Un guiño al neoplasticismo holandés en Naguanagua

Un guiño al neoplasticismo holandés en Naguanagua

En ocasiones, cuando se circula en auto o a pie por un pueblo que labra su duro camino para llegar a convertirse en una ciudad, pueden ocurrir eventuales sorpresas de expresión artística, que frecuentemente pasan desapercibidas ante el frenético deseo de las personas de trasladarse rápidamente de un sitio a otro para que, una vez logrado este objetivo y como bien señalaba el agudo toscano Giovanni Papini, no tener otra voluntad que la de retirarse rápidamente de ese sitio, para repetir el proceso.

La localidad de Naguanagua es un ejemplo de pueblo que gradualmente se convierte en un emergente ciudad. Es la capital del Municipio Naguanagua, uno los 14 municipios actuales que conforman el Estado Carabobo, en la Región Central de Venezuela. Posee una población de más de 185000 habitantes según ya caducas estimaciones de 2016, que lamentablemente no han sido actualizadas debido al retraso en la ocurrencia del  XV Censo de Población y Vivienda, que habría de efectuarse en 2021 según es costumbre, y cuya ejecución y publicación de resultados reclama la nación para evaluar los múltiples efectos que sobre la demografía y el desarrollo ha tenido la Administración Pública y su peculiar política económica y social, aplicada desde el último censo de 2011, así como también para conocer el grado de variación del sistema de salud y las consideraciones de natalidad/mortalidad, y finalmente con el objetivo de informarse sobre las estratégicas cifras de migración de personas en Venezuela, según grupos de edad y sexo, y poder calibrar así su impacto real a partir de los números publicados, esperando que sean realistas y completos, adaptados a la ciencia de la demografía.

Una vista panorámica de Naguanagua, el pueblo original que se convierte hoy en ciudad, 240 años después de su creación. Fuente: acn.com.ve. Fotografía de autor desconocido.

Naguanagua tiene su origen en el Decreto del 14 de mayo de 1782, firmado por  el español tarraconense Mons. Don Mariano Martí (1720-1792), Obispo de la Provincia de Venezuela durante la época colonial, que estableció el nacimiento de la Parroquia Naguanagua bajo la advocación de Nuestra Señora de Begoña, en el formalismo católico usual que dio origen a toda la estructura geopolítica de la Nación, deuda eterna de los bendecidos por vivir en la Tierra de Gracia para con la Madre Patria, que le brindara Dios, Luz y Nombre a sus colonias, bravamente independizadas al alcanzar la madurez, pero conscientes de los orígenes que les permitieron incorporarse al exitoso marco social, económico y cultural de la civilización occidental, que hoy comparten en calidad de iguales con el resto de las naciones.

Mons. Mariano Martí, Obispo de la Provincia de Venezuela. Cuadro de autor desconocido, ubicado en la Casa del Obispo, en la ciudad de Guanare, Estado Portuguesa. Además de crear Naguanagua, el 25 de febrero de 1785 fundó la ciudad de Valle de la Pascua, en el Estado Guárico, y el el 11 de abril de 1790 administró el sacramento de la Confirmación al Libertador Simón Bolívar. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de José J. Lugo A., 2019.

Es oportuno señalar que Monseñor Mariano Martí viajó por la mayor parte del territorio de la Capitanía General de Venezuela en el período comprendido entre 1771 y 1784, lo que le permitió obtener gran cantidad de datos demográficos, étnicos y sociales, recopilados en una obra monumental que refleja la vida de Venezuela a través de una amplia información estadística del siglo XVIII, con el título de Documentos relativos a su visita pastoral de la diócesis de Caracas.

En los últimos años, por iniciativa de la autoridad política local y regional, parte del área urbana de Naguanagua se ha visto decorada en algunos lugares públicos con ciertas obras escultóricas de artistas reconocidos, así como también con unos cuantos murales con pinturas anónimas, cuyos diseños abarcan un amplio espectro de estilos y géneros de arte, que incluye el arte figurativo, así como también el abstracto (entre otros), contribuyendo al ornato de la localidad, estimulando la curiosidad de los aficionados al arte moderno y contemporáneo, o generando críticas de los que prefieren un estilo más conservador.

