0,73, pronosticando además que la Humanidad alcanzaría el Tipo I aproximadamente dentro de un lapso comprendido entre 100 y 200 años. Puede entonces imaginarse el riesgo existente en caso de que se contacte a una civilización de Tipo I, II, o III, tecnológica y militarmente mucho más avanzada que la terrestre.

Entonces, dado el riesgo planteado, al menos podría como advertencia ante posibles actitudes hostiles, enviarse en futuros mensajes interestelares fotografías de nuestras mayores explosiones nucleares, como por ejemplo la bomba nuclear de hidrógeno Castle Bravo de los Estados Unidos, de 15 MT (donde 1 MT equivale a un millón de toneladas de TNT), lanzada en 1954 sobre el atolón Bikini, en el océano Pacífico.


Hongo de la explosión nuclear Bravo de la operación Castle, de 15 MT, detonada en el Atolón  de Bikini, en 1954. Fuente: Gobierno de lo EE. UU. Autor: Departamento de Energía de los EE. UU.

O bien, se podría transmitir una imagen de la explosión de la bomba nuclear multimegatón Tsar de la Unión Soviética, de unos 50 MT detonada en 1961 en  la Isla del Norte del archipiélago ártico de Nueva Zembla (Siberia), si es que existe alguna foto auténtica de esa mítica explosión, de la cual solo recientemente se ha difundido algún video, no muy claro y específico. Es difícil saber cuándo los soviéticos decían la verdad: por ejemplo, esa bomba fue anunciada originalmente con una capacidad de detonación de 100 MT, años después la cifra había bajado a 58 MT, y actualmente Rusia establece su capacidad destructiva en 50 MT, por lo que no es descartable que con el transcurrir de las décadas la potencia siga bajando, al conocerse más documentos desclasificados sobre aquellas operaciones.

Es importante destacar que la Isla del Sur del archipiélago de Nueva Zembla está habitada por una población de unos 3000 habitantes, y la misma se encuentra separada de la Isla del Norte, que fue donde ocurrió la detonación de la bomba Tsar y muchas otras de capacidad multimegatón, por el Estrecho de Mátochkin, el cual posee una anchura máxima de apenas 600 m. La capital de la isla del Sur se llama Belushya Guba, nombre que en español significa “Lugar de la Beluga”. No hay que ser muy inteligente para calibrar en su justa medida el valor que los soviéticos otorgaban a la vida humana y animal, al haber realizado las gigantescas explosiones a poco más de 260 km de la localidad habitada mencionada, y dado el hecho de que las islas fueran además un nicho ecológico de los inteligentes cetáceos de color blanco nieve que son las belugas, animales inteligentes, sociales y comunicativos que emplean un sofisticado sistema de sonar gracias al sensor-transductor o melón que incorporan en su cabeza para comunicarse y emplear la ecolocalización, y a quienes posiblemente deberían estar dirigidas las iniciativas comunicativas con especies inteligentes, como entidades tangibles y asequibles, y no especulativas e incognoscibles (y tal vez agresivas o malignas) como las presuntas y anheladas civilizaciones extraterrestres.

En este mismo sentido, también se podría incluir como advertencia en los mensajes transmitidos, fotografías del violento choque del "impactador" de la sonda espacial Deep Impact con un cometa, lanzada por la NASA en 2005 con el fin de estudiar el interior del cometa periódico Tempel 1, el cual posee un tamaño apróximado de 8 km por 5 km y cuyo período actual es de 5,6 años. Esto se logró mediante la liberación desde la sonda en la proximidad del cometa de un proyectil cilíndrico o impactador de 375 kg, dirigido hacia el núcleo del mismo, impactando exitosamente 34 horas después de su lanzamiento a unos 10,2 km/s de velocidad, con una energía de alrededor de 4,8 toneladas de TNT y creando un cráter de 150 m de diámetro en el núcleo, comparable a un estadio de fútbol. Esta fotografía sería muy importante, porque demuestra la capacidad humana de acertar con precisión a objetivos en el espacio, actuando como potencial elemento de disuasión de malas intenciones por parte de las entidades extraterrestres. Se trató de una contundente demostración de precisión y capacidad realizada por la NASA de los EE. UU.; un despliegue de fuegos artificiales que tuvo lugar el 4 de julio de 2005, oportuno para la salutación del Aniversario de la Independencia de esa nación. A continuación se muestran dos gif animados realizados a partir de fotografías secuenciales en este encuentro violento y agresivo con el cometa Tempel 1:


Secuencia de imágenes del sensor visual CCD del impactador de la sonda Deep Impact durante el encuentro de colisión a alta velocidad con el cometa Tempel 1. Fuente: Recreado a partir de las imágenes FITS, obtenidas del Soporte a las Misiones de Cuerpos Pequeños. 2010. Autor: Paul Stephen Carlin.


