Homenaje a Nuestra Señora, obra de Wladimir Zabaleta.
Una menina de acero abre los brazos al visitante de Naguanagua
Cuando el conductor o el peatón ingresa a la localidad de Naguanagua por su entrada Sur, ubicada en la Redoma de Guaparo de la ciudad de Valencia, en el estado Carabobo de Venezuela, inevitablemente es recibido por una escultura monumental ubicada en el centro de la isla que separa los dos canales del punto de origen de la Avenida Universidad, que recorre gran parte del Municipio Naguanagua, y que constituye la prolongación natural de la Av. Bolívar Norte de Valencia.
La escultura señalada llama la atención en primera instancia por su diseño altamente familiar, y luego debido al gran brillo que presenta el material con el que ha sido construida. La obra tiene por nombre Homenaje a Nuestra Señora, y fue construida por el maestro valenciano Wladimir Zabaleta (1944-2013). El objetivo de este análisis es el de presentar una breve reseña del autor y de la mencionada obra.
Escultura Homenaje a Nuestra Señora, del maestro Wladimir Zabaleta, ubicada en la entrada Sur de Naguanagua, justo al inicio de la Av. Universidad, adornada por un sencillo arreglo ornamental botánico. Al fondo se observa un poste de iluminación infantilmente pintado en bandas con los colores primarios, donde una estrategia de discreción más que de la exaltación del mismo hubiera sido tal vez más adecuada en relación al ornato del área, a los fines de procurar el realce de la escultura, más que la distracción de la misma. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Placa de identificación de la escultura, de acero inoxidable, colocada en un podio situado a pocos metros y al pie de la misma. Nótese el despiece en placas figurado en la ilustración de la escultura, que es distinto del realmente implementado en la obra. La placa da mérito también al alcalde que impulsó la iniciativa Ciudad Museo para su aplicación en áreas públicas de Naguanagua. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Naguanagua es la capital del Municipio Naguanagua y uno de los 14 municipios que conforman el Estado Carabobo. Para el 2016 contaba con una población de unos 186000 habitantes, pero la población actual es difícil de estimar dado que la entidad pública responsable no ha efectuado aún el importante Censo Nacional de Población. Naguanagua posee una diversa área económica y comercial, y alberga el campus de una de las principales universidades del país, la Universidad de Carabobo, ubicado en la zona de Bárbula, nombre que tenía la hacienda original de esos terrenos, y que también es conocida por funcionar allí un Hospital Psiquiátrico, que empezó como un desarrollo muy moderno en la década de 1950, pero que se ha deteriorado dramáticamente en el tiempo por problemas de gestión, en relación a su presunta insuficiencia para atender adecuadamente a los pacientes allí recluidos, víctimas de trastornos o perturbaciones de sus facultades mentales.
Wladimir Zabaleta fue un pintor y escultor nacido en Valencia en 1944, quien realizó estudios de arte en la Escuela Arturo Michelena entre los años 1958 y 1962. En la década de 1960 viajó a Paris y a México, interesado por el arte constructivo y por la antropología del país azteca. En 1979 fue Director de la Escuela Arturo Michelena. Seguidamente, participó en varias bienales de arte, dedicándose a la docencia artística y trabajando como asesor cultural estadal en Carabobo. En los años 1990, Zabaleta se establece en Nueva York, volviendo luego a Valencia en 1999, donde desarrolla diversas obras escultóricas al aire libre, que acompañan a los desarrollos municipales tanto de Valencia como de Naguanagua, trabajando hasta su muerte ocurrida en Valencia en el año 2013.
El maestro Wladimir Zabaleta, acompañado por la periodista Teresa Morán, en una visita y recepción realizada en el Diario El Carabobeño en su sede de Naguanagua, en 2013. Lamentablemente, el maestro falleció poco tiempo después de la instantánea. Fotografía de autor desconocido, cortesía de Teresa Morán.
Obras escultóricas significativas del autor son el Toro Monumental (1998) ubicado en la Plaza Monumental de Valencia, las rejas del Polideportivo Misael Delgado, la Cúpula de la Estación Monumental del Metro de Valencia, y la mencionada Homenaje a Nuestra Señora (2011), entre muchas otras, además de tener todo un portafolio de obras pictóricas, realizadas sobre diversos temas y en donde la forma, el color, lo figurativo y lo onírico tienen un papel fundamental.
