Un frondoso y fuerte árbol cobija a las 2 estatuas de madera, al pie de la caminería de paseo. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Las dos estatuas de madera, contemplando imperturbables el paisaje urbano que se les ofrece. A la izquierda La dama, y a la derecha El caballero, nombres provisionales que emergen en esta reseña ante la imposibilidad de haber conseguido los originales. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
No fue posible obtener el nombre del autor o autores de las dos obras, y tampoco el título de cada una, así como su fecha de creación, siendo infructuosa la consulta a unos amables vecinos del área. Tampoco hay un cartel o aviso que proporcione alguna información en la proximidad del sitio.
De manera que, provisionalmente, se supondrán anónimas, y se llamarán aquí, sin demasiada originalidad, a la figura femenina como La dama y a la figura masculina como El caballero, hasta tanto se identifique la información que permita dar el mérito correspondiente a sus artistas autores, para lo cual cualquier colaboración de alguno de los lectores sería inapreciable.
Las dos estatuas están orientadas mirando hacia el poniente. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Las estatuillas están hechas de madera, correspondiente a distintos tipos de árboles, sín poder identificar con precisión la especie de cada uno.
La dama tiene aproximadamente un metro de altura, y se encuentra en posición sentada, con los brazos cruzados descansando sobre las piernas. Al parecer, el asiento del personaje forma parte de la obra.
Vista frontal de La dama, sentada al pie del árbol protector. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Su cuerpo es curvilíneo, y un rostro expresivo observa con serenidad hacia el infinito, estando el cráneo recubierto por una sugerente cabellera. Llama la atención la mano derecha, proporcionalmente más grande a lo que corresponde al tamaño natural, y cuyo significado críptico está aún por descifrar para esta particular hipertrofia de la extremidad.
Nótese la cabellera sugerida en La dama, con una madera de color diferente a la del cuerpo. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Varias gruesas grietas recorren verticalmente la madera de la figura, anunciando una inevitable ruptura si no se pone cuidado a la adecuada y pronta restauración.
Rostro sereno y expresivo de La dama. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Ojos grandes, nariz y labios pequeños, y orejas delineadas son características de la figura. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
La estatua posee un cuerpo femenino joven y proporcionado. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
La parte superior del cráneo de la dama ha sido trepanada con un orificio central, cuya funcionalidad es desconocida, pudiendo tal vez servir de receptáculo para una vela, en cuyo caso la estatua tendría una finalidad ritual, posiblemente dentro del portafolio animista venezolano de origen afrocaribeño.
Un agujero ha sido realizado en la parte superior del cráneo de la estatua, tal vez con fines animistas en algún tipo de idolatría. Nótese la profunda grieta a nivel del busto. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
El diseño y materiales de esta figura evoca la antiquísima estatua egipcia de madera de sicomoro del personaje Kaaper, realizada en el Reino Antiguo, con más de 4500 años de antigüedad.
Estatua de madera de Kaaper, funcionario de alto rango del Reino Antiguo egipcio (alrededor del 2500 a. C.). Fuente: Wikimedia Commons. Fotografía de Djehouty, 2016. Museo Egipcio.
En relación a El caballero, la estatua es un poco menor, de unos 70 cm de altura, siendo una figura de la parte media superior del cuerpo, muy esbelta, careciendo de antebrazos y de extremidades inferiores. La misma está simplemente apoyada sobre el suelo y el árbol que la soporta, lo que hace que su posición sea ligeramente inclinada. Se aprecia una nariz aguileña y pómulos salientes, y los ojos están cerrados, en aparente actitud de descanso o meditación.
Esta imagen de El hombre fue capturada poco después del amanecer, con el sol muy bajo, generando un efecto tenebrista. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Mientras que esta imagen fue capturada con el Sol ubicado cerca del cenit, arrojando el color verdadero de la estatua, casi gris. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Llama la atención en El caballero sus facciones angulosas extremadamente delgadas, cuyo diseño recuerda las fisiológicamente alteradas representaciones figuradas del faraón egipcio hereje Amenhotep IV, conocido como Akhenatón, quien reinó en torno al 1353-1336 a. C. en la dinastía XVIII del Imperio Nuevo, y realizadas en el estilo artístico típico de Amarna.
