Impacto en el Arco de Bárbula: Reparación requerida
Impacto en el Arco de Bárbula: Reparación requerida
En la mañana de hoy realicé el "Examen Recuperativo" de una asignatura a mi cargo en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Carabobo (UC), y debo admitir que sentí nostalgia del nombre original de este tipo de pruebas, que hasta hace algunas pocas décadas se llamaban como "Examen de Reparación", pero que por alguna razón, que sospecho está disfrazada de polémico constructivismo, dejó de usarse el verbo "reparar" por el verbo "recuperar", tal vez debido a la fijación en la psique académica de la UC de que la palabra "reparación" significaba ya algo maligno, al tener que presentar ese complejo examen los estudiantes que no lograron la justa suficiencia para aprobar apenas el curso universitario de ingeniería del que se tratara.
¿Es que acaso "recuperar" significa algo demasiado distinto que "reparar"? Los estudiosos de la ciencia de la educación (antes llamados pedagogos) podrán indicar que se "reparan" son los errores, ¿Y no es eso justamente lo que condujo al estudiante a ese examen de última oportunidad?, más aún cuando el inadecuado sistema actual de evaluación "continua" facilita ahora enormemente la aprobación al alumno al ofrecer una cantidad mucho mayor de pruebas durante un período lectivo, con mayor cantidad de carambolas viables "sumativas" que puedan converger hacia el anhelado 10, al haber reemplazado décadas atrás el anterior, solemne y venerablemente útil Examen Final, la prueba donde se evidenciaba la competencia efectiva del alumno en su justo y alto porcentaje (60% reglamentariamente, y 40% en ocasiones por benevolencia eventual del profesor), y que hoy se encuentra en el olvido luego de que se eliminara, sin que casi nadie lo extrañe, pero que paradójicamente sigue siendo empleado con un porcentaje mayoritario en las instituciones de educación superior de primer nivel, como por ejemplo el MIT de los EE.UU. Tal hecho no es muy relevante para los educadores en ingeniería, y seguramente considerarán que nuestro sistema educativo de evaluación "continúa" y "sumativa" es más avanzado que el de una institución extranjera que a duras penas tiene una cartera de premios Nobel en ciencias aplicadas que desborda varios escaparates, un detalle de evidencia menor.
A esto se podría añadir que la palabra "recuperar" se emplea mucho cuando hay eventos extremadamente perjudiciales, ya que por ejemplo hablamos de la "Recuperación de desastres" en múltiples áreas asociadas a la protección civil. Entonces, haber cambiado "reparar" por "recuperar" en esos exámenes reglamentarios de gracia en la Facultad de Ingeniería de la UC, a los que tiene derecho el estudiante bajo ciertas condiciones mínimas, no es más que un eufemismo, que seguirá siendo utilizado hasta que dentro de algunos años "Recuperar" adquiera también el olor a fracaso que tenía la anterior y sincera palabra "Reparar", y sea entonces sustituido por el canal regular mediante el sinónimo de turno a juicio de los educadores, en la creencia de que un nuevo término es necesario, más psicológico, más humano, o más inclusivo (como está tan de moda últimamente), y los candidatos para el reemplazo están servidos, por ejemplo: Recomponer, restaurar, reformar, arreglar, remendar, resarcir, rectificar, enmendar y/o subsanar, y otros aún por concebir debidas a las emergentes agendas oportunistas, plagadas de ideología implícita.
Al terminar mi examen Recuperativo, y tener el privilegio de emprender el regreso a casa desde la Facultad de Ingeniería de la UC como peatón, con licencia vigente de 1ra. para conducir pies, salí por la parada del que hoy es el Decanato de Facyt, y al no conseguir un autobús en esa parada, decidí proseguir hacia el antiguo y brutalista Puente de Bárbula. En el camino hay un hito muy importante que atravesar, se trata del Arco de Bárbula, que tiene especial significado para la UC, sí bien no fue en su origen construido para ella, pues la maravillosa institución educativa no existía aún en esa área, cuyo nombre está hoy tan vinculado a la misma.
Este arco es un elemento constructivo de forma curvada, que salva el espacio abierto entre dos pilares, sin otra carga más que el peso propio y de su adorno, y construido a los fines de servir como señalización de entrada y posible puesto de control, función en desuso desde hace muchas décadas, por profilaxis de cualquier vigilante sensato que valorase su humanidad, considerando que el sitio funcionó durante décadas como un punto obligado de conflicto poco amistoso y más allá del verbal, primero entre estudiantes en protesta y policías, a los que gradualmente se añadieron personas de muy difícil calificación, en ambos bandos.