Es entonces conveniente revisar las nociones sobre el arte abstracto, tan difícil de comprender, y que tiende a influir en la vida cotidiana de una manera sorprendente, pues este arte no tiene absolutamente nada en común con las características de la vida de cada día. Es por esto que este estilo de arte encontró una oportunidad tras las horribles vivencias experimentadas durante la I Guerra Mundial (1914–1918) en Europa. Sus orígenes se asocian al expresionismo, un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX, donde sus seguidores defendían un arte nuevo más personal e intuitivo, en el que predominase la visión interior del artista, la "expresión", frente a la representación de la realidad o "impresión". La esperanza de los integrantes de los expresionistas eran las de crear un "ser humano nuevo", mediante un arte subjetivo cargado de emociones, cuestión que había pasado a convertirse en una utopía. Sin embargo, en este intento no se volvieron hacia una pintura realista que imitara la realidad, sino que llevaron las tendencias abstractas introducidas por el expresionismo hacia una pintura totalmente no figurativa, que se distanciaba de una comparación en el mundo visual, al que ya no se deseaba copiar, sino cambiar. En este nuevo arte abstracto se llega a abandonar el tema y la realidad normal, para tratar de llegar a la "pura sustancia". 

Todo arte es abstracción, donde mediante el intelecto se abstraen de la realidad existente, física y espacio-temporal de las cosas, los aspectos y cualidades sensibles, con la intención de considerarlos aisladamente y traducirlos al mundo de las formas artísticas. La comprensión de la pintura en términos de las líneas, colores y formas que poseen como tal un determinado valor expresivo propio, al margen de un tema externo, es el punto al que llegan varios pintores en el Siglo XX luego de las experiencias vanguardistas anteriores recorridas en busca de un lenguaje artístico universal que refleje lo esencial. 

Los pintores abstractos llevan hasta el límite la ruptura con la figuración y academicismo anteriores, descomponiendo los objetos y figuras de la realidad en formas, líneas y manchas de colores. Dentro del arte abstracto se encuentra el arte concreto, también denominado arte no figurativo, el cual no se fundamenta en las cosas del mundo visible, y sus creaciones son invenciones plásticas absolutas. A su vez, dentro de este tipo de arte se incluye el constructivismo, en el cual la composición plástica se basa en el plano bidimensional puro (2D) y en razonamientos matemáticos y geométricos, acompañados de un particular y estricto uso del color para aproximarse a la perfección. Es precisamente en este sentido que debe mencionarse a Piet Mondrian (1872–1944), quien llevó hasta el extremo el abstraccionismo, excluyendo por completo cualquier vislumbre del realismo en sus obras, creando composiciones bidimensionales a partir de líneas horizontales y verticales, y el uso de colores primarios, además del blanco y negro.

Piet Mondrian fue un pintor neerlandés nacido en Amersfoort, siendo una figura muy influyente en el siglo XX como pionero en el género del arte abstracto correspondiente al neoplasticismo, cambiando gradualmente su dirección artística desde la pintura figurativa hacia un estilo cada vez más abstracto, hasta llegar a un punto en el que su portafolio creador se redujo a simples elementos geométricos. En 2022 se celebra el aniversario 150 del nacimiento de este artista.

El artista neoplasticista Piet Mondrian, fotografiado en 1922 para un número de la revista  De Stijl. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de autor desconocido.

Mondrian fue cofundador en 1927, junto con el también pintor neerlandés Theo van Doesburg (1883-1931), del movimiento De Stijl (El Estilo), el cual también publicaba una revista con el mismo nombre, tratándose de uno de los centros del constructivismo europeo, creado específicamente en Holanda y que luego pasará a desarrollarse como un nuevo movimiento de nombre neoplasticismo. En el marco de ese movimiento estas dos personas transmitieron los principios de su arte a la opinión pública. En la revista podían expresarse todos los pintores, poetas escultores y arquitectos que soñaban con una "síntesis entre el arte y la vida". Cabe señalar que Mondrian fue miembro de la Sociedad Teosófica desde 1909, la cual era una organización que pretende la búsqueda de la sabiduría divina, la sabiduría oculta o espiritual.

Portada de uno de los ejemplares de la revista De Stijl, fundada en 1917. Fuente: amodernistsina21stcentury.blogspot.com. Fotografía de autor desconocido.