Cabeza del faraón Akhenatón, ubicada en el Museo de Luxor en Egipto, correspondiente al período de Amarna. Fuente Wikipedia Commons. Fotografía de Paul Mannix, 2007.
Lamentablemente, El caballero ha sido objeto de vandalismo, realizado por antisociales insensibles a la expresión artística, pues la estatua ha sido objeto de la agresión, al parecer relativamente reciente, realizada con pintura aplicada con marcador, pintándole una barba y bigote color azul, inevitable daño que se produce cuando los objetos artísticos no son adecuadamente custodiados.
Vista frontal de El caballero, apreciándose el daño realizado con marcador azul y que exige la adecuada restauración a su condición original. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Por su aspecto alargado y severo, la obra se asemeja un poco a algunas de las máscaras elaboradas por las culturas del África oriental.
Máscara antropomorfa africana de madera, de la cultura Bambara de Malí. Se aprecia la nariz larga y delgada, y las líneas angulosas y suaves. Su estética recuerda a los colosos moai de la Isla de Pascua chilena, situados al otro lado del mundo, en espacio y tiempo, pero demostrando una convergencia estilística aparentemente inherente a la sensibilidad humana. Fuente Pinterest. Fotografía de autor desconocido.
El cráneo de la cabeza figurada de El hombre es desproporcionadamente más grande de lo normal, con una evidente intención plástica diseñada por el autor. En este sentido, esta característica también puede cotejarse con algunas de las estatuas y bajorrelieves egipcios precisamente del período de Amarna previamente señalado. El cráneo alargado, deformado y ensanchado en su parte posterior le da también el aspecto de un xenomorfo de la ciencia ficción, debido a la perturbadora imaginación del artista suizo H. R. Giger.
En esta vista el cráneo de El caballero pareciera ser intencionalmente deformado en forma alargada, como lo han sido el resto de sus facciones y proporciones. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Cabeza de una princesa de Amarna, ubicada en el Museo Egipcio de Berlín. Es evidente el cráneo anormalmente alargado en la representación. La estatua está catalogada como Berlín 7971. Fuente: Pinterest. Fotografía de kairoinfo4u.
Sin embargo, es posible que esta interpretación de El hombre sea errónea, y que lo que parece ser la deformación del cráneo no es más que la suficiente y abultada cabellera figurada del personaje; pero la ausencia de líneas que realcen tal característica no refuerza este planteamiento.
El caballero reposando en la corteza del árbol. Desde este ángulo el cráneo parece estar decorado por una cabellera, con profundas entradas en la parte frontal. Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
A esto se añade el desconcierto de que la estatua está vestida con una camisa figurada en la propia madera, como claramente se revela al observar el cuello doblado y la corbata con su nudo, y unas posibles hombreras, que dan un aspecto más rectangular a la angosta espalda.
Se tienen entonces dos imágenes escultóricas interesantes para contemplar y analizar, a la espera de que su verdadero autor o la entidad que tenga la custodia de estas dos expresiones plásticas pueda aportar más información sobre las mismas al colectivo. Mientras ello no ocurra, inferencias, especulaciones e hipótesis artísticas fusionadas con lo antropológico serán realizadas para estos dos objetos, que sorprenden al caminante cuando transita por el paseo verde obsequiado por sus planificadores urbanos a Naguanagua.
Fotografía de Fabián Robledo, 2023.
Por los momentos, ambas estatuillas continuarán sufriendo las inclemencias del viento, la lluvia y el Sol, al estar tan expuestas en el sitio, en un inevitable proceso de deterioro entrópico, soportado con su estoica actitud y ahogando en sus resecos y vegetales labios el reclamo que implora a su curador responsable una mejor custodia, y la necesaria restauración de este significativo aporte plástico urbano local.
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