Escultura Toro Monumental de Wladimir Zabaleta, ubicada en la fachada de la Plaza Monumental de Valencia, al Sur de la ciudad. Una magnífica representación del noble y bravo bruto astado, que en violento combate lucha entre iguales con el Matador en la plaza, para el deleite en tensión de la afición a la arraigada tradición criolla valenciana de la tauromaquia, de herencia española, siendo la Monumental su más evidente testimonio de pertinencia en Venezuela, y donde el coliseo valenciano, desde el lamentable y acomplejado cese de espectáculos taurinos ordenado por la autoridad progresista minoritaria en la Monumental de México ocurrido en 2022, se ha convertido en la plaza de toros más grande del mundo, y sobre la cual la gran afición venezolana a los toros de lidia espera que no sea objeto de una castración cultural como la ocurrida en México y que es la moda antilegado y antitradición en los pueblos populistas de izquierda. La plaza de la fotografía, fechada aproximadamente en 2013, difiere en su estado actual, pues hoy se encuentra inoperativa. El imponente vitral mostrado en la imagen se cae hoy a pedazos (2022) y toda la plaza está rodeada por espesa y alta maleza, del doble de altura de una persona en promedio, señal del descuido en el mantenimiento, dándole al una vez magnífico conjunto arquitectónico brutalista valenciano, inaugurado en 1968 y diseñado por el Arq. Peter K. Albers y el Ing. Leopoldo Jahnel, el aspecto ruinoso de un gigantesco Angkor Wat tropical criollo, hasta que algún alcalde de turno proceda a la "recuperación" de la plaza y tal vez al "rescate" de la lidia brava, con fines políticos (entre otros), en el sempiterno ciclo de demagogia recurrente donde la diluyente cultura tradicional hispana-mestiza cede espacio a emergentes y exógenas manifestaciones, de conveniencia comercial y política. Cabe señalar que el coloso de concreto fue construido en apenas 9 meses hace más de 50 años, mientras que obras inacabadas recientes, como ciertas estaciones subterráneas nunca completadas del norte del Metro de Valencia (sector El Viñedo, por ejemplo) son reciente y literalmente sepultadas en trabajos apresurados populistas de recubrimiento cosmético poco funcional para no ver más la luz, luego de décadas de suspensión incomprensible de trabajos, inoperatividad que por años afectó perjudicialmente al comercio y al tráfico automotor y peatonal en las inmediaciones, para un pueblo manso que hoy deberá conformarse nada más que con una placita supletoria, tumba del Metro, donde consumir el smog de los cada vez más contaminantes autobuses (entre otros productos) será la recompensa por el pago de impuestos, y no el prometido e indispensable servicio de transporte urbano masivo del Metro, que solo el difunto y efectivo Alcalde Paco Cabrera ofreció e hizo realidad efectiva y viable económicamente, a partir de la iniciativa e impulso inicial del primer alcalde de Valencia, el también fallecido Argenis Ecarri, y en tiempos en donde no se discriminaba a la zona norte de Valencia, y a toda Naguanagua, para ofrecerle ese servicio. Fuente: www.venezuelataurina.com. Fotografía de autor desconocido, circa 2013.
Reja perimetral de hierro del Polideportivo Misael Delgado de Valencia (estructura del fondo), diseñada por Wladimir Zabaleta, que limita el principal estadio de fútbol del estado Carabobo, ubicado en la Av. Bolívar Norte, y es sede actual del equipo Carabobo Fútbol Club. El Polideportivo Misael Delgado fue inaugurado en 1963, luego de sólo 2 años de construcción. Al parecer, Misael Delgado fue un beisbolista amateur y empresario de principios del Siglo XX, quien fundó en 1925 el club de béisbol llamado Vencedor de Valencia. Es irónico que el mencionado estadio de fútbol, con capacidad de unas 10000 personas, lleve el nombre de un jugador y promotor de béisbol, lo que pone en evidencia lo embrionario que era fútbol al tiempo de la novísima construcción en el estado Carabobo, naturalmente beisbolero. Situaciones paradójicas de este tipo en la nomenclatura se dan en Carabobo en del deporte con frecuencia. Por ejemplo, durante muchos años en Naguanagua funcionó el muy específico "Gimnasio de Gimnasia", ubicado frente a la 41a. Brigada Blindada y construido en la década de 1980, con forma de paraboloide, con un gran cartel vertical de identificación con el detallado nombre "Gimnasio de Gimnasia" señalado (que desafía a las reglas de la RAE) y que imposibilita a quien lo lee equivocarse en relación a la actividad deportiva desarrollada en el complejo, pues era el gimnasio donde, en efecto, se hacía gimnasia. Afortunadamente, se le cambió luego el nombre a Gimnasio Ronald Story, como se le conoce hoy, y la muy redundante inscripción desapareció. Los nombres de los sitios en Carabobo no suelen ser muy agudos incluso más allá del deporte. Por ejemplo, en Valencia se construyó el "Museo de la Cultura", concluido en 1986, ubicado en el Paseo Cabriales, con un moderno diseño cruciforme horizontal en cantilever, y donde debe reconocerse que su nombre no ayuda para saber cual es el objetivo del recinto, toda vez que cualquier actividad humana que vaya más allá de resolver lo relativo a sus imperiosas necesidades para acceder a la vida fisiológica es calificable como cultura. Es posible que ese nombre dado sea el mejor eufemismo para lo que se conoce como un Salón de Usos Múltiples, en el peculiar imaginario cultural de los carabobeños. La imagen de la foto fue captada el 28/9/2022 minutos antes de que ocurriera una monumental borrasca eléctrica en Valencia, y que volviera a poner en evidencia la incapacidad de los drenajes de aguas de lluvia municipales para gestionar el precioso líquido, situación que se repite año tras año sin que la entidad hidráulica responsable resuelva el problema del predecible y ampliamente conocido problema, que origina severas inundaciones en calles, casas y edificios, produciendo material sensacional a medios de comunicación, libre de impuestos hasta ahora. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Espectacular cúpula de la Estación Monumental del Metro de Valencia, realizada por Wladimir Zabaleta, ubicada en el techo del vestíbulo de la principal estación del referido medio de transporte colectivo. En 2022, la mayor parte de las lámparas que iluminan la obra no se encontraban operativas. El acceso al Metro es actualmente gratuito, y el usuario no aporta al costo de mantenimiento del mismo, quedando por cuenta indirecta de los contribuyentes, en el marco del ansioso y apetente régimen tributario regional. Atrás quedó cualquier vestigio del empleo de monedas o compra de tickets para el acceso al servicio del Metro, luego de la obsolescencia de la moneda nacional debido a la hiperinflación largamente sostenida, originada por la incapacidad nacional de producción de bienes y servicios propiciada por la política económica y sus leyes, y el paso del Bolívar cediendo el puesto como moneda al una vez "innombrable" y "aborrecido" dólar en lo oficial, animadversión fingida que mutó hasta de repente convertirse el dólar americano en la moneda de cambio preferida en comercios y estaciones de servicio de combustible, entre otras instancias, y usada a la vista y con el visto bueno de la autoridad, otrora su vociferante archienemigo, puesto que ahora ocupa como parte esencial del catálogo de monedas de curso de facto, entre otras razones debido a la imposibilidad de la gestión oficial de imprimir oportunamente un papel moneda cuya denominación valiera más que el propio billete, que pasó de vivos y variados colores y marcas a tener en los últimos años la apariencia apenas de fotocopias recién pintadas con tempera, con cada vez menos valor, devaluando el nombre y la imagen del Libertador en el billete, en el país que hace las delicias de los numismáticos, al tener una amplia variopinta cantidad de billetes recientes impresos sin otra función más que la de ser pronto recolectados y quemados oficialmente en complejos operativos realizados en contaminante pira al aire libre, al costo de las entidades bancarias privadas, dando valor otra vez a la conocida frase turística de que Venezuela es la Tierra de lo Posible y a la triste frase del educador Maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, realizada en una entrevista en TV poco antes de morir en 1993, donde señaló "En este país, ya no me sorprende nada." . Fuente: valenciaenfotos.wordpress.com. Fotografía de autor desconocido.
En su obra pictórica y escultórica, el maestro Zabaleta solía incluir personajes meninas, algunas sin rasgos faciales, pero no por ello menos expresivas, y cuya representación posee en ocasiones trazas y evocaciones surrealistas. Una menina es una palabra de origen portugués, y representa a una niña o adolescente de familia noble europea, que desde su niñez entraba en la corte a servir a la reina o a los príncipes e infantas. El pintor barroco español Diego Velázquez (1599-1660) inmortalizó a las meninas de la infanta Margarita en uno de sus más famosos cuadros.
Fragmento de la pintura Las Meninas de Diego Velázquez, obra de 1656-1657, ubicada en el Museo del Prado, en Madrid. Se considera la obra maestra del pintor del Siglo de Oro español Diego Velázquez. El tema central es el retrato de la infanta Margarita de Austria (1651-1673), colocada en primer plano, rodeada por sus sirvientes, las meninas, aunque la pintura representa también a otros personajes. Margarita de Austria tenía ascendencia española y alemana, y fue Emperatriz Consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, por ser esposa de su tío, y a la vez primo, el emperador Leopoldo I de Habsburgo (1640-1705). Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía del Museo del Prado.
