11 de Septiembre, doble aniversario, aleccionador y vigente: Las Torres y Chile
Introducción
11 de Septiembre. Aniversario del pérfido ataque asesino a las Torres Gemelas, que se ganó el repudio mundial, aunque alguna lidereza roja motorizada lo celebró en Venezuela con los hampones que dirigía. Ya fallecida por cierto, para evitar confusiones.
El ataque tuvo éxito por la increíble temeridad y absoluta sencillez. Lo obvio es siempre sorprendente. El ataque tuvo éxito, al igual que el de Pearl Harbor, porque era de una grosería impensable. La cantidad de víctimas ha hecho que la condena del mismo sea cada vez mas unánime, y hasta quienes pudieron alegrarse en ese momento han aprendido a manejarse con discreción.
El tiempo pasa, 22 años son muchos...,
¡Y 50 años también!
Hay otro aniversario de profundo significado. Durante 50 años, día tras día, la izquierda mundial ha tratado de convertir el derrocamiento en Chile de Salvador Allende, en 1973, en un manual de traición, oportunismo, injerencia extranjera, crimen y perversidad a nivel cósmico. Los años han pasado, los protagonistas han muerto, y los recuerdos de los primeros días se apagan ante los acontecimientos posteriores.
Hay muchos mitos pero, sobre todo, hay muchas omisiones.
Primer Mito
El Sr. Allende quedó de primero en las votaciones, pero su porcentaje, apenas superior a la tercera parte, no le alcanzaba para gobernar. Según la Constitucion chilena, el Congreso debía elegir presidente. El derechista Alessandri había quedado segundo, y la decisión la tomaba el Partido Social Cristiano, conservador de ideología.
Pero los líderes socialcristianos, empeñados en evitar la victoria de su rival Alessandri, decidieron vender su alma al diablo. Estaban tan conscientes de que Allende acabaría con todo estado de derecho, que redactaron unas "condiciones", en las que se establecía que Allende respetaría la Constitución, la libertad, el Congreso y la propiedad. ¡Es como si al contratar a un cajero en un banco le pidieran un certificado de que no va a robar!
Allende, por supuesto, aceptó, completamente seguro de no cumplir nada. Y así llegó al poder, para cambiar todo en Chile, quien no llegó al 40 % del electorado. Así que nunca Allende tuvo la mayoría de los chilenos. Primer mito.
Segundo Mito
A continuación, el Sr. Allende se dedicó a magnificar su hazaña como primer gobierno socialista en la legalidad. Se daba constantes baños de multitudes, y llamó a Fidel Castro a una interminable visita para que dirigiera, ordenara y dispusiera de la economía chilena. Los resultados del experimento socialista fueron los mismos que en todas partes del mundo en donde han gobernado, la ruidosa nacionalizacion del Cobre sólo logró poner la industria en manos inexpertas, lo que unido al bajón de precios y a las lógicas represalias por la nacionalizacion, mermaron la principal fuente nacional de ingresos.
La sucesión de expropiaciones e invasiones, con la descarada promoción de tomas de las fábricas por parte de los obreros, paralizó la economía. Los demagógicos aumentos salariales sin respaldo desataron una tremenda inflación, que arrasó dos conos monetarios. Escasez, colas y racionamiento, en menos de tres años Chile se convirtió en un infierno.
La Democracia Cristiana entendió rápidamente su error, y pronto denunció la violacion de los acuerdos y del marco legal. Pronto el Congreso, con casi dos tercios en contra del Gobierno, emitió condena tras condena. El Gobierno rechazaba cínicamente, con displicente sonrisa, los requerimientos del Legislativo.
Pronto se acumularon las causas y denuncias ante el Tribunal Supremo. Los fallos fueron concluyentes. El gobierno violaba la Ley y la Constitución a granel. La condena del Tribunal al gobierno dejaba desenmascarado al Ejecutivo, condenado por el Legislativo y el Judicial. El gobierno de Allende no era legal, ni legítimo. Segundo Mito.