La sonda espacial Deep Impact en su paso por el cometa Tempel 1, mostrando el destello producido por el encuentro del impactador enviado por la sonda hacia el núcleo. Fue tomada por la cámara visual CCD del Instrumento de Alta Resolución, el 4 de julio de 2005. Fuente: Recreado a partir de las imágenes FITS, obtenidas del Soporte a las Misiones de Cuerpos Pequeños. 2010. Autor: Paul Stephen Carlin.

Finalmente, nada impediría fanfarronear un poco ante las civilizaciones extraterrestres que reciban las transmisiones, colocando una fotografía de la hipotética destrucción de un gran objeto en el espacio, donde a falta de capacidad real actual para ello se recurriría a la tradicional estrategia del engaño, tan humana como útil en la defensa, para lo cual simplemente bastaría enviar un fotograma de la explosión de la ficticia estación espacial de combate concebida por la imaginación del director de cine George W. Lucas (n. 1944), la Estrella de la Muerte, presentada en el Episodio IV, Una nueva esperanza de la célebre, culturalmente significativa y científicamente decepcionante franquicia de ciencia ficción blanda La Guerra de las Galaxias, de 1977. Al hacer esto, el mensaje de la Humanidad sería entonces enriquecido con una parte que simplemente estaría diciendo gráficamente y sin ambigüedad alguna el equivalente a "¡CUIDADO, PERRO BRAVO!", sirviendo de alerta a los potencialmente hostiles pero anheladamente deseados por conocer seres inteligentes alienígenas.

Fotograma de la explosión de la Estrella de la Muerte, en la película La Guerra de las Galaxias, Episodio IV. 1977. Autor: 20th Century Fox. Posiblemente la más efectiva de las imágenes que pudieran concebirse para su transmisión a civilizaciones extraterrestres. 

Siguiendo con estas ideas y para terminar este ensayo reflexivo, es mandatorio citar el magistral y angustiante pensamiento del astrónomo y físico neerlandés Christiaan Huygens (1629-1695), plasmado en su obra titulada Nuevas Conjeturas respecto a los mundos planetarios, sus habitantes y producciones, de  1670, el cual es referido en el prefacio del Capítulo 30 titulado  “Contacto Interestelar por radio: carácter de las señales”, de la edición en español de 1981 del libro Vida inteligente en el Universo,  de Carl Sagan y el astrofísico ruso-soviético Iósif S. Shklovski (1916-1985), libro publicado por la editorial Reverté S.A. y que dice textualmente lo siguiente:

“Y si aceptamos para esos habitantes planetarios alguna especie de razón, algunos se preguntarán si tiene que ser igual a la nuestra. En verdad que ha de ser así, tanto así la consideramos en base a la Justicia y a la Moral como en base a los principios y fundamentos de la Ciencia. Pues la razón para con nosotros es lo que nos da el sentido verdadero de la justicia y la honestidad, el elogio, la amabilidad y la gratitud, es decir, la que nos enseña a distinguir universalmente entre lo bueno y lo malo, y nos capacita para el saber y la experiencia. ¿Y puede haber en algún lugar otra clase de razón distinta a esta? ¿O quizás lo que consideramos justo y noble, se conceptúe en Júpiter o Marte de villanía injusta?”


Agradecimientos

El autor desea agradecer a Sebastián Robledo Espasandín la revisión, correcciones y sugerencias realizadas en el ámbito musical del estudio. También se agradecen a Adrián Robledo Upegui las sugerencias en relación con las precauciones en la difusión interestelar, y en particular lo relativo al aviso necesario de tipo ¡CUIDADO PERRO BRAVO!


Fabián Robledo Upegui.

Agosto, 2021.





Comentarios

  1. Fascinante. Se lee d corrido como un viaje interestelar con muy buena música d fondo, superando tiempo y espacio. La sensación es d haber hecho contacto. Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Una brillante investigación que une elementos muy dispares, con excelente coherencia para el mensaje final. Nos ilustra en temas que desconocíamos, desde el concierto en sí, el peculiar instrumento, la comunicacion humana y los riesgos interestelares. Felicitaciones!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiroshima: ¿La Bomba Atómica salvó vidas?

10 diferencias entre el ITM y el fusible: Una pregunta obligada en la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UC

Una lista bizantina de nombres para la capital del mundo