La Infanta Margarita en azul, de 1659, retratada a los 8 años de edad, es uno de los más conocidos retratos realizados por el pintor español Diego Velázquez. Nótese la expresión serena pero seria de la representada, y los brazos extendidos, en parte obligadamente debido al diámetro excesivo de la parte baja del complejo vestido. Es uno de los numerosos retratos de corte que ejecutó Velázquez, quien pintó en otras ocasiones a la Infanta Margarita. Nótense los magistrales efectos luminosos de las pinceladas aplicadas. La obra se encuentra en el Museo de Historia del Arte de Viena. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de autor desconocido.
Nocturnal menina, obra de Wladimir Zabaleta, realizada en 1989, en óleo sobre lienzo y con dimensiones 145x180 cm. El parecido con las meninas de Velázquez es evidente, pero el autor valenciano incorpora elementos adicionales que incluyen aspectos surrealistas, como los peces que rodean al personaje, nadando despreocupadamente, y donde la menina aparenta estar suspendida o flotando sobre el fondo de un lecho marino que emula el piso del palacio en la corte figurada. Zabaleta pintó diversos y variados cuadros magistrales con temas de meninas, a lo que se añaden esculturas y relieves, por lo que la realización de la escultura señalada de la menina de Naguanagua en 2011 se efectúo en una etapa madurada de la noción del tema por parte del artista, beneficiándose de los estudios anteriores. Fuente: http://vereda.ula.ve. Fotografía de autor desconocido.
Dentro de los premios y reconocimientos recibidos por el artista se debe mencionar el Premio Arturo Michelena de 1975, correspondiente al XXXIII Salón Arturo Michelena, así como también el Premio Juan Lovera de 1980, del XXXVIII Salón Arturo Michelena. También hay que señalar que en el año 2011 le fue conferido el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Carabobo.
El maestro Wladimir Zabaleta, relajado en su residencia en Valencia, donde fue objeto de una entrevista realizada en 2013 por la Lcda. Teresa Morán, recibida con especial cordialidad e interés por el artista. Fotografía cortesía de Teresa Morán, 2013.
La escultura Homenaje a Nuestra Señora, de Wladimir Zabaleta, es un ensamblaje construido con láminas de acero inoxidable, de acabado liso y brillante, con unas dimensiones aproximadas de 7,30 m de alto, 3,50 m de ancho y 1,95 m de profundidad, y un peso de unos 700 kg. La obra fue instalada en 2011, en el marco de un proyecto de la Alcaldía de Naguanagua realizado con el objetivo de enriquecer con obras al aire libre el municipio, en una iniciativa de tipo Ciudad-Museo. La obra se ubica en la entrada Sur de la Avenida Universidad, arteria que una vez fue la "carretera al pueblo de Naguanagua", y que poco a poco adquirió el nombre coloquial mencionado debido a que llegaba hasta la sede de la Universidad de Carabobo, ubicada en el sector de Bárbula, siendo oportuno señalar que esa avenida debería más bien llamarse hoy en los planos municipales y reguladores como Avenida Universidad de Carabobo, para dar mérito con justo y reivindicativo nombre completo a la pionera y principal casa de estudios del Estado Carabobo, habida cuenta además de que muchos locales comerciales han tomado el nombre de la avenida, existiendo por ejemplo una "Licorería Universidad", entre otros.
Dos vistas anteriores de la menina, que domina la entrada al Municipio Naguanagua, extendiendo sus brazos como señal de bienvenida. Algunos piensan que los brazos abiertos representan el manto protector de la Virgen de la Begoña, otros de la alegre ostentación de la joven para que admiren su resplandeciente atuendo de acero y luz. En algunas obras de Velázquez la menina presentaba un rostro de expresión severa. posiblemente por timidez, y en la extensión de los brazos de la coqueta jovencita se producía el toque con gracia de su vestido. Fotografía de Fabián Robledo. 2022.
Dado el nombre de la obra, Homenaje a Nuestra Señora, y su localización estratégica en el limes Sur del municipio, es de entenderse que la entidad homenajeada es Nuestra Señora de Begoña, una advocación mariana de la Iglesia Católica en la Arquidiócesis de Valencia, cuya imagen tiene su principal centro de culto en el Templo Parroquial Nuestra Señora de Begoña, situado en el casco histórico de Naguanagua, siendo la patrona del municipio, y su día de fiesta es el correspondiente al 15 de agosto.