Tercer Mito
La respuesta del gobierno era amenazar con una "segunda revolución". Los grupos armados del gobierno se multiplicaron, y se acumularon armas en fábricas y en cordones urbanos obreros. Los voceros a Allende amenazaban con liquidar todo el orden legal. El Ejército era la única esperanza de la libertad chilena.
La acumulación de armas y la amenaza de su uso derrumba la ficción del Gobierno inerme, indefenso e injustamente derrocado. Tercer mito.
Cuarto Mito
El Ejército chileno se había mantenido fuera de la controversia política, a pesar de los intentos de Allende de politizarlo. El comandante del Ejército, General Prats, se puso incondicionalmente a favor de Allende, y prácticamente dió protección a las tomas de las fábricas. El Ejército se resistía a ello, y había una profunda frustración, desconcierto y rechazo a la gestión de Prats. Finalmente éste dimitió, pero lo hizo para convertirse en el Ministro del Interior, primer sostén del Gobierno. La hostilidad del Ejército al gobierno en su gestión es falsa. Cuarto Mito.
Quinto Mito
A sugerencia de Prats, Allende nombró Comandante del Ejército al General Augusto Pinochet. Éste era un duro oficial, apolítico y estricto, que contaba con el respeto de todos, y con quien Allende esperaba contener al Ejército mientras desataba la "segunda revolución", desaforadamente anunciada por sus ministros Corvalán y Altamirano. Pinochet decidió actuar, en apegó a la Constitución y de los Poderes Legislativo y Judicial, cuya condena al Ejecutivo era determinante. La propaganda izquierdista riega hasta la extenuación que la Embajada Norteamericana creó el golpe, como sí el Ejército careciera de entendimiento, resolución y patriotismo. Quinto Mito.
Sexto Mito
El ambiente de absoluta crispación se resolvió con el golpe militar, brillantemente ejecutado por las Fuerzas Armadas conjuntamente, que con implacable eficiencia tomaron el Palacio y los nidos de armas de los comunistas. Por años, éstos lucharían contra el Gobierno Militar. Se achacan a la Dictadura 3000 muertos, pero nada se dice de los 770 soldados, policías y carabineros asesinados por las guerrillas izquierdistas. Nunca hubo una indefensa oposición izquierdista. Sexto Mito.
Séptimo Mito
Al día siguiente del golpe y muerte del Sr. Allende, la Junta Militar acudió a una misa de accion dr gracias, Te Deum, por la salvación de Chile. A ese oficio concurrieron los líderes del Congreso, dirigidos por su jefe el expresidente Frei, y los magistrados del Tribunal Supremo, encabezados por su presidente Urrutia. El unánime apoyo a los militares por parte de los partidos democráticos se enfrió luego, cuando la Junta disolvió el Congreso, pero ése día contó con el apoyo explícito de todos los órganos democraticos. Es falso, pues, que los militares estuvieran aislados o no representaran el sentir de la nación. Séptimo Mito.
Octavo Mito
Durante la gestión militar, el Tribunal Supremo siguió operando, bajo Urrutia primero hasta su retiro, con total independencia, llegando a destituir a uno de los miembros de la Junta Militar, el General Ramírez, de los Carabineros, por violación de los Derechos Humanos. La Constitución actual chilena, promulgada por la Junta Militar en 1980 fue redactada bajo la presidencia de Alessandri, jefe de uno de los principales partidos políticos. El decir, de que Pinochet gobernaba sin control ni dar cuentas a nadie es otro mito más. Octavo Mito.
Conclusión
Al final, el 11 de Septiembre de 1973 se cumplieron las palabras del General Pinochet:
"Ante la conspiración marxista leninista, que pretendía convertir a Chile en una colonia de la Unión Sovietica, las Fuerzas Armadas han asumido el poder para proteger la Chilenidad y libertad de los chilenos."
Su gestión, tras 17 años, quedó a la vista: Chile es el primer país de América Latina.
Adrián Robledo Upegui.
11 de Septiembre de 2023.
Excelente artículo, felicidades.
ResponderEliminarSaludos excelente felicitaciones
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