El grupo De Stijl provenía del cubismo, realzando su presunto carácter intelectual, y llevando las premisas clásicas y apolíneas a su meta más estricta y puritana, consistente en que la pintura se volvía "neoplástica" y en donde el arte abstracto geométrico sería parte de ella. El mayor representante de esta tendencia fue Mondrian. Los artistas de De Stijl deseaban eliminar de sus cuadros cualquier tipo de voluntad individual, y la composición seguía únicamente necesidades artísticas y estéticas. Esto implicaba renunciar a todo lo que de alguna forma era material o descriptivo. Las pinturas compuestas de rectángulos trazados con exactitud, de líneas rectas de color negro que se cruzan en ángulo recto, y de superficies cromáticas en las que falta cualquier tipo de peculiaridad personal se convirtieron en la marca característica del constructivismo holandés. Este movimiento sostenía que el cuadrado, el cubo y el ángulo recto eran símbolos de la naturaleza. Para Mondrian, estas formas tan serenas significaban armonía, tranquilidad y equilibrio. Las pintó en innumerables ocasiones y, aunque todas se parezcan entre sí, el pintor logró dar a cada cuadro un ritmo particular, y con ello un carácter propio. En su obra, Mondrian recurre a los elementos básicos de la creación y del idioma visual: El color, la forma, la superficie y las líneas.

Composición con planos de color y líneas grises, 1918. Óleo sobre lienzo, 49×60,5 cm. Colección privada. En esta obra de Piet Mondrian, la densidad de color es elevada, la rejilla es densa y la "rectangularidad" moderada. Mondrian emplea tonos de rojo y amarillo pálido, cuya saturación irá incrementando en pocos años. También se observa todavía el uso de gris claro, y no se ha incluido aún el color negro en los cuadriláteros, en la vía hacia la maduración del concepto neoplástico. Fuente: Wikimedia Commons.  Fotografía de autor desconocido.

La obra de Mondrian, titulada, Neoplasticismo fue publicada en París en 1928, ciudad en la que formuló su teoría plástica, la cual trata sobre un continuo proceso de abstracción y de búsqueda de lo clásico y racional en las formas no figurativas. El neoplasticismo incorpora a la matemática y la geometría en el arte moderno, negando el sentimiento, el valor de la sensación y del individualismo. La obra neoplástica es una ordenación a base de rectas horizontales y verticales que forman rectángulos, conteniendo un color plano seleccionado de una paleta cuidadosamente valorada. Este tipo de creación no solo huye de los objetos, sino que también intenta evadir a las formas, para buscar solo "relaciones" de equilibrio puro, persiguiendo también lo armónico en lo asimétrico, y con ello ha ejercido una gran influencia en la composición contemporánea.

Composición con rojo, amarillo, azul y negro, 1921. Óleo sobre lienzo, 59,5×59,5 cm. Museo de Arte de La Haya. En esta obra de Mondrian ya los colores tienden a un valor mayor de saturación, y la grilla se vuelve menos uniforme. Nótese la división recurrente en dos mitades de los cuadriláteros la ausencia de gris y el uso de negro intenso. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de autor desconocido.

Mondrian es una de las figuras más radicales de la historia de la pintura. Esto lo llevó a sobrepasar el interés cubista por el objeto a un tipo de abstracción simbólica muy severa y rigurosa. Para este pintor la abstracción era una vía para huir de lo individual, lo que lo lleva muy pronto a reducir sus elementos a la vertical la horizontal y los colores puros, como se mencionó.

La reducción figurativa realizada por el cubismo y la creación de un repertorio simple de figuras geométricas pasó a ser en el neoplasticismo una simplificación a puros signos definidos por planos, líneas y colores elementales, donde la intención era conseguir un equilibrio de las tensiones producidas por las asimetrías geométricas mediante la diferente percepción de los colores puros del entramado de líneas negras (o rejilla). Es decir, Mondrian se propone equilibrar los distintos planos en tensión para producir la impresión de un nuevo plano de una superficie única y bidimensional. Para él la irracionalidad, la tragedia, la angustia y el naturalismo no tienen razón de ser artísticamente, y su transformación en equilibrio constituye el paso inicial a una nueva vida con un nuevo arte, más armónico y universal. No hay en el neoplasticismo un enfrentamiento romántico al caos metropolitano sin un compromiso por ordenarlo con un nuevo estilo, enfocado en la utopía de un definitivo control formal. Mondrian en 1927 escribió: "Una ciudad será un Edén creado por el hombre, donde las normas neoplásticas destruirán la expresión trágica de la casa, de la calle y de la ciudad. Lo simbólico se apoderará de lo racional."