Imagen de Nuestra Señora de Begoña, la homenajeada en la escultura de Wladimir Zabaleta. Estatua vestida policromada que representa a la patrona de Naguanagua. Fue donada en 1783 por el presbítero Juan Esteban Rodríguez. La figura viste una túnica rosada elaborada en organza (una muselina de tejido de algodón) y un manto azul con motivos florales, bordados a mano en hilo dorado. La imagen sostiene con su mano derecha un cetro y un rosario, y con la izquierda al Niño Jesús, el cual viste una túnica blanca. La cabeza de la Virgen y del Niño están coronadas. Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de JRODRI15, 2016.
El material empleado en la escultura es acero inoxidable, estando entre sus principales atributos la belleza de este componente cuando se aplica en una escultura donde se logra el adecuado acabado superficial, además de su facilidad de conformación, larga vida útil y fácil conservación. Adicionalmente, el acero inoxidable no sufre daño ni desgaste por las inclemencias del tiempo, si está bien mantenido. El acero inoxidable es una aleación de acero con cierto contenido de cromo y otros metales (como níquel y molibdeno), lo que permite obtener un acero de elevada resistencia a la corrosión, dado que el cromo y los otros posibles metales poseen gran afinidad electrónica por el oxígeno gaseoso del aire, reaccionando con él para formar una delgada capa "pasivadora" de protección superficial, evitando así la corrosión del hierro del acero. Sin embargo, esta capa puede ser afectada por algunos ácidos, dando lugar a que el hierro sea atacado y oxidado por mecanismos intergranulares o picaduras generalizadas. Hasta ahora el estado del acero de la escultura no muestra marcadas patologías, siendo una inspección y mantenimiento recurrentes indispensables en este tipo de obras, pues el acero inoxidable necesita limpiarse para mantener su buena apariencia y para preservar su resistencia a la corrosión, especialmente cuando la exposición es en exteriores, y en una vía donde el smog de los vehículos es apreciable, como es el caso particular de la obra.
La menina extendiendo sus brazos, en un evidente gesto de bienvenida, además de la voluntad de ostentar con alegría y orgullo las formas de su vestido. La escultura se yergue altiva y con un aura metálica que brinda aparente protección a los habitantes y visitantes del municipio Naguanagua. Fotografía de Fabián Robledo. 2022.
Haciendo uso de las láminas de acero, el escultor creó el difícil espacio volumétrico necesario para representar la colosal falda del vestido de la menina, lo cual es especialmente difícil al procurar hacerlo solo con las láminas bidimensionales metálicas y adecuadamente curvadas, y las riostras necesarias para otorgar la rigidez requerida, entendiendo que la escultura es el arte de representar las figuras en las tres dimensiones reales de los cuerpos, atendiendo principalmente a los volúmenes externos.
Vista anterior de la menina. Dependiendo de la hora del día, de la nubosidad y del ángulo de mirada, la escultura puede reflejar un significativa cantidad de luz solar, debido a la elevada reflectancia óptica de las superficies metálicas que la componen, y en donde un análisis para evaluar si hay riesgo de deslumbramiento en los conductores de vehículos de la Av. Universidad sería pertinente, a los fines de evitar posibles accidentes. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
La falda termina en la cintura de la figurada niña, donde emerge un cuerpo vertical central cilíndrico (más bien hexagonal) que forma el busto infantil de la menina. A continuación los dos brazos figurados, carentes de manos y dedos en el marco de la abstracción propuesta, se disponen casi horizontalmente, en el gesto típico que se espera de una menina clásica, que invita a la admiración, con movimiento interpretado ya sea en acto o en potencia. En la parte superior, un rostro figurado e inexpresivo carente de facciones completa la obra, con un peinado abundante y el tocado correspondiente, de manto y/o peineta. Tiras de láminas perpendiculares aportan volumen a la figurada cabellera. La forma como se representa el rostro no deja de tener cierto aire cubista, por la forma en que se perfila la nariz según el ángulo en que se contemple.