El arco original poseía la siguiente inscripción: "BÁRBULA colonia psiquiátrica y sanatorios antituberculosos", y daba acceso al área donde se ubicaban en efecto los recintos de salud pública estatal dedicados a las funciones referidas. Con esa leyenda permaneció el arco durante décadas, hasta que se efectuó una restauración gestionada hace ya años atrás, y en donde el título original fue removido, debido al cierre de la referida colonia psiquiátrica, que en sus últimos años de operación no se diferenciaba mucho del asilo Arkham de la Ciudad Gótica, motivado al deterioro y presupuestos menguantes transcurridos en el período de la "democracia", y donde por ejemplo ver a personas trastornadas mentalmente y completamente desnudas deambulando por el sitio pareciera que era parte del diseño paisajista. El viejo nombre escrito en el arco solamente ofrecía interés histórico y eventualmente a tiempo vista, arqueológico, y ambas asignaturas de las hoy ciencias sociales, antes llamadas humanidades, no son el fuerte de nosotros, los carabobeños, por lo que la descripción fue eliminada.
No tengo claro quien habría sido responsable de la restauración que se realizó al arco, siendo probable que fuera la UC, pero con motivo de ella el viejo nombre fue sustituido por uno nuevo, uno que reemplazaba la decadencia de la enfermedad mental por la esperanza de la luz que brinda el conocimiento forjador de hombres útiles a la nación, el nuevo nombre escrito en el arco era "Universidad de Carabobo", y sus letras aún se aferran al mismo, sí bien con dificultades. También se colocó el escudo de la Institución.
Y es que al traspasar a pie la sombra del arco y ver hacia arriba con el objetivo de recrearme otra vez con orgullo ucista en la contemplación del principal símbolo coloquial de la UC, que impregna el imaginario público, luego, por supuesto, de su espléndido Escudo y su magnífica Bandera; me percaté que la referida estructura había resistido exitosamente pero con intenso dolor un duro golpe, presuntamente ocasionado en la parte inferior derecha de la viga por un vehículo cuya altura desafió la previsión de diseño del señalado umbral.
El golpe pudo haber sido devastador, pero afortunadamente la técnica constructiva y el amplio factor de seguridad de las obras del difunto y extraordinario Ministerio de Obras Públicas (MOP), permitieron absorver el impacto sin ocurrencia de falla, con la obvia y no muy envidiable reacción newtoniana que debió ocurrir en el cuerpo del vehículo agresor. A continuación se suministran algunas imágenes del golpe descrito.
El Arco de Bárbula, visto en su fachada oeste, apreciándose el golpe ubicado en la parte inferior de la estructura, en el sentido de la vía hacia el Hospital Carabobo. Nótese el efecto estéticamente desfavorable en la última letra del texto del arco. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Detalle del efecto del impacto severo de un presunto vehículo en el arco. No es necesario ser un perito acreditado en seguridad industrial para percibir el riesgo que peatones y motoristas asumen inadvertidamente al cruzar bajo el arco. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
El mismo sitio de impacto de la fotografía anterior, apreciado desde otro ángulo. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
Detalle de otro impacto ocurrido de la primera letra del texto del arco, estando por determinar si se trata de un evento diferente o consecuencia del impacto original que se describe. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
El arco de Bárbula requiere prontas reparaciones. Fotografía de Fabián Robledo, 2022.
El impacto fue tan violento que facturó el friso, y desprendió parcialmente la última de las letras del nombre de la UC, la cual está por caer, pero aún permanece torcida en el arco, y le ha dado a este el leve aspecto del nombre escrito en las vallas de los pueblos fantasmas del oeste americano, que precisamente se caracterizan por tener las letras inclinadas, en señal de una prolongada ausencia de contacto humano, lo que degrada significativamente la intención estética del que es el anuncio institucional de bienvenida a la UC en Bárbula.
No me es posible decir cuando ocurrió el incidente del golpe, pues carezco de experticia para evaluar patología forense de estructuras antiguas por impacto. Es poco probable que haya sido ayer, de manera que me inclino a pensar que el problema ocurrió hace ya algún tiempo. Puede apreciarse en las imágenes que hay evidentes potenciales cascotes y escombros todavía suspendidos, que desafían a la gravedad y solo esperan que la erosión por agua y viento (u otro golpe menor de origen automotor por altura no acotada de vehículo) les permitan liberarse al fin de la matriz y ejecutar su último acto dinámico gracias a la energía potencial largamente acumulada, con riesgo de hacerle tener un mal día al incauto transeúnte que enhebre a pie el amplio ojete del arco, o bien que ocasione al menos una rayadura al vehículo del fortuito conductor que gane la lotería de un sorpresivo y desconcertante impacto directo, y que difícilmente podrá ser removidas mediante rubber compound.