Tabla I, 1921. Óleo sobre lienzo, dimensiones 103×100 cm, ubicado en el Kunstmuseum Den Haag o Museo de Arte de La Haya, en los Países bajos.  Ciertas obras de Mondrian han alcanzado cotizaciones muy altas en el mercado de subastas, como las dirigidas por la casa Sotheby’s, algunas de las cuales han implicado cantidades en el orden de los US$ 20 millones o superiores. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía del Museo Gemeente de la Haya.

El camino de Mondrian lleva a la abstracción con un carácter muy objetivo, fruto de la búsqueda de un orden universal inmutable y perfecto escondido detrás de las cosas. Mondrian fue uno de los principales difusores de la corriente estética neoplasticista, que con la representación de líneas negras verticales/horizontales y planos de colores primarios revelan una especie de armonía intrínseca derivada de una adecuada organización del espacio. El neoplasticismo pretende, a través de la reducción a las formas más simples, alcanzar una especie de pureza esquemática absoluta sin perturbaciones de ningún tipo, buscando la depuración del cubismo analítico, consecuencia de una evolución de la estructura lineal y de los planos cromáticos que aludían a las cosas. Mondrian concede a la pintura abstracta un carácter de representación superior que nace como resultado de prescindir de la dimensión concreta de los objetos. Su propuesta aporta factores irracionales de corte metafísico, místico y simbólico. 

Composición dentro del cuadrado con rojo, amarillo y azul, 1926. En esta obra la complejidad sede espacio a la sencillez, al disminuir dramáticamente el tamaño de la grilla, la carga de color y el empleo del color negro. El cuadro forma parte de la colección del hoy llamado Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón, conocido anteriormente como Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber, este último nombre dado en 1990 por el Presidente Carlos Andrés Pérez en reconocimiento a la gestión de su Directora fundadora, la periodista Sofía Ímber (1924–2017), quien lo dirigió con éxito evidente en el período 1973–2001, logrando para el museo una amplia fama internacional. El museo fue noticia en 2002, cuando ocurrió el robo de una de sus más valiosas obras, la Odalisca con pantalón rojo, del pintor francés fauvista Henri Matisse (1869–1954), creada en 1925 y que fuera comprada en 1981 por US$ 480000. La obra fue recuperada más de una década después del robo, luego de una exitosa operación encubierta de agentes del FBI de los EE.UU. realizada en Miami contra sus presuntos vendedores falsarios, resultando condenados a prisión en ese país por el robo dos personas: Un hombre cubano y una mujer mexicana. La pintura está hoy valorada entre US$ 3 a 10 millones, lo que ratifica el buen juicio y la aguda visión comercial artística de Sofía Ímber, y regresó al museo venezolano en 2014. Hoy el museo está presuntamente cerrado en forma indefinida, esperando que sea adecuadamente conservado y protegido su extraordinario patrimonio. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de Gabriel Vallera, 2016.

Entrada del hoy llamado Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón (el cual está cerrado), cuando este aún disponía el nombre de Sofía Ímber en su colosal fachada brutalista de obra viva y era una referencia internacional, abierta al público. La periodista fundadora del museo expresó en 2015: "Sin libertad no hay formas de arte que valgan la pena".  Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de Gabriel Vallera, 2014. 

A pesar de todo, Mondrian expresó con su idioma de formas radicales y geométricas una visión de la realidad "pura", que existe independientemente de la imagen de las formas naturales, constantemente en movimiento. El artista estaba convencido de que únicamente el arte que se basara en las necesidades artísticas y estéticas podría conducir al ser humano hacia la armonía, y allanar el camino hacia una humanidad mejor: "Solo la pura apariencia de los elementos, en una relación de equilibrio, puede disminuir la tragedia de la vida, por lo tanto ya no necesitaremos estatuas ni cuadros, porque viviremos dentro del arte hecho realidad, y entonces este se irá retirando de la vida a medida que esta gane en equilibrio y tranquilidad".

Composición No. 10, 1939-1942. Óleo sobre lienzo, 80x73 cm. Colección privada. En esta obra relativamente tardía de Mondrian la densidad de color es mínima, y el rol de la grilla de líneas negras se hace dominante. Se pueden apreciar los cuadrados colapsados a un tamaño mínimo, casi en forma de puntos pequeños. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de autor desconocido.

