La UC brinda a Valencia la exposición artística "Tres siglos, una colección"
La exposición temporal, de carácter mixto en relación a los géneros artísticos presentados, tiene por objetivo el proporcionar una muestra para su apreciación directa, de las obras de arte que se encuentran en custodia de la Universidad de Carabobo (UC), y que han llegado a formar parte de su patrimonio cultural en el transcurso de su historia, a través de diversos mecanismos, que incluyen la compra, donación y el mecenazgo, entre otros.
Las selecta muestra incluye obras en los ámbitos de la pintura, la escultura, las artes del fuego y las artes gráficas, con trabajos magistrales de maestros como Arturo Michelena, Carlos Rivero Sanabria, Pedro Castillo, Braulio Salazar, Vladimir Zabaleta y Alexis Mujica, entre otros notables artistas.
Es posible apreciar trabajos de pintura al óleo, acrílico, pastel, serigrafía, y trabajos escultóricos de cerámica, metales, laca, madera y aglomerado, solo por mencionar algunas de las técnicas. Esto hace que la exposición sea extremadamente variada y útil, especialmente para aquellos que se inician en la apreciación artística con especial énfasis en autores venezolanos.
La muestra se inauguró a los pocos días de celebrarse el 160 aniversario del natalicio del pintor valenciano Arturo Michelena, el cual ocurrió el 16 de junio de 1863.
Se trata de una muy bien diseñada vitrina donde la UC, la principal casa de estudios de la región central de Venezuela, comparte con la comunidad algunos de sus tesoros visuales para el deleite de los valencianos y quienes hacen vida en la ciudad, en una exposición gratuita, realizada en la referida galería, que ha sido declarada patrimonio cultural arquitectónico en varias instancias.
Es indudable el mérito que tiene haber organizado y llevado a cabo esta exposición, particularmente en los difíciles tiempos y circunstancias que transita la UC, en donde la momentánea contemplación de las obras de arte de grandes maestros, al menos por un corto tiempo, permite distraer al visitante ucista en relación a los severos problemas institucionales de la entidad en la cual labora, estudia o de la que es egresado o amigo, y que en consecuencia está sólidamente anidada en su corazón y meninges, pues la pertenencia es casi como la de un sacerdote a la Iglesia: Ucista hoy, ucista siempre.
Estos difíciles problemas, cuyas razones y causa primaria son conocidas por todos, incluyen la sistemática reducción de la autonomía, el ausentismo laboral, el arruinamiento en lo económico/financiero (de Institución y sus trabajadores) y la "crisis" política interna, esta última debida en parte al muy diferido proceso de elecciones en la UC, necesario para que la comunidad universitaria (la legalmente establecida) exprese su voluntad en relación a las nuevas fuerzas vivas que regirán a la Institución, derecho que ha sido suprimido desde hace varios lustros, por razones que difícilmente podría entender cualquier persona común que respalde los valores democráticos elementales.
Se trata de un proceso sísifico que hoy se ve cuesta arriba, motivado al todavía muy difuso marco legal que aplicaría al nuevo, presuntamente inminente y esquivo sufragio en la UC, con apariencia de espejismo, debido a su difícil compatibilidad aparente con lo establecido en la Ley de Universidades y su reglamento vigentes, ya que es posible imaginar que no se encuentre adecuadamente protegido contra impugnaciones injustificadas al llegar a su término, situación obvia, debido a la fragilidad señalada.
Mientras tanto, se deberá seguir "avanzando", continuando con paciencia bajo el peculiar, único y congelado en el tiempo sistema actual, en el más puro sentido anderseniano, admirando con creciente interés el esplendoroso Traje nuevo del emperador (que ya empieza a apolillarse, dado el tiempo transcurrido), haciendo la vista difusa al elefante ubicado en la habitación, finamente camuflado, de manera que su gran probóscide y sus magníficas pestañas queden semiocultas para el observador simple.
Mientras se espera por el desenlace político referido, con todo el deseo de que mejore la situación y condiciones de la UC y sus trabajadores, en un marco a rescatar auténticamente democrático y en las condiciones de autonomía originales que establece la Ley, se puede continuar apreciando y disfrutando la magnífica exposición artística mencionada regalada por la UC a los ciudadanos, cuyo recorrido seguramente estimulará en el visitante sentimientos, recuerdos, visiones, angustias y tal vez el merecido apaciguamiento o calma.
Se trata de una oportunidad artística verdadera, para el disfrute con broche de oro de un paseo familiar en una plaza pública, la plaza Fabián de Jesús Díaz, que al parecer, aún no ha sido invadida (totalmente), como otras de esta misma ciudad, con monigotes de falsos superhéroes, ni con siniestros vampiros antrópicos, que hacen apología de la ingesta de sangre humana en el sentido stokeriano, y calificable como execrable canibalismo, ambos en un marcado y utilitario culto a la personalidad, maniobra orwelliana indispensable para la permanencia en el poder, y que da la oportunidad de negocio a los diseñadores gráficos y a los comerciantes de las pancartas, pendones y muñecos inflables, sin dejar de mencionar al obsequio de ritmico ruido altisonante transmitido con altavoces, excedido de decibelios para el área urbana.
General Joaquín Crespo, de Arturo Michelena, 1895. Óleo sobre tela. 253 x 169 cm.
General Joaquín Crespo, de Arturo Michelena, 1895. Detalle.
El Papa Inocencio X se autorretrató en homenaje a Velázquez (a la memoria de mi padre Rafael I), de Rafael Campos, 1995. Pastel y resina sobre tela. 220 x 180 cm.
El Papa Inocencio X se autorretrató en homenaje a Velázquez (a la memoria de mi padre Rafael I), de Rafael Campos, 1995. Detalle.
Paisaje de Prebo, de Braulio Salazar, 1994. Detalle.
Sin título, de Braulio Salazar, 1946. Óleo sobre masonite. 43 x 48 cm.
Paisaje orgánico, de Humberto Jaimes Sánchez, 1976. Acrílico sobre tela. 50 x 60 cm.
Retrato, de Wilfredo Lam, 1982. Litografía sobre papel. 86,5 x 75,5 cm.
Sin título, de Felipe Herrera, 1996. Detalle (Superior).
Sin título, de Felipe Herrera, 1996. Detalle (Inferior).
Simón Bolívar, de Pedro Castillo, 1856. Detalle.
Sin título, de Gloria Fernández, 1992. Pasta de gres, torno, esmaltes, óxidos, quema reductora. 30 x 40 cm.
Sin título (Felipe IV a caballo - Velázquez), 1990. Óleo sobre tela, 230 x 220 cm.
Desplazamiento, de María Pont, c. 1995. Pasta de gres, torno, esmaltes, óxidos, quema reductora, 25 x 20 cm.
Perro atado al árbol, de Alexis Mujica, 1987. Fibra de poliéster, resina, patina. 160 x 200 x 74 cm.
Perro atado al árbol, de Alexis Mujica 1987. Detalle.
Shofar, de Javier Miranda, 2023. Detalle.
Deslave - Homenaje a Vargas, de Cándido Millán, 2004. Detalle.
Sin título, de Lía Bermudez, 1976. Metal soldado. 37 x 22 x 22 cm.
Triunfo, de Armando Pérez, 2002. Detalle.
Fachada de la Galería Universitaria Braulio Salazar, donde destaca su vidrio espejo monumental, reflejando parte de los árboles de la plaza Fabián de Jesús Díaz y al autor de este artículo en el centro, capturando la imagen.
Fabián Robledo Upegui.
Junio, 2023.
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