Es oportuno entonces hacerse la pregunta ¿Está ya en curso el proceso de "reparación" (otra vez esa mala palabra) del arco? ¿Ha sido considerado el cierre parcial de la vía en el lado crítico mientras se completa la reparación, por seguridad de personas y vehículos? ¿Ha sido evaluado el problema por la autoridad pertinente de Seguridad y Prevención de la UC?
¿O no debería?, puesto que al final ¿El arco es de la UC o no? El arco se encuentra completamente en la vía pública, cortando ortogonalmente la vía hacia el hoy coloquialmente conocido como Hospital Carabobo, la que fuera una maravillosa avenida construida en concreto gris (también por el MOP), y donde muchos paños con ese material original aún se niegan a sucumbir a la intemperie, pero ahora convertidos en un dominó de anárquicas y bizarras teselaciones de pavimento, al ser reemplazados por el mucho más precario y económico asfalto negro, cuyas reiteradas fallas replican en determinados sectores un auténtico paisaje lunar, digno de una divertida competencia de rustiqueo en jeep.
Entonces, si el arco se encuentra en una vía pública municipal, mi escasísimo conocimiento de catastro imbricado con geolocalización me lleva inferir que el arco sería presunta propiedad del Municipio Naguanagua, y esa entidad tal vez sería la responsable de su mantenimiento y reparaciones. Sin embargo, el arco tiene escrito "Universidad de Carabobo", lo cual da a entender que se está ingresando a un recinto de esa institución, lo cual no es cierto, pues se trata de una vía pública, y los terrenos propios de la UC están mucho más lejos. Sin embargo, la estructura del arco pareciera por su nombre que reclama ser propiedad de la noble Alma Mater, y bajo este supuesto sería entonces a la UC a la que le correspondería la reparación, más aún cuando la simbólica estructura tiene tanto valor histórico que hasta fue restaurada y nombrada en forma epónima, incrustándole, además del nombre, el escudo de la UC.
Así pues, es urgente la "reparación" del señalado problema en el Arco de Bárbula, que no puede ser considerado otra cosa más que patrimonio cultural tangible de la Universidad de Carabobo, y que fuera retratado con maestría muchos años atrás por el honorable y recordado Prof. Danilo Laya, cofundador de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, artista que pintó un mural digno de ser contemplado, donde en la magnífica escena plasmada con pincel el arco es testigo activo de una enérgica protesta estudiantil, y de las angustias de los transeúntes al pasar por el mismo. Esa obra adornaba lo que una vez fue la nueva sede de la Dirección de Transporte de la UC, situada relativamente cerca, en el camino que lleva a la Estación de Bomberos Universitarios, justo antes de la autopista Regional del Centro, pero tengo entendido que ya no opera como punto neurálgico del transporte automotor y colectivo de la Institución (donde hasta funcionaba una útil bomba de gasolina exclusiva de la UC), debido a problemas ocurridos en los últimos tiempos cuyas causas, alcance y consecuencias conocen en detalle otras personas. Solo espero que la referido pintura mural haya podido ser salvada a tiempo.
En cuanto a la persona que dirigía el vehículo que presuntamente impactó el arco, creo que hay dos escenarios que es posible plantear: El primero se basa como siempre en la buena fe, y consiste en asumir que el chofer haya detenido su vehículo luego del golpe, y que seguidamente contactase al personal de Tránsito Terrestre para reportar el accidente, que sería entonces registrado y encausado hacia la Fiscalía para la determinación de las responsabilidades, y sí había o no daños a la nación o a la UC. El segundo escenario, muy poco probable si ponemos por delante la honorabilidad humana, es que el conductor se haya dado a la fuga luego del golpe, en caso de que su vehículo todavía hubiera podido hacerlo. Escenarios intermedios son poco realistas.
Ahora bien, sí suponemos el cívico primer escenario, es plausible preguntarse quién tiene la responsabilidad y debería pagar los gastos de reparación. En primera instancia, parecería que es el conductor, pero estimo que aún un poco experimentado abogado, tartamudo y con dislexia, podría argumentar con éxito ante el juez que el arco carece de la señalización reglamentaria de altura máxima permitida requerida por la próxima obstrucción que representa la estructura (en efecto, no hay avisos al respecto en el sitio), de manera que el presunto agresor se convertiría en víctima y casi tendría ganado el caso al empezar, y podría entonces demandar a la entidad propietaria del arco (como dijimos, ya sea el Municipio o la UC) por daños y perjuicios a su vehículo, actividad económica y por costos de oportunidad.