Poco antes del comienzo de la II Guerra Mundial, Mondrian se trasladó a Londres y después a Nueva York, donde realizó cuadros influidos por los ritmos asincrónicos y pseudocaóticos del jazz, música de la cual era un gran aficionado. Esto influyó en su obra tardía, añadiendo a su estilo elementos alusivos a la percusión del blues, que incorporó reduciendo al mínimo el tamaño de los cuadrados coloreados en sus pinturas, así como también efectuó alusiones en ellas a la arquitectura de las ciudades, por ejemplo de Manhattan, que posee una grilla cartesiana rectangular muy precisa en sus calles, y en donde los puntos podrían "moverse" al ritmo de la música, cuales vehículos danzantes siguiendo el boogie-woogie, canalizados por las líneas. 

Broadway Boogie-Woogie, 1943. Óleo sobre lienzo, 127×127 cm. Museo de Arte Moderno, Nueva York.  Mondrian se mudó a Nueva York en 1940. En comparación con su obra anterior, el lienzo de este cuadro tardío está ahora dividido en muchos más cuadrados, y la pintura ya no es tan abstracta, pues está inspirada en claros ejemplos del mundo real, como son la cuadrícula de calles y avenidas de la ciudad de Manhattan, y en el ritmo corto, dinámico y disonante del boogie-woogie, una música afroamericana de blues a la cual el pintor era aficionado. Mondrian expresaría que se trata de una “destrucción de la apariencia natural; y construcción a través de la oposición continua de medios puros: Ritmo dinámico”. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de autor desconocido.

Montaje audiovisual animado de la obra de arte moderno Broadway Boogie-Woogie, incorporando música del concierto en vivo de improvisación  "Jazz Art / Art Jazz" de 2017, grabado el 20/5/2017 en East Shore Unitarian, Bellevue, Washington. El valor estético de esta producción audiovisual es innegable al añadir la dimensión sonora y de movimiento a la pictórica. Fuente: Canal YouTube de John Chmaj.

Una vez revisadas las características de la obra neoplástica de Piet Mondrian, es momento de conectar a este pintor con la localidad de Naguanagua, en donde un transeúnte curioso y atento que recorra ese municipio puede resultar sorprendido al contemplar la emergente decoración superficial del arreglo de las grandes columnatas que soportan el puente del Distribuidor Valle Blanco, mejor conocido como Distribuidor Naguanagua, sólida estructura de concreto y diseño funcional minimalista, que permite el paso elevado de la Autopista del Este (Troncal 1) sobre la Av. 181, también llamada Avenida Valencia, que continua hacia la Calle Tazajal, y da acceso al sector del mismo nombre. A continuación, se observan dos fotografías satelitales del mencionado puente y distribuidor:

Vista satelital del Distribuidor Naguanagua, a la altura de Valle Blanco, conde se cruzan casi perpendicularmente la Autopista del Este y el final de la Avenida Valencia. Al oeste se encuentra la clínica privada llamada Hospital Metropolitano del Norte y al este la Urb. Tazajal. Fuente: Google Maps, imagen capturada el 11/7/2022 por Fabián Robledo.

Detalle del Distribuidor Naguanagua, donde se aprecia en primer plano el puente de la Autopista del Este, y la Av. Valencia pasando por la parte inferior del mismo. Nótese que el distribuidor carece de curvas de accesos tipo pétalos o lemniscatas, que en su origen (década de 1960) no habrían sido necesarias por el escaso tráfico, pero que hoy serían convenientes para dar fluidez al mismo, evitando el exceso de semáforos en las intersecciones. Fuente: Google Maps, imagen capturada el 11/7/2022 por Fabián Robledo.

La referencia a este distribuidor se realiza debido a que se advierte que las columnas que soportan el mencionado puente: 20 columnas cilíndricas de más de 1 m de diámetro y levemente inclinadas, construidas en concreto reforzado, han sido recubiertas en su superficie exterior con un diseño estético en mosaico de teselas de tamaño diminuto, que aportan forma y color a lo que antes era la fría obra viva gris simplemente expuesta, en un novedosa expresión plástica empleada para decorar estructuras públicas, al menos en la localidad señalada. En una primera impresión, las formas del mosaico parecieran ser aleatorias y no poseer demasiado significado pictórico objetivo, pero una lectura detallada y la revisión del movimiento neoplástico comentado, permite identificar que el diseño aplicado al revestimiento de las columnas imita a conciencia el inconfundible estilo del neoplasticismo holandés de principios del siglo XX, justamente el inventado por Piet Mondrian. No ha sido posible conocer el motivo que impulsara la aplicación de esta interesante alegoría artística, ni tampoco establecer con precisión la fecha en la cual se habría diseñado y aplicado el pictórico recubrimiento. Tampoco fue posible obtener el nombre del artista o arquitecto a cargo del trabajo, pudiendo solo añadir que la obra fue efectuada hace tan solo unos pocos años, y que estimula su visita para apreciar sus propiedades, incluyendo balance y simetría, y el grado en el que cumple la premisas del diseño mondriano.