Dos imágenes de la parte superior de la escultura, manto y adornos para el soporte y discreción del cabello, y su uso ornamental, elemento indispensable de la graciosa vanidad femenina, a cualquier edad. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Es notable la serenidad, dramatismo, ascensión y movimiento que provoca en el espectador la obra en virtud de su buen diseño, instalación y colocación, incorporándose con armonía al espacio circundante. La obra aporta una sensación de ligereza a pesar de sus 700 kg de peso, existiendo un equilibrio entre los "llenos" y "vacíos" con los que se recorre el volumen mediante las láminas de acero inoxidable, emulando solidez donde sólo existe aire y metal casi bidimensional. El adecuado doblaje de las láminas evoca los pliegues de la fina tela del vestido de la menina. En relación a la luz se aprecian efectos lumínicos, pretendidos por el artista en su obra, buscando contrastes o generando una continuidad aparente, empleando la luz para reforzar ya sea lo dramático o la serenidad de la figura, destacando los múltiples entrantes, salientes, cavidades, superficies y tirantes pulidos de acero, y en donde sus manifestaciones ópticas varían en el tiempo al recorrer el Sol su aún inexorable trayectoria astronómica aparente diaria. La escultura es multifacial, pudiendo ser contemplada desde cualquier dirección, siempre que se tome la oportuna previsión de seguridad por el cercano tráfico automotor.
Dos imágenes de la vista posterior de la menina. Al aproximarse a la escultura, empieza a apreciarse fragmentación en láminas, que en la vista desde lejos la limitada resolución ocular convierte en una forma volumétrica aparente casi continua. No se pudo identificar cómo puede accederse al interior de la obra, para realizar las necesarias labores de mantenimiento, por ejemplo la limpieza, lubricación o reparaciones por la eventual corrosión. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Vista de perfil de la cabeza de la estatua. Se aprecia como el volumen del vestido se forma a partir de un arreglo isométrico de tres láminas principales de acero, ubicadas según planos verticales que forman aproximadamente 120 grados entre sí, definiendo la estructura primaria. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Dos vistas de la parte inferior de la obra. El escultor genera el volumen de la amplia falda del vestido a partir del ensamblaje de las láminas, formando una rejilla tridimensional que también hace las veces de estructura de soporte. El acabado de superficie es completamente liso. Dobleces y cartelas aumentan el momento de inercia de ciertos miembros, lo que añade rigidez. No hay evidencia significativa de estado de oxidación, lo que indica lo adecuado del material. La limpieza del área central es difícil debido a la complejidad de la escultura. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Se espera que la obra pueda continuar adornando la entrada del municipio, siendo requerido para ello que sea objeto del recurrente y prolijo mantenimiento, efectuado según los procedimientos que a tal efecto la entidad curadora artística municipal responsable de la misma determine, y que sea protegida contra el siempre amenazante vandalismo, incluyendo el debido a los ávidos ladrones de metales, al estar formada de un metal valioso, y el ocasionado por los grafiteros antisociales, enemigos de la cultura.
El tiempo dirá si la municipalidad de Naguanagua puede continuar afrontando ese reto, para que las generaciones futuras contemplen y critiquen a esta escultura, que engloba valores religiosos y culturales, enlazando a la localidad con las raíces españolas de toda Venezuela, a través de la menina cortesana, producto del proceso de colonización y mestizaje, en donde Dios, Luz y Nombre fueron otorgados por la Madre Patria peninsular europea a la Tierra de Gracia criolla, haciendo honor simultáneo a Nuestra Señora de la Begoña en primera instancia, y al legado del pintor español Diego Velázquez, en una conjunción difícil de separar, objetivo evidente del artista y de la municipalidad que construyó y mantiene tan relevante obra de carácter hispano, en el esfuerzo de lo que una vez fue el pueblo de Naguanagua, y que hoy transita el duro camino para convertirse en una ciudad por derecho propio, siempre que logre superar los desafíos sociales, económicos, de infraestructura, servicios, saneamiento y seguridad, adecuadamente gestionados por políticos legítimamente electos que actúen bajo premisas de interés común, con transparencia auditable en relación a las actuaciones que realicen.
Fabián Robledo Upegui.
Septiembre, 2022.
Excelente crónica Fabián. Gratas recordaciones vienen a mi memoria del poeta VZ. Gracias por regalarnos parte de tu sapiencia. Un abrazo y saludos.
ResponderEliminarAunque no fue lo mejor del maestro recuerdo mucho su humildad a pesar de ser un gran artista
ResponderEliminarCarlos Montoya
EliminarExcelente mil gracias por continuar alimentando conocimiento!!!
ResponderEliminarMe encantó este artículo. No conocía varias de las obras que allí se señalan, como por ejemplo la cúpula de la estación del metro Plaza Monumental. Es un homenaje al Maestro Zabaleta. Excelente
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