En rumbo a una conclusión constructiva, para finalizar creo que pueden sugerirse las siguientes acciones en relación al problema que se comenta:
1. Prevenir el paso del arco en la parte afectada de la vía, hasta tanto se realicen las reparaciones.
2. Determinar quién debe correr con el costo de las reparaciones, en proceso conciliado con el Municipio de Naguanagua.
3. Convenir entre la UC y el Municipio Naguanagua que el arco es Patrimonio Cultural Tangible del Municipio y de la UC, de manera que como tal reciba una dieta al menos conjunta para sus reparaciones, mantenimiento y ornato.
4. Aplicar la señalización de altura máxima permitida de rigor en vialidad, visible de acuerdo a la normativa para el tránsito terrestre de vehículos.
5. Elaborar un proyecto arquitectónico para un nuevo arco simbólico, ubicado en el propio Campus de Bárbula en alguna de las entradas principales de la misma (en terreno propio de la UC), que sirva de recordatorio a este primer arco y de las luchas que se forjaron alrededor del mismo debidas a legítimas protestas estudiantiles en defensa válida de la Institución y su personal, sin perjuicio de que sirva como cenotafio de las víctimas inocentes asociadas a los referidos enfrentamientos.
6. Usar casco, paraguas o sombrilla que no sea de tela, y/o estampita del Dr. José Gregorio Hernández, por parte de los peatones al pisar la sombra de la viga del arco, y un poco más allá, hasta tanto se efectúe la "reparación" correspondiente.
Entendido que en los puntos anteriores, donde dice "reparar" o "reparaciones" debe decir "recuperar" o "recuperaciones", para respetar el espíritu académico de la Facultad de Ingeniería de la UC, en relación al uso de académico no peyorativo del peculiar y enmendador verbo, aprobado por la comunidad educativa.
¡Ah caramba!, mientras escribo estas líneas se me ha pasado la parada del autobús, pues debía bajarme en la estación de servicio de Santa Ana, y me estoy quedando es en la parada del cuartel, sitio que hace que mi expresión facial adopte una caricatura del simpático y amable gesto con el que Clint Eastwood se refiere a sus adversarios en su encuentro, en el buen cine de antes. Bien, caminar fortalece las piernas y libera en ilusión a la mente, y dado que aún se puede...
Fabián Robledo Upegui.
Julio, 2022.
Anexo
A continuación se repite una nota del autor del 3-11-2022, realizada con motivo de la inauguración de la feria Internacional del libro, FILUC 2022, 4 meses después describir el artículo anterior:
Filuc se inaugura, mientras el Arco se ignora
Hoy se inaugura Filuc en una plaza de Prebo, municipio Valencia, el escaparate comercial donde la UC promueve la venta de libros en el ya anticuado y antiecológico papel, que por sus precios difícilmente estarán destinados a profesores, preparadores y estudiantes.
Mientras tanto, precisamente hoy, en esta mañana lluviosa se han tomado las fotografías anexas más abajo, de la parte superior del Arco de Bárbula, la puerta de entrada histórica del campus principal de la UC, las cuales evidencian el franco deterioro por impacto ocurrido en mismo en el pasado, y que podría tal vez arruinarle el día a un peatón o chófer desafortunado.
Se desea la mayor de las suerte comercial a los vendedores de libros en Filuc, en sus modernos _stands_, evento anunciado a toda voz por múltiples medios, y con pósters multicolores e infografías digitales de elevado diseño gráfico, y programa que anuncia invitados notables.
Pero debiendo el Arco continuar su estoica espera por la urgente reparación, y en la que mudamente reclama el presunto valor que la sociedad carabobeña le asignaría, al ser uno de los pocos elementos materiales específicamente asociados a los inicios de la UC en Naguanagua.
Así pues Filuc se inaugura hoy, y en pocos días solo será en su mayoría un recuerdo de ganancias y pérdidas, y el Arco se ignora, atento tal vez a encajar el próximo impacto devastador, posiblemente sin que el primero se repare. ⬇️
Estupendo Fabián.
ResponderEliminarGenial Fabián!
ResponderEliminarCarlos Alberto Montoya
EliminarMuy pero muy interesante y educativo tu escrito .
Saludos
Excelente
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