A continuación, se suministran un conjunto de instantáneas capturadas, realizadas en una visita reciente del autor al sitio, las cuales se discuten, y que permiten apreciar la obra y descifrar los parcialmente crípticos o inescrutables significados del diseño abstracto de Mondrian, accesibles a través del intelecto y la sensibilidad artística, ahora integrados en la paisajística urbana Naguanagüense:

El puente del Distribuidor Naguanagua, retratado desde  la Av. Valencia de Naguanagua, con vista hacia el Este. Justo bajo el semáforo de la derecha, que se encuentra en el prolongado y en consecuencia poco respetado estado de color rojo, se aprecia una de las columnas objeto de este análisis, recubierta con mosaico de teselas blancas, coronada con otras de color amarillo. Fotografía de Fabián Robledo.


Columnatas de la parte sur del puente de Naguanagua, con vista al Oeste, donde cada columna está recubierta por un mosaico de pequeñas teselas, imitando el diseño de las obras de Piet Mondrian. La decoración solamente abarca las columnas, que poseen todas un diseño no figurativo distinto. El puente está en un razonable buen estado, sin que sean apreciables severos signos de patología estructural, dado el tiempo transcurrido desde su construcción, realizada en la década de 1960 del Siglo XX, tiempo en el que Naguanagua era aún un pueblo pequeño. Fotografía de Fabián Robledo.

Columnatas de la parte sur del puente, en lo que a primera vista pareciera ser el frontispicio de un templo decástilo clásico griego de orden ignoto. Cada canal de la autopista superior es soportado por 5 columnas, y todas han sido recubiertas con precisión por el mosaico mondriano, formando la correspondiente rejilla de líneas ortogonales, empleando los colores primarios, además del color negro (ausencia de color), y el blanco (la suma de todos los colores), con el valor simbólico que ello aporta, y separados por marcadas líneas negras. El diseño es asimétrico, y el balance de colores no es muy difícil de descifrar. Nótense las enormes vigas horizontales que soportan el puente, y el recubrimiento en piedra del talud posterior, que pudiera ser objeto de otro diseño mondriano en una etapa subsiguiente de desarrollo artístico, compatible con la función estructural, y que sea robusto a la inclemencia de la intemperie. Fotografía de Fabián Robledo.

Columnata que sostiene la parte Oeste del área Sur del puente. La luz solar suministra elementos de contraste que enriquecen el encuadre pictórico del arreglo estático, cuya funcionalidad hasta ahora solo estructural ha pasado a ser también artística y ornamental. Fotografía de Fabián Robledo.

La misma columnata de la imagen anterior, vista desde el medio de la Av. Valencia, bajo el puente. El fondo de concreto pintado en color amarillo contribuye a enriquecer la composición, aunque afecta el pretendido balance pictórico. Para realizar las tomas bajo el puente se pidió permiso a los dos oficiales policiales que custodiaban el área, a quienes se les explicó la intención estética del levantamiento de la información, y que prestaron su colaboración a tal efecto, luego de comprobar que el autor no tenía tendencias suicidas al ubicarse en el medio de la calle para la captura gráfica. Fotografía de Fabián Robledo.

Columnata que sostiene la parte Este del área Sur del puente, capturada desde el medio de la Av. Valencia, aprovechando un efímero momento de ausencia vehicular.  Nótese el diseño gráfico distinto en cada una de las columnatas.  La obra consta de una cuadrícula asimétrica pintada en colores primarios. Los rectángulos formados son, en general, de diferentes tamaños, y los que tienen color se sitúan en forma balanceada. Las vigorosas líneas negras y los rectángulos blancos separan los colores primarios creando una composición armoniosa. Aparentemente simple, la obra pone las formas y los colores en equilibrio.  Mondrian movería aparentemente los colores en la cuadrícula hasta que le parecieran apropiados, como si la naturaleza los hubiera colocado allí. Fotografía de Fabián Robledo.

Columnata oblicua que soporta la parte Sur del puente. La primera contradicción que surge con el diseño canónico de Mondrian es que este lo aplicaba exclusivamente en superficies bidimensionales (por la pureza del plano 2D, sin mayor ambición espacial) para realzar el valor de esa entidad, mientras que aquí el artista local, aplicando un homeomorfismo, traduce la metodología neoplástica a las superficies cilíndricas de las columnas, que aunque siguen siendo 2D en forma intrínseca, poseen una geometría extrínseca embebida en el espacio 3D, donde vive y siente el Hombre. Otro punto contradictorio es que en la obra de Mondrian, las líneas negras gruesas de la rejilla divisoria deben ser solo horizontales o verticales, evitando a toda costa el uso de líneas oblicuas o diagonales, pero que en el diseño contemplado y por perspectiva inevitablemente emergen, como se aprecia en la imagen, desafiando las premisas neoplásticas a causa de la inclinación de las columnas con respecto a la vertical, la cual se estima en unos 12 grados. Fotografía de Fabián Robledo. 

Columnata que sostienen la parte Norte del puente. Al parecer, la intención estética no incluyó una completa integración con la ingeniería, ante la posibilidad no ejecutada de reubicar discretamente el ducto de servicios adosado a la primera columna, visible en primer plano, y cuya "tanquilla" de destino se ubica al pie de la columna. La palabra "tanquilla" no está en el diccionario de la RAE, pero es un venezolanismo usado para señalar un recinto pequeño subterráneo donde pasan o se empalman cables o canalizaciones hidráulicas. Fotografía de Fabián Robledo.

Columnata que sostiene la parte norte del ala oeste del puente. Nótense los reflectores empleados, cuya funcionalidad pudiera incluir el aspecto estético nocturno, adicional a su función de suministro del adecuado nivel de iluminación y uniformidad en el plano de trabajo, con ausencia de deslumbramiento para conductores y peatones. Fotografía de Fabián Robledo.

Nótese que el artista dedicó dos teselas de espesor para las líneas negras de la rejilla, en concordancia con la importancia que Mondrian le asigna a la grilla que establece las divisiones de los espacios pictóricos. El albañil ha cuidado hacer un diseño escalonado de las teselas en la unión de la parte inferior del fuste con la basa de la columna, para aproximar la línea oblicua ideal de intersección de la superficie cilíndrica con el plano superior de la basa, en un inteligente recurso de geometría descriptiva discreta. Fotografía de Fabián Robledo.

Detalle de la basa y la parte inferior del fuste de una de las columnas decoradas con mosaico policromado. Llama la atención que el mosaico no se aplicara también a la basa de las columnas. Se aprecia mejor el detalle escalonado de las teselas mencionado en la imagen anterior. También se nota que no todos los rectángulos coloreados están limitados por líneas negras, como se aprecia en la fotografía entre el área azul  y blanca de la primera columna; y el área roja y blanca de la segunda. Esto también se aparta del diseño de Mondrian, quien en general aplica esas líneas negras bien definidas en toda la rejilla. Fotografía de Fabián Robledo.

Detalle del mosaico de teselas cuadradas que recubren las columnas del puente. Cada tesela es una pieza de cerámica pequeña, de un tamaño de unos 2 x 2 cm y que posee una de las caras vidriada, coloreada, impermeable y brillante, la cual es fácil de limpiar del polvo y el smog (niebla tóxica) aportado por el escape de los vehículos automotores. El tipo de mosaico aplicado corresponde a la técnica opus regulatum, que consiste en una rejilla donde todas las teselas se alinean tanto en forma vertical como horizontal, y también a la técnica opus tessellatum, donde se usan teselas cuadradas, similares en tamaño, con colores diversos. El blanqueamiento recurrente de las uniones de las teselas pudiera ser deseable. Fotografía de Fabián Robledo.

Señalización de advertencia reglamentaria de máxima altura permitida para el paso por la parte inferior del puente, ubicada en una de las vigas externas, donde llama la atención la precisión indicada, hasta la unidad del centímetro. Un aviso que en ocasiones los choferes de carga suelen no apreciar, con consecuencias graves para algunos de los puentes de la región, y peor resultado para la integridad del vehículo afectado o su carga. Una advertencia como esta sería de gran utilidad para su colocación en sitio oportuno en el caso del Arco de Bárbula, estructura no funcional pero de elevado valor histórico para la Universidad de Carabobo (UC) y Naguanagua, que da la bienvenida a los visitantes del sector de Bárbula donde la UC ocupa unos terrenos en comodato y además posee su campus; arco que ha sido afectado perjudicialmente en múltiples ocasiones por impactos de vehículos de carga en la viga principal del mismo, asunto que ha sido referido en un artículo previo del autor en DiLuNo. Fotografía de Fabián Robledo.

La decoración relativamente reciente de las columnas del Puente de Naguanagua con un mosaico neoplástico hace homenaje a la pureza radical de la obra del pintor neerlandés Piet Mondrian, y proporciona un mensaje artístico positivo que enriquece el repertorio visual de las indispensables pero estéticamente áridas construcciones funcionales de la ingeniería, siendo deseable que tales manifestaciones plásticas multidimensionales se repliquen en el municipio, a la búsqueda de nuevos objetivos ornamentales expresionistas no figurativos. Solo cabe esperar que este crecimiento esté acompañado de la adecuada divulgación y promoción cultural, que permita crecer al pueblo convertido en ciudad como una potencial galería pública documentada de arte moderno y contemporáneo al aire libre, de la cual sus habitantes puedan estar orgullosos, y que en las obras realizadas se ejecuten oportunamente los planes de mantenimiento y restauración que permitan su contemplación, análisis y discusión por las generaciones venideras.

Para finalizar, pueden señalarse otras manifestaciones de neoplasticismo en Venezuela, que incluyen la obra del artista plástico caraqueño Roberto Jeremías (n. 1959), quien ha realizado diversos trabajos de estudio de la obra de Mondrian, aportando originales contribuciones al estilo, apreciables por ejemplo en su obra escultórica titulada Puerta al neoplasticismo. Este artista, además de ser ingeniero mecánico, se ha dedicado también al estudio de la astrología y la numerología, en donde la última disciplina proporciona hilos de entendimiento adicional en relación a las dimensiones de la rejilla, tamaño y ubicación de los rectángulos en los diseños neoplásticos, donde las matemáticas tienen un rol principal en las consideraciones de equilibrio perseguidas por el estilo.

La puerta al neoplasticismo, escultura de Roberto Jeremías. Acrílico sobre tabla, 80×210 cm. Las innovaciones con respecto al diseño original de Mondrian son evidentes, como el empleo de al menos dos líneas curvas (evitadas por Mondrian), y la comunión con la tabla de soporte, que también está teselada, pero añade el color terracota, foráneo al diseño holandés. Contradictoriamente, el autor se aleja de la abstracción neoplástica para representar un objeto común, en este caso una puerta, con señalamiento inequívoco de su mecanismo picaporte mediante un círculo amarillo. Un conjunto de innovaciones interesantes que podrían converger en un estilo nuevo postmondriano desarrollado en Venezuela, en forma análoga a la evolución biológica. Fuente: artelista.com. Fotografía de autor desconocido.

Homenaje a Mondrian I, obra de Roberto Jeremías. Acrílico sobre lienzo, 75x45 cm, 2020. Fuente: artelista.com. Fotografía de autor desconocido.

Otra expresión cultural reciente en Venezuela relaciona la obra creadora neoplástica con la moda en el vestir, cuestión que sucedió con motivo del emblemático concurso de belleza femenina nacional Miss Venezuela 2019,  patrocinado por la Organización Cisneros, en donde se diseñaron trajes de baño exclusivos de alta costura para las 24 modelos candidatas, creados por el diseñador Daniel Fábregas. por con colores y estilo que imitaban a las conocidas obras de Mondrian, y que resaltaban los atributos estéticos presuntamente naturales de las aspirantes, para el deleite en especial de las miradas masculinas, cuyas atentas pupilas fueron obsequiadas con las líneas rectas y colores del geométrico estilo holandés, pero magníficamente enriquecido por las aún más llamativas líneas, esta vez curvas, que aporta la anatomía femenina resultado de la magistral expresión de la mezcla de genes criollos y europeos, manifestada en el fenotipo que precisamente es la parte dominante del objeto de evaluación en el concurso, junto con la inteligencia, gracia y aptitudes de las hermosas concursantes. ¡Nada más puede pedirse al neoplasticismo holandés, llegado a este límite superior nacional!

Tres hermosas modelos venezolanas, participantes del concurso de belleza Miss Venezuela 2019, posan en traje de baño de estilo Mondrian en un set decorado para resaltar el efecto. De izquierda a derecha: Miss Mérida, Alessandra Sánchez; Miss Carabobo, Vanessa Pinto; y  Miss Zulia, Melissa Jiménez. Fuente: revistaronda.net. Fotografía de Johan Chango.



Fabián Robledo Upegui.

Julio, 2022.


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